Contar con un buen armario en el dormitorio es algo fundamental. Además de ser práctico y versátil, debe ajustarse a nuestras necesidades particulares.
Por eso, ya sea a medida o modular, debemos ocuparnos de elegir la mejor estructura y la distribución interior, pero también las puertas más adecuadas. Y para conseguirlo, no solo hemos de atender al aspecto estético y al acabado de las mismas, sino al material y al tipo de apertura.
El espacio marca la pauta
Uno de los factores esenciales que determinan cómo va a ser el armario ropero del dormitorio es el espacio disponible con el que contamos. No solamente en lo que a la medida se refiere, sino también al material, al color y al modo en que se abren o cierran las puertas.
Por ejemplo, los colores claros son adecuados para habitaciones pequeñas, así como las puertas correderas que no ocupan espacio a la hora de abrir o cerrar el armario. En cambio, si tienes metros cuadrados de sobra, podrás elegir distribuciones en L o en U, colores más oscuros y módulos de apertura abatible.
Puertas abatibles, las más cómodas
Cuando se trata de armarios ubicados en dormitorios amplios, la mejor opción son las puertas abatibles o batientes, ya que permiten un acceso completo al interior.
El problema aparece cuando el espacio es reducido y no contamos con los centímetros necesarios para abrir y cerrar de manera cómoda. Se abren en un ángulo de 90º, por lo que necesitarás entre 60 y 80 cm libres delante del armario, según las medidas de la puerta.
Una ventaja de los cerramientos abatibles es su fácil instalación, por lo que puedes colocarlos tú misma atornillando y ajustando las bisagras. Elige herrajes resistentes y evitarás que las puertas se descuelguen con el tiempo.
Correderas, para espacios reducidos
No ocupan nada de espacio, ya que se abren y se cierran deslizándose, mediante unos rodamientos, por unas guías colocadas en la parte superior e inferior. Por eso, las correderas son perfectas para habitaciones pequeñas.
En el mercado existen hojas y guías de diferentes medidas y tamaños. Es importante que cuenten con un sistema de frenado, para que el cierre sea más suave y los rodamientos no se deterioren.
El principal inconveniente de las puertas correderas es que al abrirse dejan inaccesible una parte del armario.
Plegables, la opción intermedia
Son las puertas que llevan varias hojas (de unos 30 o 40 cm) que se pliegan como un acordeón mediante unos herrajes especiales.
Están a medio camino entre las abatibles y las correderas, ya que ocupan algo de espacio al abrirse, pero no tanto como las primeras. Y no tienen el inconveniente de las segundas, puesto que dejan libre el acceso a todo el interior del armario.
Los materiales que triunfan
Existen diversas opciones para elegir el material para las puertas de los armarios. Si bien la estructura del mueble suelen ser de aglomerado o tableros de DM (densidad media), las puertas admiten un sinfín de alternativas, en función de tus preferencias, del estilo del mueble y del presupuesto disponible.
Son la parte más decorativa, lo que queda a la vista, por lo que merece la pena que explores con calma entre las diferentes opciones hasta encontrar la que más te convenza: madera, laminado, lacado, cristal, etc.
La calidad y belleza de la madera
Las puertas de madera maciza son resistentes y duraderas. Además existen diferentes tipos para elegir, en función de si se trata de maderas blandas (como el pino, el abeto o el cedro) o duras (como el roble, el haya, el nogal o el arce).
Las primeras son ligeras y también más económicas, mientras que las segundas son más duras y caras, ya que su calidad es mayor.
En cuanto al estilo, puedes elegir puertas decoradas con molduras para dormitorios clásicos, o lisas para espacios contemporáneos.
La funcionalidad de los laminados
Las puertas se componen de una estructura de aglomerado compuesto por fibras de madera prensadas, más una chapa de madera natural que puede ser más o menos gruesa.
El resultado son superficies resistentes, capaces de soportar los cambios de temperatura y humedad.
Otra opción es que los tableros de aglomerado se terminen con un revestimiento plástico que imite cualquier otro material, como la madera, por ejemplo.
Es posible elegir entre un sinfín de diseños, acabados y colores.
Elígelas lacadas en blanco
Una de las opciones que son tendencia son las puertas de armarios lacadas en blanco. Este acabado tan especial puede realizarse sobre tableros de madera maciza o de aglomerado o DM.
Las superficies se pintan con un esmalte laca específico, consiguiendo un acabado brillante, satinado o mate, según prefieras.
Aunque puedes elegir cualquier otro color, el blanco es el más deseado, ya que resulta versátil, luminoso y muy decorativo. Si el lacado es de calidad, no amarilleará con el paso del tiempo.
Para mantener las puertas en perfecto estado, bastará con que limpies el polvo con un plumero de microfibra. En caso de que se produzca alguna mancha, puedes eliminarla con un paño suave impregnado en leche.
¿De cristal o de espejo?
De entre todos los materiales que puedes elegir para las puertas de tu armario, el cristal templado es uno de los más decorativos y versátiles, ya que se pueden crear numerosas configuraciones.
Este tipo de cristal es resistente y, además, muy seguro, ya que en caso de rotura se desmenuza en pequeños trozos reduciendo el riesgo de lesiones.
Puedes elegir el vidrio para todo el frente, o combinarlo con madera para crear una composición muy elegante. También puedes optar por cristal translúcido o al ácido de forma que el interior quede parcialmente oculto.
Otra opción son las puertas de espejo, especialmente adecuadas para estancias oscuras o muy pequeñas, ya que reflejan la luz y amplían visualmente el espacio.