Si estás buscando una planta de interior capaz de alegrar tu casa con sus flores en invierno, el ciclamen puede ser la opción perfecta. Le aportará a tu casa una buena dosis de color, siempre y cuando le proporciones las atenciones que precisa.
Aprende a cuidar esta planta tan atractiva, búscale un sitio adecuado en tu casa y riégala de la manera correcta. ¡Verás qué belleza!
De los bosques mediterráneos
El ciclamen (Cyclamen) es una planta bulbosa originaria de las regiones mediterráneas orientales. Crece en bosques umbríos, protegida a la sombra de los árboles, y soporta muy bien el frío y las bajas temperaturas, por lo que puedes cultivar el ciclamen en el exterior si la proteges de las heladas y de las lluvias fuertes.
Una magnífica floración invernal
Uno de los alicientes de cultivar el ciclamen en interior es su espectacular floración que se produce durante los meses de invierno.
Con unos cuidados sencillos de jardinería podrás, además, conseguir que las flores duren mucho más tiempo. Para ello tus ciclámenes han de estar en ambientes poco calurosos, ya que unas temperaturas demasiado altas pueden interrumpir la producción de flores.
Las flores del ciclamen son realmente hermosas y muy originales. Son grandes, de diversos colores (rosas, rojas y blancas) y desprenden un agradable aroma.
Elegir la diversidad
El ciclamen cuenta con unas 20 especies diferentes que se distinguen, entre otras cosas, por tamaño ya que unas son más pequeñas que otras.
- Las variedades mini se caracterizan por soportar muy bien el frío y las heladas, por lo que son las mejores para cultivar al aire libre.
- Las de tamaño medio hacen gala de una larga y abundante floración, aunque debes protegerlas más de las bajas temperaturas.
- Las más grandes necesitan más luz natural para crecer.
El mejor sustrato
En lo que al sustrato se refiere, el ciclamen no es una planta demasiado exigente, por lo que puede crecer sin problemas en casi cualquier tipo de suelo, siempre que sea fértil y esté bien drenado (ya que los encharcamientos le van fatal, como a la mayoría de las plantas bulbosas).
Sin embargo, sí tiene algunas preferencias. Le encantan los sustratos compuestos de turba y arena. En ellos el ciclamen se desarrolla de maravilla.
Cuidado con el sol
Que las plantas necesitan luz para vivir y crecer en condiciones es un hecho probado, pero no todas lo requieren en la misma medida ni de la misma manera.
En el caso del ciclamen, tendrás que buscar un emplazamiento con cierta luminosidad, pero alejado de los cálidos rayos solares. Para mantener la floración, esta planta necesita frío y cierta penumbra, ya que el sol directo interrumpe la producción de flores.
La temperatura es clave
Como planta de invierno que es, el ciclamen no se desarrolla bien en espacios con temperaturas altas, por lo que es fundamental que la pongas en una habitación fresca y bien ventilada como, por ejemplo, la cocina.
Debes alejarla de fuentes de calor como los radiadores o las estufas, ya que de lo contrario la planta interpreta que el invierno ha terminado e interrumpe su floración.
¿Cómo hay que regar el ciclamen?
Aunque no le gusta el exceso de agua, el ciclamen ama la humedad por lo que deberás regarlo cuando notes que el sustrato comienza a secarse.
Para cuidar el ciclamen de una manera correcta conviene regar por inmersión. No debes mojar hojas ni flores, por lo que las pulverizaciones están desaconsejadas.
Lo ideal es sumergir la maceta en un recipiente con agua durante unos 10 minutos. La planta absorbe la cantidad de necesita y así no hay peligro de pasarse con el riego. Una vez transcurrido ese tiempo, coloca la maceta sobre una base de grava para que pueda drenar el agua sobrante.
Un plus de energía
En determinados momentos tu ciclamen puede necesitar una dosis extra de energía y vitalidad, especialmente mientras dura la floración. Sin embargo, has de abonarlo un poco antes de que esta se produzca, cuando aparezcan los primeros capullos de las flores.
Ese es el momento en que puedes aportarle un fertilizante adecuado, en forma de granulado o en líquido junto con el agua de riego.
Poda con cuidado
Eliminar las hojas muertas y las flores marchitas es importante para conseguir que el ciclamen se desarrolle en perfectas condiciones. Al hacerlo evitas que la planta malgaste parte de su energía en estas flores ya estropeadas y la emplee en aquellas que están vivas y esplendorosas.
Sin embargo, y aunque es beneficioso podar el ciclamen, conviene hacerlo con mucho cuidado, ya que sus tallos se rompen con facilidad y podemos cortar aquellos que no debemos. Hazlo despacio y utilizando siempre herramientas limpias.