En el salón hay vida mucho más allá del sofá y, en muchas ocasiones, son los secundarios (sillones, mesitas auxiliares, pufs…) los que, además de ofrecer asiento extra o una superficie de apoyo, redondean al alza el resultado final. Hoy reivindicamos el papel estelar que tienen los sillones en la decoración de interiores, con una selección tan funcional como bonita.
1. Marcando estilo
Giratorio, para que no te pierdas ninguna conversación o puedas dar la espalda a la televisión cuando te canses de ella, el Nuage de Roche Bobois, cuyo diseño es para algunos un guiño a los videojuegos y para otros, una @ estilizada, resulta tan cómodo como original. Puedes ponerlos a juego con el sofá, como aquí, o dejarlos ir por libre.
2. La pareja perfecta
O el trío si incluimos en el pack a la mesa de centro. Los sillones a juego con el sofá forman un conjunto equilibrado, lleno de armonía visual, que encaja muy bien en salones clásicos. La colección Apollo de Antonio Citterio para Maxalto cumple a la perfección su función integradora, brindando, además, ergonomía, gracias a sus formas fluidas, y confort, por su mullida y cálida tapicería.
3. Con mucho ritmo
Y no solo por su nombre, Rumba, sino por sus formas redondeadas y voluminosas, que evocan el movimiento de los vestidos al bailar. Creada por Adriana Hoyos para PortobelloStreet.es, estos sillones pondrán estilo y mucho ritmo ‘deco’ a tu salón, sin perder, entre baile y baile, ni un ápice de elegancia y sofisticación. ¿Bailamos?
4. En formato XXL
Tan cómodo como parece, con él no echarás de menos el sofá. Eso sí, solo es apto para salones de grandes dimensiones y, aunque puede ir suelto, se encuentra más cómodo si tiene compañía. John Jones de Seanroyale combina diseño y artesanía para ofrecer confort y autenticidad en una sola pieza.
5. Una joya en el estar
Los muebles icónicos son capaces de ensalzar tus ambientes con su sola presencia, haciendo sombra, incluso, al rey del salón, entiéndase que hablamos del sofá. Por eso, con más de 60 años, Egg de Arne Jacobsen, editada por Fritz Hansen, sigue siendo tan preciosa como el primer día. Una escultura orgánica que reinará (casi) en solitario.
6. Todo al negro
Un color básico, y clásico, que ha brillado con fuerza durante este año es el negro. Por eso, no hemos podido resistir la tentación de incluir un icono como la CH07 de Carl Hansen & Son en nuestro ‘shopping’ de asientos para el salón. Considerado como uno de los diseños más emblemáticos e innovadores de Hans J. Wegner, su asiento en forma de ala y respaldo curvo sostenido por tres patas es una verdadera delicia y cumple todos los requisitos que exige el diseñador en un asiento: ser cómodo y verse bello desde todos los ángulos.
7. Fibras naturales: el más natural
Primero pasaron del exterior al interior, ofreciendo un sinfín de posibilidades dentro de casa. Ahora saltan de su estación fetiche (el verano) al otoño-invierno, demostrando que no tienen miedo al frío. Abanderadas de un estilo de vida que cuida y respeta el planeta, renuevan su imagen para amoldarse a estilos más urbanos. El asiento y el respaldo del sillón Ulriksberg de Ikea son de ratán y se han fabricado a mano.
8. Gemelas ‘vintage’
¿Por qué conformarse con un asiento si puedes tener dos? Eso sí, siempre que tu salón tenga el tamaño adecuado, para no asfixiar con demasiados muebles la zona de estar. En esta propuesta de Batavia, las dos butacas originales de los años 50 imprimen personalidad al ambiente. Además su diseño ligeramente inclinado invita a la relajación en una cómoda postura.
9. La rebelde del grupo
Este asiento con alma de tumbona también puede ser una opción a la hora de elegir el mobiliario para el estar, ya que, además de romper con la rutina estilística, incluso cuando el ambiente incluye la colección Dress-Up! de Rodolfo Dordoni para Cassina, nos brinda el lugar perfecto para echar una siesta o leer un libro. ¡Tiembla sofá!
10. Opuestos que se atraen
En este ambiente de la arquitecta Annabella Capasso, la zona de estar se diseña como un rectángulo, con dos sofás de terciopelo burdeos y cuatro sillones enfrentados. En un espacio de gran clasicismo, debido en gran medida a los cuadros y esculturas que visten sus paredes y rincones, las dos parejas de sillones rompen el formalismo imperante con sus atrevidas formas, en un caso, y su alegre colorido, en el otro.
11. En versión mecedora
Pocas piezas tienen tanto encanto y recuerdos como una mecedora. Sin olvidar, el placer y la agradable sensación de su suave balanceo. La 866 F de Thonet reinventa el clásico diseño con un modelo moderno, que combina una estructura de madera con mullidos cojines, dispuesta a hacer las tardes y las noches más confortables. Por cierto, si acabas de tener un niño, a lo mejor la buscas un hueco en su habitación.
12. In & out
Las barreras entre el interior y el exterior se difuminan, ampliando los metros cuadrados de las viviendas y mejorando notablemente su relación con el entorno que la rodea. Por eso, este sillón nacido para el jardín posee también vocación de asiento de cuarto de estar. ¿Los motivos? Su mullida estructura ergonómica, ideal para siestas frente al televisor, su variedad de colores (rojo, mostaza, blanco…), su frescura y vitalidad y su tapicería desenfundable. Por cierto, se llama Mareta y es un diseño de Héctor Serrano para Diabla.