Los muebles de exterior no solo decoran tu porche, terraza o jardín, sino que son esenciales para disfrutar con comodidad de estas zonas al aire libre, tanto en espacios de estar, como en comedores de verano o junto a la piscina. Y para que estén siempre perfectos hay que darles los cuidados que necesitan, según el material del que estén fabricados. Aquí tienes una pequeña guía que te ayudará a mantenerlos como nuevos.
Un toque de naturalidad al aire libre
La madera es un material decorativo, confortable y natural. Aporta estilo y un toque cálido a cualquier ambiente, y es capaz de crear el escenario perfecto para disfrutar de muy buenos momentos al aire libre. La teca y las maderas tropicales suelen ser las más utilizadas, ya que soportan mejor la humedad y la acción de la intemperie. Sin embargo, es fundamental realizar un mantenimiento continuo para que la madera no pierda su belleza y sus cualidades.
Aunque la limpieza diaria de los muebles de jardín de madera es sencilla, ya que basta con frotarlos con agua caliente y jabón neutro, de vez en cuando necesitan un mantenimiento más complejo. Con el paso del tiempo, y sobre todo si está expuesta a los rayos directos del sol, la madera va perdiendo su color y apariencia natural y adquiere un matiz grisáceo y apagado. Para devolverle su aspecto original es necesario aplicar un producto renovador de madera y después un protector adecuado.
Alta protección para madera
A pesar de que este material natural acusa enseguida los efectos de estar a la intemperie, resulta sencillo devolverle su belleza original. Y una vez recuperada la madera, es importante aplicar un protector que la mantenga a salvo de las agresiones del exterior. Existen diferentes opciones:
- Protectores:
Penetran en la madera y la protegen desde el interior. No tapan el poro, con lo que el material respira, pero repelen el agua y tienen un efecto impermeable. Son adecuados para todo tipo de madera y existen de diferentes tipos: con acción fungicida, insecticida, etc. Pueden ser incoloros o aportar alguna tonalidad, más clara o más oscura. Un ejemplo es el aceite de teca, que nutre y protege la madera.
- Barnices:
Sellan la superficie de la madera sin penetrar en ella, y ofrecen una acción protectora frente al sol, la humedad, el uso y el paso del tiempo. Los barnices de exterior son muy resistentes y se encuentran en diferentes tonos (también incoloro) y acabados (mate, satinado, brillante, etc.).
Fibras sintéticas que destilan belleza
Es uno de los materiales más recomendables para los muebles de jardín, por su gran resistencia y durabilidad. Además, resultan bellos y decorativos ya que imitan con gran fidelidad el trenzado de las fibras vegetales, aunque también pueden hacer gala de diseños muy vanguardistas, perfectos para porches y jardines contemporáneos.
Fabricadas normalmente a partir de polietileno, las fibras sintéticas suelen incorporar un tratamiento que las protege de la radiación solar. No necesitan más que una buena limpieza periódica a base de agua y jabón.
La fuerza del hierro
Los muebles de jardín realizados en hierro forjado son todo un clásico. Con el paso del tiempo y como consecuencia de las diferentes tendencias, los diseños han evolucionado, pero el hierro se mantiene como uno de los materiales estrella en el jardín.
Para limpiarlo, no necesita más que agua jabonosa y evitar el uso de estropajos abrasivos ya que pueden dañarlo.
A largo plazo, el mantenimiento del hierro conlleva luchar contra el óxido, su principal enemigo. Para eliminar las manchas de óxido es necesario frotarlas con un cepillo metálico y después lijar la pintura. Una vez renovada la zona, hay que volver a pintar. Aplica una imprimación con efecto antióxido (para evitar que se vuelva a oxidar en el futuro) y después pinta con un esmalte para exterior.
Un consejo:
Puedes utilizar directamente pintura antióxido y así ahorrarte el paso de aplicar la imprimación previa.
