Por mucho que el resto de las estancias intenten hacerle la competencia, el salón es, y seguirá siendo, el corazón de la vida social de la casa. Por eso, su decoración debe ser tan estilosa como práctica, teniendo en cuenta los hábitos y las necesidades de los moradores. Para que vayas sobre seguro, repasamos los errores más usuales en la decoración de salones y te proporcionamos las claves para corregirlos.
1. Poner ‘todo a juego’
Entre una casa de revista o de catálogo hay una gran diferencia: la personalidad y el estilo. Por eso, aunque está bien combinar muebles de la misma colección o poner telas, paredes y mobiliario en los mismos colores, tampoco debe llevarse al exceso. Lo ideal es que reine la armonía entre piezas y tonalidades distintas, capaces de imprimir ese toque tuyo. ¿Una regla que nunca falla? Ir despacio. No tengas prisa en ver tu salón montado de arriba abajo y ve escogiendo aquellas piezas que quieres tener cerca.
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2. Una distribución caótica
En la que para llegar al corazón del estar tengas que sortear sillas, muebles u otras piezas. La distribución del salón debe contar con caminos sencillos de recorrer, apostar por la limpieza visual y el orden en general y permitir moverse entre los sofás de manera cómoda y sin darse golpes.
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3. Arte en tamaño XL
Los cuadros son siempre bienvenidos a la decoración de salones, siempre que ajusten su tamaño a las dimensiones del espacio y a la pared donde van a colocarse. Un error muy común es colgar una obra XL en una pared XS, lo que, en lugar de realzar, a menudo causa el efecto contrario. Por cierto, la altura también tiene mucho que decir…
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4. Con fundas y a lo loco
Sabemos que las fundas de los sofás son muy prácticas si tienes niños pequeños, mascotas o la tapicería está vieja o deteriorada, pero nos siguen causando cierto horror (y terror) decorativo. A su favor, hay que decir que los nuevos diseños son más estilosos y encajan mejor, pero si quieres que quede como un guante, opta por retapizar. Pregunta a un tapicero si merece la pena.
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5. El lujo sin la debida sutileza
Donde el oro es el protagonista absoluto de la decoración de interiores. El nuevo lujo es más comedido, sin renunciar a cierta extravagancia, un toque de clase con materiales nobles, como el mármol, y algunas piezas recargadas de buen gusto. Por ello, no se trata de prescindir de detalles dorados o cobres sino de introducirlos con sutileza y combinarlos adecuadamente. La clave está en el equilibrio de ‘poderes’.
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6. Con piezas de imitación
En decoración, como en muchas otras parcelas de la vida, intentar aparentar lo que no se es, no suele dar buen resultado. Por este motivo, si tu presupuesto no alcanza en esos momentos para un original, como estas butacas danesas de los años 50 (en Batavia), opta por piezas de diseño (también ‘low cost’) con estilo. Es una actitud ‘deco’ mucho más auténtica y estilosa.
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7. Hacer protagonistas a las cortinas
Son el broche perfecto de cualquier ambiente: decoran, dan independencia, tamizan la luz… Pero, a no ser que tu salón le sobren los metros cuadrados y los techos sean (casi) infinitos, las cortinas excesivas en tela, motivos y complementos (abrazaderas, por ejemplo) están prohibidas. Debes procurar que vistan y hagan su función, sin llamar demasiado la atención o llamándola para bien.
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8. Abarrotarlo de piezas y accesorios
Donde haya un hueco de honor para los trofeos de tus hijos y los souvenirs de vuestro último viaje. Existe un mantra que no debes olvidar: para que entre algo nuevo, lo ideal es que salga algo viejo. No lo veas como una renuncia sino como una decoración en movimiento, que permite adecuar tus objetos a la época del año, un cambio de gustos o sencillamente un capricho ‘deco’ que te has dado. La decoración no es estática, sino que debe evolucionar contigo.
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9. Impedir la entrada de la luz
El sol nos proporciona energía e inunda todo de vitalidad y sensaciones positivas. Sin olvidar, las vistas y su conexión directa con la naturaleza. Por esos motivos, ningún elemento, ni siquiera un sofá alto, debe impedirle el paso al salón. Deja las ventanas libres y disfruta de su magia y poder.
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10. Alfombras mini en un estar maxi
Si tu alfombra no ocupa toda la zona del estar y deja fuera de la misma a algunas piezas, es mejor quitarla o añadir otro modelo para completar el conjunto, porque puede parecer un parche o que era de otro ambiente y la has aprovechado para este, con muy mal resultado. Además, de dar aspecto de desangelado al salón. Si te lo preguntabas; al revés tampoco funciona: no se trata de enmoquetar con alfombras sino de crear ambiente y delimitar áreas. Este diseño de Brianda Fizt-James Stuart para GAN está disponible en dos tamaños, para que no te equivoques.
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11. No prestar atención a la iluminación
E iluminar tu estar únicamente con lámparas de techo y focos empotrados. El salón es una estancia versátil, alrededor de la cual gira la vida social familiar. Es la sala de televisión, el estar para las sobremesas, rincón de lectura o de siestas rápidas e, incluso, comedor. Por eso, necesita, además de una iluminación cenital, luces puntuales, de pie y de sobremesa, que ayuden a crear ambiente y proporcionen la cantidad que se necesita en cada actividad.
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12. Librerías vacías
El fin de una librería es albergar libros. Por eso, aunque la organices con gusto e incorpores adornos, fotografías y plantas en sus baldas, lo que nunca debe faltar son ejemplares. Procura no dejar un hueco excesivamente libre en tus estantes y, si hace falta, rellena con los manuales de la carrera o con los cuentos de tus hijos. Ya irás devolviéndolos a su lugar, según vayas comprando las últimas novedades literarias o los clásicos de obligada lectura.
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