Lo hemos dicho muchas veces, el recibidor es la primera impresión que tienes de una casa. Por eso, ponerlo a punto es importante, especialmente en esta época del año en la que recibes más invitados de lo habitual. Además de darle un toque navideño, debes reforzar su función práctica, para que tus visitas puedan dejar el abrigo o el bolso, limpiarse los zapatos… En definitiva, brindar una cálida bienvenida y evitar que tu vivienda acabe llena de pisadas de barro, pañuelos olvidados y cazadoras sobre la cama de tus hijos.
Organiza en clave ‘deco’
Porque nunca, pero en estas fechas con más motivo, debemos renunciar al estilo y al poder de una buena (y bonita) decoración. Un arreglo floral, un adorno especial, un cuadro o dos, un candelabro o una vela: ¡Todo está permitido! No dejes pasar la oportunidad de dar una buena impresión y piensa que en esta zona de la casa comienza la fiesta.
Coloca un asiento cerca
Una butaca, una silla o, incluso, un banco resultan muy útiles si alguien quiere descalzarse al entrar, pero también pueden hacer las veces de perchero, para dejar el bolso colgado en el respaldo o sobre el asiento, o como lugar improvisado para los regalos que os entregaréis al final de la velada.
Acondiciona el armario de la entrada
Muchas viviendas poseen un armario empotrado en la entrada para dejar la ropa de la calle. El problema es que normalmente suele estar lleno de prendas y enseres: la bolsa de pádel o la mochila del colegio son dos clásicos. Por eso, es importante que lo despejes y añadas alguna percha extra, para que tus invitados puedan dejar sus abrigos en él y luego cogerlos con comodidad cuando se vayan.
Hazte con un perchero o dos
Si no dispones de armario en la entrada o tu número de invitados supera su capacidad de almacenaje, los percheros son la mejor solución. Ponlos cercanos a la puerta, en un lugar que no molesten y si se queda corto, pon dos u opta por los ‘tipo burro’, que puedes desmontar cuando las fiestas terminen y guardarlo hasta el año siguiente. Por favor, no cometas el error de habilitar la cama de un dormitorio como perchero, ¡es una idea tan poco práctica y glamurosa!
Un lugar para los bolsos y las bufandas
Aunque tus invitadas pueden colgarlo de sus asientos, nunca está de más contar con una solución, como esta de KSL Living, para dejarlos en la entrada. Eso sí, procura establecer cierto orden y no poner más de dos en cada gancho.
Un mueble o una consola
Si este año has decidido que el móvil no será un comensal más en tu mesa de navidad, al menos durante la comida, necesitas un vaciabolsillos, donde tus invitados puedan ‘aparcarlo’ hasta la hora de los postres. La idea de dejarlos en el centro de la mesa, como ocurre en la película ‘Perfectos desconocidos’, no es la mejor opción. Solo tienes que pensar en el final del filme.
Una alfombra a sus pies
Aunque tengas un felpudo en la entrada a tu vivienda, no hay mejor manera de dar una cálida bienvenida que con una alfombra. Además, si la eliges lavable, como esta de Lorena Canals, podrá hacer de 'felpudo interior' y eliminar a fondo los restos de tierra o suciedad.
Recupera el paragüero
También tienen cabida en las viviendas actuales. Seguro que tu casa está impoluta y decorada como la ocasión se merece. Por este motivo, no dejes que la lluvia o la nieve lo estropeen y pon un paragüero tan exclusivo como este de Antoni Arola para Mobles 114, para que tus invitados no manchen el suelo o las paredes con gotas de agua. No subestimes su poder ‘deco’ porque pueden contribuir a un recibidor de ‘10’.
Un espejo para el último retoque
Y de paso dar profundidad al espacio y un plus de luz en la comida de Navidad. Son unos de nuestros recursos preferidos, porque, además de bonitos y prácticos, equilibran proporciones y decoran por sí mismos. Tus invitados agradecerán contar con uno cerca si llevan sombrero o cuando se vayan, para ponerse bien el pañuelo o colocarse el cuello del abrigo.
Un zapatero, por si acaso
Aunque todavía no hayas adoptado la costumbre nórdica o japonesa de descalzarte al entrar en una casa, lo cierto es que un zapatero es siempre bien venido en cualquier entrada al hogar. No se trata de obligar a tus invitados a hacerlo, pero sí de dar la opción, especialmente si hay niños, ya que estos suelen ir por casa descalzos y de paso no pondrás en peligro tu sofá.