El ‘black & white’ es uno de los dúos decorativos con más poder y carisma, siempre que se sepa cómo aplicarlo, ya que, aunque estamos ante dos neutros situados en extremos opuestos, su unión nos permite crear ambientes relajantes, donde desconectar de los estímulos visuales a los que nos enfrentamos diariamente. Para conseguir el éxito, es preciso no caer en los errores más comunes.
1. Olvidar que tiene muchas caras
La decoración en blanco y negro ofrece un montón de posibilidades en nuestros espacios, adaptándose de manera camaleónica a los distintos estilos decorativos. Puede lucir clásico, moderno, nórdico, excéntrico e, incluso, rústico, siempre que se busque la armonía, se mezcle adecuadamente y se temple su fuerza en aquellos ambientes más naturales y campestres.
2. Dejarse llevar
Y con ello, caer en el exceso. En la decoración de interiores la regla del ‘menos es más’ siempre es una buena compañera. De la misma manera que nunca darías protagonismo a las joyas cuando llevas un buen traje de pantalón negro con camisa blanca. ¡Cuestión de estilo!
3. Tratarlos de manera individual
Y de manera plana. Si quieres dotar a este binomio cromático de un plus de luminosidad e imprimirle dinamismo, es preciso jugar con los materiales, diversificar los colores, alternar elementos... En definitiva, apostar por la mezcla. ¡Atrévete a combinar lino, terciopelo, lana, encaje y algodón! Otra buena manera de imprimir brillo a la estancia es 'juntar' madera teñida de negro con otra barnizada o lacada en blanco, por ejemplo. Debido a sus matices, los materiales minerales también destacan en la decoración en blanco y negro.
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4. Potenciar su frialdad
Contrariamente a la creencia popular, ¡la decoración en blanco y negro puede ser muy cálida! Para lograrlo, puedes jugar con la iluminación; usar, e incluso abusar, cuadros, alfombras y cojines; vestir las paredes con marcos de diferentes formas y medidas, aunque preferiblemente siempre en los dos tonos; incorporar telas arriesgadas y de gran presencia, como el terciopelo, en las cortinas de la estancia; o colocar algún arreglo floral, que lo ilumine y lo realce.
5. Negarle la entrada en el dormitorio
Su fama de frío le ha cerrado habitualmente las puertas del dormitorio de matrimonio, una de las estancias de la casa donde más luz, calidez y serenidad necesitamos. Sin embargo, puede dar mucho juego y resultar, además de personal y estiloso, muy acogedor y sereno. Aquí entran a escena los textiles de la ropa de cama, las cortinas y las alfombras, además de detalles que aporten vida, como los cojines o la lamparita de noche y algunos cuadros colgados en tus paredes, que amplíen las dimensiones e impriman tu sello personal.
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6. Equivocarse con las proporciones
Para encontrar el equilibrio ideal, existe una regla de oro: el negro debe estar significativamente menos presente que el blanco, incluso si se trata de tu tonalidad preferida. Esta norma debe ser todavía más rígida en el dormitorio, si no quieres que resulte tan llamativo como frío. Así, el blanco puede estar presente en paredes, muebles, telas o accesorios, mientras que el negro debe aplicarse en pinceladas, pequeños toques sutiles en alguna pieza o en la ropa de cama.
7. Apostar por el 100%
Sofisticada y glamurosa, la decoración ‘black & white’ tiene un talón de Aquiles: la calidez. Para acentuarla, puedes incluir pinceladas de color, los grises, por ejemplo, son una de las mejores opciones, ya que dulcifican, sin restar personalidad ni fuerza. El rojo, el rosa o el verde, a través de plantas, objetos decorativos son otros buenos acompañantes. No olvides que la tonalidad del suelo, sea del material que sea, es el tercer color de todo ambiente en blanco y negro.
8. Renunciar a los motivos
Conscientes de su impactante imagen, en ocasiones preferimos usar únicamente telas y revestimientos lisos, que muestran el ‘ying y yang’ de una manera más espartana, aunque igual de elegante. Sin embargo, se nos olvida que las rayas o los dameros muestran su lado más glamuroso y sofisticado, ensalzando un estilo sin complejos, ideal para los interiores más ‘fashion’.
9. Dejar de lado lo natural
Para aportar carácter a una habitación en blanco y negro, debes prestar especial atención a la elección de los materiales e incorporar a los naturales, para que saquen el lado más auténtico del espacio. Madera, fibras vegetales, tejidos cálidos y calentitos, como la lana o las alfombras de pelo largo, son básicos de estos ambientes estéticamente impactantes.
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10. No resaltar su vena más ‘glam’
La tiene, sin duda. Con ese aire del Hollywood dorado y las fotografías en blanco y negro, esta decoración posee una cara lujosa, que puedes sacar a relucir cuando el ambiente lo permita. Eso sí, siempre en pequeñas dosis, el exceso puede acabar con el estilo, y en dorado, el plateado no tiene suficiente fuerza para triunfar.
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