Al desnudo. Así se muestra esta vivienda madrileña, con sus techos altos, sus molduras decorativas y sus paredes de ladrillo. Y es, sin duda, en esta desnudez visual donde radica su mayor encanto. Además, su reforma, obra del estudio Ábaton, tiene otra cosa en común con la película de Mankiewicz: su brillantez e inteligencia. Dos cualidades presentes en un proyecto que busca el respeto por la esencia original y la comodidad y el ‘look’ de una casa moderna, hecha para vivir y disfrutar.