Espacios que no serían iguales sin unas persianas así
Hay casos en los que unas persianas pueden dar un toque de estilo único a un espacio, como en este ejemplo de decoración en el que un sistema de llamas estático puede abrirse y cerrar permitiendo pasar la luz o cerrando herméticamente la habitación. Es útil, pero también una decisión estética que genera uniformidad y armonía.
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Persianas hacia fuera
Este sistema de persianas exteriores forma parte de la fachada y de la decoración exterior de la casa. Permite regular la cantidad de luz que entra en la casa y el nivel de privacidad que se mantiene respecto al exterior. Es un elemento decorativo que moderniza una edificación clásica y le da un aspecto útil y divertido.
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El juego de las lamas fantasma
Esta persiana es un trampantojo, una aparición que falsea el maravilloso efecto óptico de las sombras chinescas producidas por las lamas de una persiana inexistente en el interior de una habitación. Esa imagen se produce gracias a un vinilo pegado en una gran ventanal, que a su vez permite la superposición de un estor que juega el papel de difuminar la luz y de apagar la luminosidad en las horas de mayor influencia solar.
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Persianas correderas
Esta combinación es tremendamente original y genera la sensación de cierta uniformidad entre la puerta de la casa y la ventana del segundo piso. Las persianas son módulos desplazables en vertical que permiten superponer dos o tres hojas o dejarlas todas en posición cerrada. Evoca a las eternas persianas de madera o bambú pero sofistica el clásico aportándole una nota de vanguardia.
Persianas para un techo
Existen otras combinaciones aún más elaboradas, pero una persiana colgante siempre aporta un punto festivo a un exterior. Es un elemento decorativo y útil asociado inequívocamente a ambientes mediterráneos, españoles e italianos, y que se interrelaciona muy bien con otros elementos de madera y plantas.
Potencia el lado rústico
Aunque hemos visto persianas que modernizan y que nos acercan a auténticas vanguardias de la decoración, cuando queremos generar un entorno rústico vintage no hay nada mejor que apoyaros en un clásico entre los clásicos, la persiana de toda la vida, con su sistema de cuerda que enrolla la parte baja de la lamas. Cuando instalamos una versión así, actualizada, en un cuarto de baño con bañera vista o una cocina decorada con madera o tonos blancos, es difícil no triunfar.
Otro tipo de persianas horizontales
Esta es la versión más sofisticada de colocar una persiana en el techo, utilizando raíles que sitúan las persianas en vigas y que, por tanto, podemos graduar en varios niveles, permitiendo generar un falso techo en una zona, la mesa por ejemplo, y dejar otra a la vista con sol. Este elemento estético es siempre ganador.
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Toda una pared de persiana
Cuando la persiana es un mueble más, y de madera, con entidad propia y que se integra en la decoración general. Así puede ser este elemento de decoración que además, al jugar con la luz, hace que los tonos ocres de la madera generen un efecto casi de arco iris monocromático sobre las lamas.
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Persianas donde no lo esperas
Cada vez está más extendida la tendencia de generar espacios diáfanos en los hogares, pero sin renunciar a mantener ciertas zonas de amortiguación del sonido para dormitorios o despachos, con mamparas de cristal. La forma de generar cierta intimidad es con unas sencillas persianas blancas, que forman una solución muy elegante, estilosa y limpia de privacidad, por encima de los ya clásicos estores.
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Efecto persiana en interior
Disfrutar de cómo el efecto de la luz tras la persiana atraviesa la habitación en una veraniega tarde de siesta es un placer que la decoración de interiores nos ha reservado. Existen soluciones más allá del diseño de interiores, que se integran en la fachada y que aportan ese efecto con toda la utilidad de materiales resistentes y con mucho estilo.
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