1. El color de las paredes importa
Especialmente si quieres arriesgar y aparcar el blanco o los ‘facilones’ neutros, a favor de los tonos del año. Las paredes de colores están de moda, pero a la hora de decidirte por una u otra tonalidad, piensa en los muebles y las telas que van en ese ambiente. Tus sofás burdeos pueden chocar de frente con una pared roja o con unas cortinas con estampados tropicales. Por eso, pinta antes y decide después con qué llenar tus estancias.
2. El espacio se adapta a ti
Nunca al revés. No existe un espacio feo, solo mal aprovechado o mal vestido. Para que una estancia funcione debe, en primer lugar, dar respuesta a tus necesidades y hábitos. Si apenas recibes visitas ¿para qué quieres un cuarto de invitados perfecto o una mesa de comedor para ocho? Establece tus prioridades y decora en consecuencia. El segundo paso es la distribución, busca que sea fluida, deje pasar la luz y ofrezca la mejor opción a los metros disponibles.
3. Antes de amueblar, mide
Es un error frecuente que, con la emoción de amueblar la casa, no prestes atención al espacio disponible. Sin olvidar que en la tienda un sofá de cuatro plazas y dos butacas suelen encajar bien, mientras que en tu salón cada centímetro cuenta. Por eso, antes de comprar o, incluso, de cambiar los muebles de lugar, mide el espacio, distribuye en consecuencia y, si aún no lo tienes claro, usa papel de periódico recreando las medidas. Recuerda que la simetría siempre ayuda a crear espacios organizados y en armonía.
4. Di sí a los ‘aderezos’ para el estar
Pero en su justa medida. Los cojines son uno de los complementos que crean hogar y ayudan a personalizar, pero esto no significa que toda valga. Debes encontrar el número ideal, pensando siempre que igual de malo es poner muchos como pocos. Para que te hagas una idea, en un sofá de tres plazas, no coloques nunca más de cuatro. Una mantita o un plaid en el reposabrazos de tu sofá es otra manera de aportar un toque de calidez, muy apetecible durante el invierno. Eso sí, tiene que colocarse de una manera natural, los estilismos demasiado forzados, chirrían en el conjunto ‘deco’ final.
5. Ni muy lleno…
¡Ni muy vacío! Sabemos que pecar de cierto exceso puede ayudarnos a dar personalidad a nuestras estancias, pero la barrera entre el 'toque' y el efecto ‘tienda’ es muy fina, tanto que puedes caerte en cualquier momento. Eso sí, tampoco debes apostar por el vacío y la limpieza visual extrema, ya que, hasta el minimalismo más formal, juega siempre con ciertos elementos ‘deco’. Procura no crear lucha de gigantes entre piezas de gran protagonismo y equilibra con las proporciones y la lógica.
6. Disimula los defectos
Y potencia sus cualidades. Molduras decorativas, suelos originales, como este de Cerámicas Santarela, abundante luz natural… Da visibilidad a todo aquello que puede dar juego y oculta con la decoración sus pequeños defectos: como pasillos tipo ‘túnel’, unas vistas feas o inexistentes…
7. El dormitorio: ordenado y en calma
El caos y el exceso de estímulos -de la televisión y el móvil ni hablamos-, no son bienvenidos en esta estancia que debe proporcionar una atmósfera relajada que favorezca el descanso. Tampoco se trata de pasarse con el color blanco, recreando la habitación de un hospital. Eso sí, algo que no puede faltarte, aunque tu dormitorio sea XS o S, son las mesillas de noche.
8. La funcionalidad no está reñida con la estética
No cedas terreno a favor de una u otra. En decoración, la parte práctica es tan importante como la estética y la unión de ambas ayuda a crear interiores llenos de estilo, donde se vive y se disfruta la casa. Como muestra el el grifo y el triturador de InSinkErator, que logran un plus de diseño en la cocina.
9. Alíate con los neutros
Con ellos es (casi) imposible equivocarse. Elige una base neutra, con tonos claros en paredes, piezas principales como el sofá, e, incluso, cortinas, como en esta propuesta de Lizzo (en Pepe Peñalver), y da rienda a tu vena más desenfadada y colorista con complementos como cojines, alfombras… Eso sí, apuesta por la 'regla de tres' y combina ese número de colores o de estampados, para no pasarte de lo estilísticamente correcto.
10. Ama las cortinas
Porque no solo ‘visten’ tu vivienda y aportan un toque de estilo sino que, además, aíslan del frío y del calor y evitan miradas indiscretas, incluso cuando no tengas vecinos cerca. Estas de GP & J Baker, en Gastón y Daniela.
11. Ilumina adecuadamente
No menosprecies el papel de la iluminación en la decoración de una casa. La luz tiene el poder de acompañarte, embellecer los ambientes y servirte de guía. Presta atención al proyecto lumínico, apuesta por luminarias eficientes y evita las bombillas blancas, tan potentes como faltas de emoción. Un sitio donde no puede faltar es en el comedor, elige un modelo proporcionado al tamaño y la forma de la mesa, como en esta propuesta de Habitat.
12. Confía en el verde
Porque las plantas y las flores tienen la capacidad de imprimir vida a una estancia con su sola presencia. Tampoco olvides las posibilidades decorativas de mezclar distintas texturas, como fibras, maderas o brillos, para llenar de fuerza y vitalidad tus interiores.
13. Las alfombras suman puntos
Especialmente durante el invierno. Aportan calidez, delimitan ambientes en un mismo espacio, protegen el pavimento, son buenos aislantes térmicos y acústicos, ofrecen una pisada mullida… Para Deanna Comellini, diseñadora de G.T.Design, “la alfombra es un verdadero mueble y no solamente un mero complemento simple. Para crear una atmósfera íntima y cálida en una sala de estar es el elemento clave para centrar la atención. Debe elegirse con cuidado, tanto por el matiz, que debe estar en línea con el de los muebles para mejorar todo el entorno, como por las dimensiones, que deben tener en cuenta la habitación donde se coloca”. La de la imagen pertenece a la colección In-Touch de la marca italiana y está disponible en 11 colores.