Permite crear superficies continuas en paredes y suelos, pero también sirve para dar forma a muebles. Soporta bien la humedad, es resistente y se adapta a todos los estilos decorativos. Te hablamos del microcemento, un revestimiento con muchas posibilidades.
Todo lo que debes saber sobre el microcemento
Quizá te preguntes qué es exactamente el microcemento. Se trata de un material de 2 a 3 mm de grosor –lo que evita casi con seguridad que tengas que cepillar puertas- que se aplica sobre cualquier superficie sin necesidad de retirar el revestimiento original que ya hubiera porque tiene una gran adherencia (esto también implica un ahorro en la retirada del material antiguo).
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Lo deben instalar profesionales para que el acabado sea el deseado, pero de esta manera, es un material fácil de trabajar y que se coloca en poco tiempo (aunque depende de las características concretas de cada proyecto, calcula una aplicación de 35 metros cuadrados por día). El material en sí está compuesto por una base cementicia mezclada con polímeros, fibras, aireadores, áridos ultrafinos y acelerantes. A esta mezcla se añaden pigmentos de colores.
No pienses que el microcemento es un revestimiento que se coloca solo en espacios comerciales donde habrá mucho uso, es perfecto para interiores domésticos, donde es igualmente resistente. Y tampoco se reserva únicamente para ambientes de estilo industrial. Es neutro y versátil por lo que se adaptará a la tendencia decorativa que quieras. En definitiva se convierte en una base neutra sobre la que decorar como prefieras. Está disponible en colores, a base de pigmentos que se añaden a la base cementicia, y que te permiten jugar con el acabado.
El acabado puede ser mate, satinado o muy brillante, para lo que se pule con máquina. Y además presenta varias texturas: gruesa, media o fina. Desde Topciment, empresa especializada en microcemento, explican que cuentan con varios tipos según la aplicación:
Microbase. Un microcemento para suelos rústicos, de aspecto artesanal y textura irregular. También se usa como base de preparación en otros acabados.
Microstone. Para exterior. Tiene un color uniforme y un aspecto similar a la piedra. Además, es antideslizante y de textura gruesa.
Microdeck. El usado en pavimentos, es resistente al tránsito intenso.
Microfino. Este tipo de micromento es perfecto para revestir paredes. De tacto fino, permite diferentes acabados aunque su textura es fina.
Aquaciment. El revestimiento ideal para piscinas y tanques por su resistencia a las sales y al cloro del agua.
Soporta bien el contacto con el agua (es impermeable) y esto hace que sea un material muy apropiado para su uso en cocinas y baños y también en exteriores. Al tratarse de un material continuo no tiene juntas por las que pueda filtrarse el agua. De ahí que sea posible, por ejemplo, crear una bañera o plato de ducha en un baño con microcemento a juego con el suelo o prolongar el material en el lavabo.
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También en el exterior es muy apropiado para el suelo del porche, en todo el patio o para la zona que rodea la piscina. No se raja fácilmente (algo que al cemento común sí le ocurre) porque soporta las altas temperaturas y no se altera con los rayos ultravioletas.
En el caso de los muebles, el microcemento recubre superficies de hormigón, placas de yeso o DM. Así se puede crear un mueble a medida y acabarlo con este material. Además, hay que tener en cuenta que el microcemento prácticamente no genera escombros, es un material bastante limpio en su aplicación por lo que te ayudará en la tarea final en una reforma.
Además, no debes olvidar que es un producto respetuoso con el medio ambiente y genera espacios libres de gérmenes y bacterias.
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Microcemento calefactado o radiante
Otra marca especializada en microcemento como es Topcret cuenta con el sistema Summery, que permite que cualquier revestimiento de Topcret sea calefactado. Un sistema invisible de calefacción eléctrica y ultradelgada se incorpora al microrevestimiento y permite tener así en la estancia, también suelos y cocinas, una temperatura agradable. Este microcemento radiante lleva una malla de calefacción que se vincula fácilmente a la instalación eléctrica
¿Cómo se aplica el microcemento?
Sobre una superficie limpia, seca y resistente se aplica una primera capa de microcemento (en el caso de que se trate de un suelo a revestir se recomienda instalar una malla de fibra de vidrio para evitar fisuras posteriores). Se debe aplicar con una temperatura de entre 5 y 35 grados centígrados. Entre capa y capa se lija o pule para eliminar irregularidades. Cuando seca la primera capa se aplica la segunda de un microcemento más grueso que rellena poros y juntas existentes. Una vez seca, se aplican otras dos capas de microcemento fino para finalmente sellar (que se aplica con una temperatura de la superficie de entre 10 y 30 grados centígrados), lo que evita que el suelo se manche o ensucie con facilidad. Esta capa le da resistencia e impermeabilidad. ¡Ya está listo! Ahora solo queda esperar entre 8 y 14 horas para poder pisarlo.
La limpieza y mantenimiento del microcemento
Tarea sencilla. Se limpia con agua y jabón neutro. Es recomendable aplicar ceras autobrillo diluidas en agua cada cierto tiempo para renovar la capa de protección del suelo. Y la limpieza se hace directamente con fregona o mopa, sin más maquinaria. Su cuidado es similar al que recibiría un suelo de madera natural.
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¿Cuánto cuesta el microcemento?
Depende de varios factores que intervienen en la aplicación. Lo normal para que el presupuesto sea ajustado es que un profesional valore todas las características. Por lo general, cuanta más superficie a cubrir, el precio del metro cuadrado es menor.
Si el soporte sobre el que se aplicará el microcemento se encuentra en mal estado o las condiciones no son las apropiadas hay que trabajar en la preparación del mismo y esto aumenta el precio y mano de obra.