¿Buscas una solución sencilla y práctica? Apuesta por el aluminio
El repertorio de materiales aptos para muebles de exterior es amplio y variado, y entre todas las opciones, el aluminio destaca como una de las más prácticas, gracias a su sencillez y versatilidad. Es un material ligero, económico y bastante resistente, en especial a la corrosión y a la humedad. Además, es fácil de manejar y posibilita una gran variedad de diseños y colores. Para mantenerlo limpio, solo necesitas agua y jabón. Su punto débil es que se raya con facilidad, por lo que hay que evitar productos y utensilios abrasivos.
Fibras naturales: ratán, mimbre...
Las fibras vegetales son un material de siempre, que no ha perdido vigencia con el tiempo, y que decorarán de maravilla cualquier rincón de exterior. Para mantenerlas en plena forma hay que limpiarlas con frecuencia, ya que el polvo y la suciedad se acumulan fácilmente entre las fibras. Para eliminar el polvo es buena idea utilizar el aspirador (un modelo de mano es lo ideal). Después se frota con un cepillo y una mezcla de agua caliente con sal gorda (2 cucharadas por litro de agua) para mantener las fibras firmes. Conviene secar muy bien las piezas.
Como tarea de mantenimiento, es conveniente nutrir las fibras vegetales de vez en cuando aplicando aceite de linaza.
Un consejo:
Si tus muebles de mimbre o ratán están ennegrecidos por el moho, frota con un cepillo empapado en agua y lejía a partes iguales. Después aclara, deja secar totalmente y aplica un producto protector fungicida.
Resina, una opción muy actual
Si eres de los que piensan que los muebles de resina para la terraza o el porche están pasados de moda, ya puedes ir cambiando de opinión. Existe un amplio repertorio de modelos actuales de diseño contemporáneo que son una opción interesante, por su gran resistencia y su escaso (o nulo) mantenimiento.
Este tipo de mobiliario no necesita más que una limpieza sencilla, aunque con el paso del tiempo puede requerir acciones más complejas, en especial si tiene manchas difíciles.
Un consejo:
Acaba con las manchas en los muebles de resina utilizando agua y amoniaco, y si aún persisten, aplica una solución a partes iguales de agua y alcohol.
Textiles todoterreno
Almohadones, cojines, fundas, etc. Las telas y elementos textiles son el complemento perfecto para los muebles de exterior. Además de decorar, de añadir color y estilo, hacen los espacios más confortables. Elige los textiles atendiendo a sus características y a sus necesidades de limpieza y mantenimiento, priorizando las telas que lleven tratamiento antimanchas: soportarán mejor la acción de la intemperie y se ensuciarán menos.
Los cojines y almohadones han de ser desenfundables y todas las telas deben poderse lavar a máquina. En caso de que se produzcan manchas en textiles que no se puedan meter en la lavadora, trata de eliminarlas con una mezcla de agua y agua oxigenada al 50 %.
Un consejo:
Conviene que las telas de exterior incorporen un tratamiento de protección solar, lo que conservará los colores intactos durante mucho más tiempo.
Fin de temporada
Cuando la temporada toque a su fin y termine el verano, es necesario preparar y guardar los muebles de exterior de la forma adecuada. Así los encontrarás en perfectas condiciones la próxima primavera.
- Para empezar hay que limpiarlos a fondo y revisarlos por si presentan algún desperfecto que haya que reparar. Si son de madera y tienen grietas o arañazos profundos, pueden rellenarse con masilla especial, lijando después.
- También conviene lubricar con un aceite multiusos los mecanismos metálicos de mesas plegables, sillas o tumbonas.
- Cubre mesas, sillas o tumbonas con fundas especiales que los protejan de la suciedad. Son impermeables pero también transpirables, por lo que evitan que se genere moho, lo que es particularmente importante cuando se trata de muebles de madera.
- Busca un lugar seco para guardar tus muebles de exterior hasta la próxima temporada.