Para limpiar el polvo, para los cristales, uno multiusos, otro para los suelos, para desinfectar… Si no tienes muy claro qué productos básicos de limpieza no pueden faltarte en casa, hoy los repasamos uno por uno. Así sabrás cuáles son los indispensables y de cuáles puedes prescindir.
Amoniaco, superpotencia limpiadora
Puede que su olor fuerte y desagradable no te seduzca, pero sin duda su poder limpiador lo hará, porque el amoniaco es un producto que tiene multitud de usos efectivos en el hogar. Hazte con alguna versión perfumada (las encuentras fácilmente en el supermercado) y no te resistas a su gran capacidad desengrasante que te ayudará a dejar brillantes los azulejos de la cocina, los cristales y los electrodomésticos. Además, es perfecto para acabar con las manchas en las tapicerías o las alfombras. Utilízalo siempre diluido en agua.
Un consejo
Nunca mezcles amoniaco con lejía porque la combinación de ambos libera vapores muy tóxicos que pueden enviarte directamente al hospital.
Lejía, la estrella de la desinfección
Tanto en el confinamiento como en la “nueva normalidad” dictada por el coronavirus, la lejía ha sido uno de los desinfectantes de uso doméstico más utilizados, ya que es efectiva, económica y fácil de usar. Además de acabar con virus y bacterias, también evita la formación de hongos y moho, por lo que es fundamental en el cuarto de baño.
Te servirá igualmente para limpiar paredes blancas y eliminar manchas amarillentas de la porcelana del lavabo y la bañera.
Un consejo
Para usar la lejía correctamente, hay que diluirla siempre en agua fría (con agua caliente se evapora el cloro y pierde efectividad) añadiendo tres cucharadas soperas de lejía por litro de agua.
Jabón lavavajillas
Es un básico de limpieza en la cocina, especialmente si no tienes lavaplatos, tanto para dejar reluciente la vajilla como para combatir la grasa en otros muchos elementos: cazuelas, menaje, superficies, etc.
También es muy efectivo para pretratar las manchas de la ropa, antes de poner la lavadora, y acabar con ellas a la primera.
Un consejo
Elige una versión concentrada, que cunde mucho más que el normal, lo cual supone un ahorro.
Guerra a la grasa
En la lista de los imprescindibles de limpieza no puede faltar un buen producto desengrasante que sea capaz de desincrustar la suciedad más difícil de la cocina. Con él te resultará mucho más sencillo limpiar el horno o la campana extractora. Bastará con pulverizar, dejar actuar y frotar después, aclarando y secando para terminar.
Utilízalo para abrillantar la vajilla si se ha quedado opaca, y para los elementos de exterior como las persianas, los muebles de jardín, etc.
Un consejo
Pulverizar las manchas de grasa de la ropa antes de lavarlas a máquina hace que desaparezcan más fácilmente.
Cristales transparentes
Los productos que se encuentran disponibles en los comercios especializados son una solución práctica cuando se trata de limpiar los cristales y dejarlos impecables. Solo tienes que pulverizar y frotar hasta secar.
Sirven para todas las superficies de cristal y espejo de la casa, desde las ventanas hasta los muebles. También te ayudan a abrillantar los azulejos y a eliminar las huellas de las superficies metálicas.
Aerosol para limpiar los muebles
Tener este producto en casa (y usarlo) hará que tus muebles de madera estén siempre relucientes. Elige uno con efecto antiestático capaz de repeler el polvo y conseguir que tarde más tiempo en aparecer. Al usarlo, no lo apliques directamente sobre los muebles, sino sobre el trapo y no te pases con la cantidad. En superficies delicadas no está de más hacer una prueba en una zona poco visible.
Un consejo
Opta por un spray limpiamuebles con cera de abeja que, además de acabar con la suciedad y el polvo, nutre la madera.
Detergente para la ropa
Si quieres obtener los mejores resultados a la hora de hacer la colada, necesitarás un buen detergente. Mejor dicho, buenos detergentes, ya que deberías usar diferentes tipos: para ropa blanca (con oxígeno activo que te ayude a recuperar la blancura), para ropa oscura (que proteja los colores intensos), para prendas delicadas, etc.
Un consejo
Presta atención a las instrucciones del fabricante en cuanto a la dosis a utilizar. Poner más detergente del necesario no hará que tu ropa quede más limpia. Será un gasto innecesario.
Errores a evitar
A la hora de utilizar los productos de limpieza, hay algunos errores que se suelen cometer y que convendría evitar:
- Cambiarlos de envase. Es algo totalmente desaconsejado, ya que puede llevar a equivocaciones. Podrías confundirte y usar el limpiador que no debes, por lo que siempre es mejor conservar la etiqueta.
- No mantenerlos lejos del alcance de los niños. Si quieres evitar accidentes y proteger a los más pequeños, guarda siempre los productos de limpieza en un lugar innacesible para ellos.
- Mezclarlos: ya sabes que ciertas combinaciones pueden ser muy peligrosas, por la toxicidad de los vapores que liberan. No lo hagas nunca.
- Usarlos sin diluir. Algunos productos puros, como el amoniaco o la lejía, han de utilizarse diluidos en agua para no estropear las superficies.
Versiones naturales
Aunque los productos de limpieza de los que te hablamos hoy tienen grandes propiedades, en ocasiones pueden sustituirse por ingredientes naturales capaces de conseguir la misma eficacia. Estos son algunos de ellos:
- Vinagre: el ácido acético resulta muy útil a la hora de hacer la limpieza doméstica. Es, por ejemplo, un excelente antical (si lo mezclas con agua y alcohol), perfecto para dejar impecables la mampara de la ducha y los azulejos del baño.
- Bicarbonato de sodio: un potente desodorizador que acaba con los malos olores de las tapicerías y las alfombras. Además es muy práctico para limpiar el fregadero y los suelos de toda la casa.
- Sal: protege los colores de la ropa.
- Limón: mezclado con bicarbonato es un potente quitagrasas.
Para una limpieza perfecta
No todos los básicos son productos de limpieza. También necesitarás otros elementos como un cepillo de barrer, un recogedor y un cubo con su fregona (de estos últimos, te conviene tener dos).
Tendrás que hacerte con un buen arsenal de bayetas de calidad (las de microfibra son muy prácticas), trapos de algodón y gamuzas. Aunque un plumero no es la mejor opción para eliminar el polvo, ya que puede extenderlo por el ambiente en lugar de recogerlo, te resultará práctico cuando tengas que hacer una limpieza exprés (elige uno con efecto atrapapolvo).