Si a tu salón no le sobran los metros cuadrados, estas ideas de decoración lograrán aumentar su tamaño, para que puedas moverte con comodidad por él, tengas un rincón para desconectar y un sofá donde ver en familia tus series favoritas, sin perder un ápice de estilo. Todo empieza con una pincelada minimalista, una pizca de buen gusto, mucha organización y, por supuesto, una distribución que saque partido al espacio.
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1. Apuesta por colores que funcionan
Una base neutra siempre es una buena opción en salones pequeños, ya que amplía y multiplica la luz, al igual que los acabados brillantes. “Blanco roto, tonos piedra, grises cálidos... Es importante definir una línea cromática que, aunque sea de distintas intensidades, pertenezca a la misma gama. Paredes blancas, suelo de madera o porcelánico en tono suaves y piezas de mobiliario en las mismas tonalidades es un buen ejemplo. La nota de color siempre con los textiles y complementos como los cojines, que pueden ir variando según la temporada”, señalan desde LaiaUbia Studio.
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2. Abre las puertas al ‘open concept’
Y cuando decimos abierto, nos referimos tanto a la cocina como al comedor (dos clásicos de las casas actuales) como al dormitorio, algo menos habitual, pero que va subiendo posiciones. Las distribuciones abiertas son aliadas indiscutibles de los espacios pequeños y junto a ellas, los tabiques separadores y los ‘mueble barrera’ son sus compañeros inseparables para unir y agrandar, sin perder personalidad ni lógica espacial. “Para potenciar este efecto es preciso 'romper la caja’, de manera que el techo no tenga contacto directo con las esquinas. Al eliminar los cortes, el espacio se hace infinito. Así, el salón continúa con la habitación o la cocina", explica el arquitecto Juanjo Lastra Pérez-Olaya.
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3. Mejor, muebles compactos, pequeños e ¡inteligentes!
Un mobiliario XXL en un salón XXS parecerá aún más pequeño de lo que es y hará imposible una circulación libre y fluida. Por eso, mejor piezas ni demasiado altas, ni de materiales ‘pesados’, que recarguen con su sola presencia, ni tan grandes que solo entren ellos (piensa en ese sofá rinconero de seis plazas con chaise longue). Entre los muebles ‘amigo’ encontramos mesas nido, que ocupan menos que una de centro clásica; una otomana con almacenaje integrado o piezas ‘nómadas’ con ruedas, que puedes mover y prestan servicio allí donde las necesites.
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4. Deja que entre el sol
En salones pequeños, la luz natural suple (casi) todas las carencias de la falta de metros, ya que amplía, disimula, crea sensaciones ópticas y, encima, proporciona un plus de energía al ambiente. No te olvides de los espejos y su capacidad para multiplicarla y llevarla a todos los rincones.
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5. Usa una iluminación estratégica
Esculpe la iluminación y multiplica los halos de luz con apliques y modelos de sobremesa y pie poco voluminosos, mejor que de suspensión, que amplíen y estructuren el espacio, ganando al instante unos metros cuadrados adicionales. “En salones pequeños es importante mantener el equilibrio de colores y control de la luz (lo ideal son 3000K) para conseguir un espacio que respire, nos transmita calma e invite a la relajación”, aconsejan desde LaiaUbia Studio. Y recuerda, mejor quedarse corto en luminarias que pasarse y crear un efecto plano.
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6. Cree en las soluciones a medida
Los muebles a medida son una buena manera de rentabilizar cada centímetro, creando, al mismo tiempo, espacio extra para guardar, como ocurre en este proyecto de Knowhaus con la librería de obra. Desde estanterías hasta muebles de televisión que se alargan y toman planos de pared, amortizan tanto la verticalidad como las características del lugar. Otra buena idea es intentar adaptar, en la medida de lo posible, la forma del sofá a la planta de la estancia, para que no ocupe ni visualmente ni espacialmente más de lo necesario.
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7. Emplea solo el mobiliario esencial
El maximalismo es una tendencia de decoración que está reñida, en la mayoría de los casos, con la escasez de metros cuadrados. Súmate al reto del ‘menos es más’ y elige el mobiliario que necesitas, que, además, sea cómodo, funcional y dure mucho tiempo. Por cierto, no necesariamente hablamos de minimalismo, aunque podría ser, sino de buscar el equilibrio entre el espacio disponible y la cantidad de piezas. E incorpora muebles versátiles, capaces de evolucionar con la estancia y sus nuevos usos.
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8. Sé infiel al sofá
Nos hemos acostumbrado a él y le hemos erigido como el rey del salón, sin embargo, puede que hayamos sobrevalorado su poder y que un par de cómodas butacas, una buena mecedora o dos sillones con reposapiés cumplan la misma función y se acoplen mejor tanto en nuestro estilo de vida como en las dimensiones del espacio.
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9. Juega a favor del orden
No solo debes vetar a los muebles voluminosos, los accesorios inútiles, los adornos innecesarios o las estanterías desbordadas también hay que aliarse con el orden, ya que tener todo en su lugar, bien guardado es una regla esencial para hacer crecer visualmente un salón pequeño. Por eso, nunca está de más contar con elementos para guardar que ayuden a la limpieza visual y, por supuesto, procura dejar un espacio central libre, que te permita moverte cómodamente, sin obstáculos (una esquina de una mesa, por ejemplo) a tu paso.
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10. Busca la ligereza más cálida
El salón es un espacio vital. Por eso, debes aligerarlo sin eliminar los rastros de vida, propios del día a día. Despeja el espacio, pero decora las paredes con marcos o espejos XXL (que también son muy efectivos para hacer una habitación más grande), no dudes en dejar una manta ‘colocada’ en el sofá, para proporcionar un toque cálido, y procura integrar plantas en la decoración para darle vida.
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