¿Tienes un sofá ‘Chester’? Así lo puedes integrar según el estilo de tu salón

Si hay alguna pieza de mobiliario que (casi) todo el mundo conoce y la mayoría desea, incluso los minimalistas convencidos, ese es el sofá ‘Chester’. Uno de esos muebles por los que no pasa el tiempo, que logra imprimir siempre una nota de personalidad y con la capacidad de integrarse en cualquier estilo decorativo. Porque, aunque tiene buena sintonía con la decoración clásica o la industrial, funciona igual de bien en todo tipo de interiores, desde modernos hasta ‘vintages’ o nórdicos. Descubre cómo adaptarlo a tu salón y hacer que sea el rey de la estancia por méritos propios.

1. Decoración en blanco y negro

Por eso, no es de extrañar que este icono atemporal brille de manera especial en una decoración tan clásica como la del binomio blanco y negro, siempre garantía de elegancia y refinamiento. Así un ‘Chester’ blanco, como este de Hancock & Moore, con un diseño moderno gana poder y fuerza enfrentado a una pared negra y jugando con accesorios también en ‘black & white’.

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2. Un moderno con clase

Aunque su estilo es principalmente clásico, el sofá Chesterfield encaja perfectamente en una decoración moderna, siempre que vaya bien acompañado. Puedes jugar con el color de las paredes y apostar por tonos intensos que rebajen su seriedad o por tonalidades claras, que lo convierte en la pieza central del espacio. También puedes incluir una alfombra, tipo kilim o con formas geométricas o incorporar una mesa de centro de diseño actual de madera o metal.

3. En clave industrial

A pesar de su carácter señorial, era un habitual de los clubes ingleses del siglo XIX, el estilo industrial parece estar hecho a su medida. En un espacio tipo ‘loft’, con paredes de cemento o de ladrillo y rodeado de accesorios metálicos, el clásico sofá Chesterfield de piel marrón, como este de Maisons du Monde, contribuye plenamente a recrear esta decoración urbana e informal. Si quieres crear contraste y realzarlo más, prueba a asociarlo con colores como el burdeos o el verde.

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4. Un estilo clásico actualizado

Si hay algo que el sofá Chester, este es de Seanroyale, no puede negar en su carácter aristocrático, por lo que se siente como pez en el agua en salones clásicos, incluso barrocos, en los que no faltan las molduras decorativas en paredes y techos. Para crear un conjunto perfecto, procura incluir una lámpara colgante de araña o de diseño similar y algún cuadro o escultura. Para terminar, pinta la pared de un color que contraste y rodéalo de accesorios en tonos más oscuros.

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5. A todo color

Aunque por él no pasan los años, los nuevos modelos se actualizan buscando su propio lugar en las casas actuales. Además de en cuero, los ‘Chester’ de hoy se tapizan en diferentes telas, el terciopelo es uno de sus mejores aliados, y colores, como el verde de este diseño Hancock & Moore, aunque también los encontramos en amarillo, rojo, morado, tonalidades que crean una decoración llena de vida. Lo ideal es incluirlo en una base neutra, con paredes blancas, aunque si prefieres coordinarlo con los revestimientos, mejor equilibra el conjunto con accesorios sobrios y sencillos.

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6. En interiores nórdicos

Teñido en un color pastel, preferiblemente rosa o azul, el sofá 'Chester' participa fácilmente en una decoración nórdica de la que es el punto culminante. Busca la ayuda del gris, como en esta propuesta de Sofology, y recurre a piezas de madera clara, que nos sumerjan en un universo a la vez clásico e impregnado de dulzura, como de otra época. Puedes acentuar su suavidad colocando plantas verdes y accesorios decorativos, como cuadros o velas, que den claridad a la estancia.

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7. De aire retro

El estilo ‘vintage’ del sofá Chesterfield encuentra en la decoración retro una buena pareja de interiorismo, ya que, además de compartir pasado, nunca pasan de moda. Recuerda que una casa con alma ‘vintage’ no tiene que estar llena de muebles de anticuario, sino que debe mezclarse con piezas contemporáneas que le den un plus de modernidad y estilo. Esta propuesta ‘glam’ de Swoon Worthy nos encanta con su aire decadente y sofisticado y sus brillos, también los del 'Chester' en verde envejecido.

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8. 100% ‘british’

Su historia se remonta al Londres del siglo XIX, dicen que el conde de Chesterfield, de ahí su nombre, pidió que le fabricaran un sofá duro, que mantuviese la espalda recta y el resultado fue este sofá de piel con respaldo de capitoné. Por eso, si quieres un ‘look’ muy ‘british’ saca a relucir sus orígenes con un modelo como este, con alfombra con la bandera británica incluida. Puedes reforzar el efecto con pinceladas rojas o azules en los cojines o las cortinas, por ejemplo. Procura, eso sí, mantener siempre cierta sobriedad.

9. Un ambiente ‘cosy’

¿Pensabas que el ‘Chester’ no podía encajar en un ambiente familiar? Esta propuesta de Matalan te demuestra lo contrario. Para lograr esa sensación de hogar, basta con llenarlo de cojines y mantas suaves, que creen atmósfera, y rodearlo de madera natural o teñida y plantas verdes. Eso sí, el Chesterfield será aún más cálido y acogedor si está tapizado en un color intenso y acogedor, como este rojo.

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10. En versión ‘lady’

No sabemos si son los flecos o la combinación de azules de los sofás y las paredes, pero lo cierto es que este diseño de Jonathan Adler reclama su lugar como pieza principal de una decoración femenina, muy al estilo del siglo XXI. Para reforzar esa sensación, introduce alguna pincelada dorada y alguna piezas de mobiliario de formas curvas, que refuercen el carácter 'lady'.

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11. Un interior masculino

Aunque es camaleónico y no le teme a ningún estilo ni a ningún color, rodeado de tonos oscuros y objetos metálicos, el Chesterfield es todo un caballero y diseña un salón decididamente masculino, que nos remite a sus orígenes. Evidentemente, para reforzar esa sensación, debe tratarse del modelo clásico en cuero marrón. Apuesta también por la mezcla de texturas, para dar movimiento y confort, y por una base de color en negro, gris o, incluso, verde.

12. ‘Chic’ y sofisticado

Al sofá Chester, como al vino, le sientan bien los años y, por más que cumpla, parece estar siempre en forma. Su pasado aristocrático hace que su sola presencia aporte un toque de ‘glamour’ y sofisticación al salón. La versión en terciopelo es especialmente elegante y, si además se viste de negro, tiene todo para engalanar con su presencia la decoración del salón.