En los últimos años, los baños se han convertido en una de las estancias clave de la casa. Por eso, no es de extrañar que ganen protagonismo abriendo sus puertas al dormitorio, conectando ambos espacios, tanto funcional como estilísticamente. Sin olvidar, la comodidad y el placer de saltar directamente de la cama a la ducha, sin pasar frío, y de esta al vestidor. Si estás pensando en hacer reforma, estas 10 ideas de decoración pueden serte muy útiles.
1. Espacio único
El estilo de vida actual, donde el teletrabajo es una realidad, trae consigo cambios en la decoración de interiores. La distribución de las casas modernas apuesta por espacios abiertos, libres y comunicados donde las barreras se difuminan y las funciones de cada estancia se mezclan. En la cocina de hoy en día, trabajamos, los niños hacen los deberes o preparas una reunión informal con amigos. De la misma manera, el dormitorio cuenta con una versión más social: puedes contestar emails, preparar la reunión del día siguiente o regalarte una sesión de spa, sin salir de casa. Esta multitarea demanda menos compartimentación, más apertura y más espacio para disfrutar, solo o acompañado.
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2. Busca la mejor solución
Para integrarlos de manera natural, puedes usar una ‘caja’ de cristal cerrada, como en esta propuesta de Tinda's Project, que cree sensación de unidad, pero manteniendo el ruido y los olores al margen. También puedes usar un medio murete, que actúe como separador sin levantar barreras; hacer que el cabecero de la cama marque el límite entre una y otra estancia… Lo importante es que visualices el baño como una prolongación del dormitorio, teniendo en cuenta cómo vives.
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3. Abre la puerta a la luz
Los baños sin ventana son más comunes de lo que pensamos. Por este motivo, al abrir sus puertas al dormitorio se la abres también a la luz natural, logrando un espacio único mucho más luminoso, en el que el sol se llega a todos los rincones.
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4. Piensa (y actúa) como una pareja
Si vives con tu pareja, es importante que antes de lanzarte a tirar divisiones entre ambas estancias, pienses en los hábitos y horarios de cada uno, especialmente si tu marido o tú madrugáis mucho, para evitar despertarse con el ruido de la ducha, el secador de pelo o la típica canción que no puedes evitar tararear mientras te aseas. Sin olvidar, por supuesto, los olores, el ruido de la cisterna o la luz deslumbrándote a media noche.
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5. Distribuye adecuadamente
Para que realmente funcione, debes conseguir que dé respuesta a tus necesidades y se integre a la perfección con el espacio y tu forma de vida. Puedes apostar por un ambiente totalmente diáfano, ideal para personas que viven solas; una integración parcial, separando las zonas de mayor ruido con ‘tabiques de cristal’, una buena opción en baños compartidos, o dejarlo como un espacio anexo abierto o con una puerta corredera, que permita la comunicación visual, pero mantenga cierta independencia.
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6. Haz que vayan a juego
Para ello, procura que compartan un mismo estilo decorativo y una paleta cromática similar, que les una también estéticamente y que les otorgue la misma importancia en la decoración de interiores. Cuida los detalles y presta especial atención a la iluminación, para que dé respuesta al nuevo espacio.
7. En modo ‘spa’
La idea de convertir el cuarto de baño en un relajante ‘spa’ encaja a la perfección con los baños abiertos al dormitorio. Conseguirlo es cuestión de detalles y de colocar una bañera exenta en el centro de la habitación, convirtiéndola en protagonista absoluta. Después, solos nos faltan las velas, una iluminación a medida, colores tranquilos… Por cierto, aunque una ducha con hidromasaje también nos vale, ¿quién no ha soñado nunca con una bañera en medio de la estancia?
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8. Multiplica los metros
Al menos visuales, porque al tirar tabiques los espacios crecen por arte de magia o te da esa sensación. Aunque, lo normal es que ganemos metros cuadrados para el baño y los perdamos, normalmente eliminando armarios, en el dormitorio. La clave, como siempre, está en el sentido común y en el estudio de tus necesidades. En ocasiones, hay que hacer sacrificios para ganar.
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9. Deja fuera al inodoro
Lo tenemos claro, incluso cuando vives sola, el inodoro, por muy escultural que sea, no es una pieza bien recibida en un cuarto de baño abierto al dormitorio. Lo ideal, es que esté en una zona independiente, con puerta o medio murete, que no mire hacia la entrada y, si es posible, que quede oculto de la vista. Procura prestarle atención, pero sin que sea el protagonista.
10. Invita al vestidor a entrar
Si realmente quieres que sea práctico y haga tu día a día más cómodo, una buena idea es integrar el armario o el vestidor, como elemento mediador entre ambas zonas. Así, evitarás paseos innecesarios y reducirás el tiempo de vestirte, algo muy importante, especialmente por la mañana cuando cada segundo, cuenta.
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