5. Hazlo tuyo
Los techos altos, los grandes ventanales, las paredes de ladrillo y la falta de tabiques entre las distintas estancias pueden crear espacios impersonales, bellos estéticamente, pero sin alma. Es aquí donde entra en juego tu carácter y tu estilo de vida. No tengas miedo de incorporar algo lo suficientemente rompedor que dé vida y fuerza al espacio, como este espectacular mural de Wallpepper, que hace, además, las veces de cabecero.