Vuelve al hogar en dos vertientes distintas, aunque complementarias. Por un lado, como material de objetos decorativos para la casa -y no hablamos únicamente de las típicas macetas-. Y por otro, como una de las tonalidades más apetecibles y hot para vestir paredes, suelos y muebles. Directamente conectado con la naturaleza, recuerda que se trata de arcilla, se integra a la perfección en las tendencias decorativas del momento, que buscan en lo natural, lo artesanal y el cuidado del medio ambiente una expresión más tranquila y sostenible para el interiorismo de los espacios. Eso sí, se aleja de los tonos neutros reivindicando el poder (y el color) de la tierra.
En las piezas principales
Visualmente muy potente, es un color apetecible tanto en los meses fríos, donde aporta la calidez que necesitan nuestros interiores, como en aquellos en los que luce el sol, ya que crea sensación de hogar al instante. Además, aunque a priori pueda parecer que estamos ante un tono o un material rústico, lo cierto es que se adapta por igual a una casa de campo como a un piso moderno o un salón de estilo clásico, como en esta propuesta de Bemz. Esta versatilidad hace de él un comodín ‘deco’ lleno de personalidad.
En las paredes
A medio camino entre el marrón y el rojo, se mueve con la misma facilidad con naranjas como con tostados, diseñando una paleta natural, que evoca a la tierra en diferentes momentos: mojada, a pleno sol, en la sombra… Fácil de combinar, las paredes de este color acaparan un gran protagonismo en las estancias, por lo que necesitan a su lado tonalidades que equilibren y moderen su fuerza. Esta propuesta de Bruguer nos muestra cómo el blanco del mobiliario, puertas y ventanas aporta luminosidad y armonía al ambiente.
Como revestimiento
Dentro de esta mirada ’deco’ hacia lo natural y el valor de lo hecho a mano, la terracota se ha ganado su espacio, renovando, eso sí, su aspecto rústico y poco depurado y, por supuesto, sus empleos en el hogar. La colección Tierras de Patricia Urquiola para Mutina es un claro ejemplo. Sostenible, reinterpreta la artesanía tradicional, y lo combina con las últimas tecnologías, creando un diseño moderno, auténtico y expresivo, gracias a su textura.
En ambientes sofisticados
Aunque su imagen está relacionada directamente con la tierra y el estilo rústico o ‘wabi sabi’ les sienta muy bien, con la madera y las fibras vegetales como acompañantes, el color terracota posee un plus de sofisticación, que saldrá a relucir si usas elementos y textiles adecuados, como el terciopelo, los destellos dorados y los toques en negro. Esta propuesta de Jotun pone de manifiesto su versión más glamurosa.
Objetos decorativos
Esta reinterpretación y uso de la terracota lleva implícito una nueva imagen, que se aleja de las macetas o los jarrones típicos de este material, sin perder su relación con la tierra y su valor artesanal. Esta escultura de arcilla roja sin tratar de HK Living se incorpora a las casas actuales, de manera sencilla. Ideal para colocar sobre la chimenea o en la mesa de escritorio.
Para toda la casa
Otra de sus virtudes es su capacidad para cambiar de bando y vestir con estilo las diferentes estancias de la casa. En sus tonalidades más claras aportará calma y armonía en el dormitorio de matrimonio o en el recibidor; mientras que las más fuertes son ideales para imprimir personalidad al salón o potenciar la sensación de hogar en una cocina amplia.
Con poderes ‘deco’
Ya que estamos ante uno de los colores con más fuerza de la paleta cromática, aprovecha sus virtudes para corregir algunos de los defectos de tus espacios. Los tonos fuertes tienen el poder de acercar las paredes y reducir las dimensiones, por ejemplo, de un pasillo túnel o de una escalera casi infinita. Además, si solo lo usas en una pared, la del cabecero o en la zona de los sofás, harás que la mirada se dirija solo hacia ella, logrando una mayor profundidad.
Bien combinado
Antes de nada, recuerda que estamos ante un color potente, capaz de elevar la temperatura de un ambiente, aunque solo demos alguna pincelada. Por eso, además de con blanco, con el que crea un fuerte contraste, puedes combinarlo con tonalidades claras, que le bajen ‘los humos’ y le aporten serenidad: desde los tonos tierra más suaves, hasta los neutros o los fríos verdes y azules. Un consejo: para que resplandezca, mejor en una habitación llena de luz natural.
En pequeñas dosis
Si no quieres que 'mande' demasiado en el ambiente, es preferible que lo uses con precaución y des únicamente pinceladas, mediante las piezas secundarias, los textiles o la alfombra. Piensa que en una caja neutra se sentirán cómodos y subirán la temperatura y la sensación de hogar con su sola presencia. Una buena idea es hacer un guiño, como en este ambiente de Norsu Interiors, e incorporar algún objeto decorativo realizado en terracota.
Del exterior al interior
Aunque es en el exterior donde este material siempre ha tenido su particular feudo, ahora se mete dentro de casa, creando objetos domésticos, como la lámpara Terracota de Tomas Kral para PCM. Una combinación perfecta de diseño y artesanía, que respeta la simplicidad del método de producción utilizado con la arcilla, destacando, sin embargo, su elegancia natural. Por cierto, se producen en Talavera de la Reina.