Esta reforma multiplica los metros, la luz y el encanto de este apartamento barcelonés

Este apartamento de Barcelona demuestra que se puede ser pequeño y ‘chic’ y que los metros no son un problema a la hora de crear una vivienda cómoda, funcional y con vistas. Siempre eso sí, que la reforma sea la adecuada y los arquitectos encargados sepan no solo vislumbrar las posibilidades espaciales de la casa sino también plasmar los deseos y las necesidades de sus moradores. Ambos requisitos se dan en este proyecto de YLAB Arquitectos Barcelona.

“Los propietarios, una pareja enamorada de Barcelona, buscaban disfrutar de la cercanía del mar y la tranquilidad de esta parte de la ciudad (el parque de Diagonal Mar). Además, querían convertir esta vivienda de dos habitaciones en un espacio confortable y funcional de un solo dormitorio, donde los ambientes principales se conectasen y se abriesen a la terraza, mediante un espectacular ventanal“, señalan desde el estudio de arquitectura. 

Para lograr sus objetivos, se realizó una redistribución completa de la vivienda, dando prioridad al espacio común central, formado por la cocina y el salón, que se alinea con el dormitorio suite a lo largo del ventanal, buscando el máximo aprovechamiento de las vistas y la luz.

Para dar más unidad al espacio, el perímetro se ha revestido de madera, alternando el roble y la laca marfil con acentos en color grafito. Este revestimiento, realizado por Carpintería Gurdó, está presente también en el mobiliario a medida y los aplacados de las paredes, mimetizados con las puertas de las diferentes estancias.

La decoración de este apartamento está en consonancia con el espíritu moderno de la reforma. Los tonos neutros, el gris del sofá va a juego con el de las paredes, ayudan a crear espacios contemporáneos, visualmente limpios, pero, al mismo tiempo, acogedores, gracias al pavimento de madera de Admonter, los cuadros de Claudia Valsells, la alfombra y, sobre todo, la iluminación.

Nada más entrar a este apartamento de Barcelona, se aprecia un espacio abierto, que alberga las zonas públicas de la vivienda (salón, comedor y cocina) y se prolonga hacia el dormitorio. En el vestíbulo comienza el revestimiento en laca blanco que conecta con la cocina, separadas ambas estancias por una puerta pivotante con herrajes JNF, que desaparece de la vista cuando se abre. 

La terraza, que une en el exterior el salón con la habitación, ofrece, además de unas preciosas vistas, un rincón ideal para leer un libro o relajarse durante el buen tiempo, que suele haber en Barcelona, incluso en invierno. Manteniendo el mismo estilo decorativo que el interior se ha amueblado con butacas de cuero negro de Isist y una alfombra de exterior de Francisco Cumellas. Prestando atención a cada detalle, las jardineras laterales de obra están acabadas en piedra abujardada color oscuro, buscando prolongar visualmente el ventanal.

Realizada a medida como el resto del mobiliario, la cocina cuenta con unos estantes decorativos que aprovechan la profundidad del mueble y donde se han colocado varias figuras y adornos, para dar un toque de estilo. Integrada en ese espacio único, se prolonga longitudinalmente hasta el salón y la terraza, solo separada por un mueble central, que oculta un pilar estructural y cuyo diseño enmarca la visión del mar al fondo. Las paredes que conectan estos ambientes están revestidas en madera de roble, ofreciendo mayor funcionalidad y añadiendo sitio extra de almacenaje, algo que siempre viene bien.

Jugando con la combinación de madera, presente en el pavimento y en el mueble a medida, laca blanca marfil y grafito, el diseño de esta cocina, obra de YLAB Arquitectos Barcelona, es perfecto para un piso urbano, abierto y sin complejos por su tamaño (en total, tiene 68 metros cuadrados). La gran isla central alberga una práctica zona de office, perfecta para el desayuno o las comidas del día a día.

El dormitorio está conectado a la sala común a través de un ventanal longitudinal, revestido con un gran marco grafito, que conecta con el acabado en el mismo color de la terraza y acentúa el encuadre de la vista exterior. La decoración sencilla y parca en adornos, no deja, sin embargo, ningún detalle suelto, incluso cuenta con un agradable rincón de lectura con una silla de Sibast y una cálida alfombra de Cumellas. 

El cuarto de baño que forma parte del dormitorio tipo suite, está separado del mismo por una puerta de cristal en color grafito, a juego con el ventanal, que otorga intimidad, pero deja pasar la luz, al mismo tiempo. Revestido por completo en gres color marfil, a juego con el resto de la vivienda, cuenta con un lavabo suspendido de Ikebe con cajonera de roble y bañera con iluminación mural oculta.