Este piso sorprende por su estilo, muy mediterráneo, pero también con notas boho, muy chic, guiños provenzales y otros clásicos, incluso, ciertas características industriales. La interiorista Marta Castellano ha sabido equilibrar y dar forma a esta casa -un proyecto de los arquitectos Serrat-Tor- que atrapa desde el primer momento.
Un salón amplio y luminoso
En blanco, con mucha luz, madera y ladrillo visto en la pared en la que se apoya el sofá. El salón de esta casa se decora además con las piezas justas y complementos de estilo variado (la lámpara de araña que cuelga del techo, el espejo de moldura tallada en la repisa y unas mesitas auxiliares de aire étnico). Al fondo, se aprecia la cristalera que comuncia con el patio exterior con perfilería de madera.
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El blanco y la madera blanqueada como protagonistas
El interiorismo que ha dibujado la decoradora Marta Castellano (martacastellano.com) en este piso se central en el uso del color blanco en los revestimientos del suelo y de las paredes. La madera de la carpintería en un tono natural blanqueado o lavado aporta calidez y las paredes de ladrillo visto en un tono rosáceo suave enriquecen con la textura necesaria.
Otra de las constantes es el uso de piezas de mobiliario sencillas y solo las justas. Los ambientes no se llenan sino que decoran de manera fresca y original sin crear peso visual.
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Una cristalera joya
El ventanal por el que se accede al patio es una cristalera con varias puertas batientes con perfilería de madera blanqueada y un fijo superior acristalado también con molduras de madera circulares. Toda una joya que pesonaliza el espacio y que deja que la luz y la vegetación exterior entren en la casa. Las cortinas blancas se apoyan generosamente en el suelo y, detrás de la columna, se coloca un pequeño rincón con mesa y sillas, perfecto para leer o desayunar.
Un patio urbano en el que desconectar
Y con ese aire exótico que logran las plantas de gran tamaño y el mobiliario escogido. Este patio es un refugio urbano concebido como un lugar al aire libre en el que prolonga la vida con calma. Muebles para descansar, como el banco balancín que aparece en esta imagen en primer plano, y zona de comedor, todo bajo una pérgola techada con mimbre.
Una cocina abierta para compartir
La interiorista Marta Castellano ha proyectado la cocina de esta casa como un espacio abierto y amplio para compartir. Así, goza de luz natural que llega desde la cristalera y el pario y cuenta con una gran isla central con zona de cocción, espacio de almacenamiento y encimera de trabajo, que delimita visualemente el ambiente respecto al salón. Para que la integración fuera total, los electrodomésticos se ocultan a la vista y el mobiliario usa los colores suaves para encajar en el proyecto.
De la cocina al comedor y dormitorios
La cocina es actual y al tiempo introduce detalles industriales y afines al estilo retro a través del ladrillo visto, la campana que simula un conducto, el radiador y los apliques de la pared sobre el fregadero. Al fondo en esta imagen se aprecia el paso al comedor y las puertas, del mismo estilo clásico y acabado que las de la cristalera principal, que comunican con los dormitorios. El sistema corredero elegido con guías vistas en negro es otro detalle más que personaliza el interiorismo.
Un rincón de comedor "de paso"
El comedor en esta casa está delimitado por su ubicación en un espacio independiente del salón y de la cocina, pero que es al mismo tiempo una zona de paso. La mesa de sobre circular evita compartimentar o encajar un espacio distribuidor. Con sillas de rejilla y una lámpara de techo en fibra el estilo mediterráneo es protagonista. En la pared, las puertas correderas dan acceso a un dormitorio juvenil.
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Una acogedora zona de trabajo
Decorada en el mismo estilo mediterráneo y natural que el resto de los ambientes de la casa, este despacho es un lujo. Se decora con una mesa rectangular que acoge dos puestos, un aparador en la pared (muy alejado del clásico mueble de trabajo) y un altillo de estructura metálica en color negro al que se accede por una escalerilla y que se aprovecha como bilioteca.
Mediterráneo y étnico a partes iguales
Así es este dormitorio principal. En él las texturas son las protagonistas, mezclando el ladrillo de la pared, las bovedillas del techo, la madera de las ventanas y contraventanas y el cemento del suelo, con la calidez de los textiles naturales que visten la cama.
Una mirada hacia arriba
En este otro dormitorio nos detenemos en el techo, otra pequeña joya de esta vivienda: las bovedillas comparten espacio con una moldura decorativa en blanco que marca la transición entre pared y techo. En el centro una original lámpara realizada con ruedas y bombillas.
El dormitorio juvenil
En esta habitación el ladrillo se ha reservado para la pared principal en la que se apoyan la cama y el armario. Aquí las piezas escogidas para amueblar el espacio le dan un carácter vintage con un armario exento en madera de diseño clásico, una cama de forja en color blanco, un taburete como mesita auxiliar, la lámpara de araña que cuelga del techo sobre esta zona y los interruptores de pared de línea retro. El conjunto se actualiza con la hornacina de la pared retroliluminada.
Un baño coqueto con cabinas en paralelo
Inodoro a la derecha y cabina de ducha a la izquierda, delimitadas por cristal y con un sistema de cortina, que concede privacidad. En el centro el frente de lavabo doble con una original composición de espejos biselados de varios tamaños.
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