La mayoría de las teorías psicológicas sobre la formación de nuestra personalidad subrayan que durante la infancia es cuando se proyecta qué clase de adulto seremos de mayores, cuáles serán nuestras predisposiciones intelectuales, miedos, afinidades y traumas. Y también si seremos adultos organizados o predispuestos a nadar en el caos, si nos gustará la aventura o los ambientes de confort.