Amarillo, para activar la inteligencia; verde, para tranquilizarle; azul, para reforzar su personalidad… cada color que uses para decorar la habitación infantil de tu pequeño tiene repercusiones en su ánimo y comportamiento.
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¡Hacemos colorterapia para decorar su cuarto!
Si alguna vez te has preguntado cómo incluyen los colores en el comportamiento de tu hijo, este tema te interesa. Se trata de colorterapia. Si sabes qué implica el uso de cada tono para decorar la habitación infantil, sabrás cuáles son los más recomendables para tu peque, según sea.
La psicología ha desarrollado numerosos estudios alrededor del uso de colores (psicología del color) y cómo afectan a los niños y es fácil aplicar las teorías en la decoración de la habitación infantil.
El más neutro y puro: el color blanco
Siempre es de los preferidos para usar de base. Simboliza la pureza, la armonía, la limpieza. Pero también se asocia con la infancia y la calma. Una habitación infantil decorada en tonos blancos y neutros muy suaves, de los que están más cerca del blanco, transmitirá paz. Por eso es ideal para decorar un dormitorio de bebé.
La calma del color azul
Calma y tranquilidad. Las habitaciones infantiles decoradas en azul resultan refrescantes y ayudan a crear una sensación de sosiego. Los tonos oscuros de azul pueden provocar tristeza así que deberás usarlo para decorar, combinado con otros colores más animados y llenos de luz. Favorece la paciencia, la amabilidad y la serenidad.
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La conexión con la naturaleza: el verde
Se considera el color más relajante de la rueda cromática, el que más favorece el descanso a la vista. Transmite naturaleza, frescura y esperanza. En colorterapia el verde se usa para fortalecer el sistema inmunológico. Es uno de los colores más usado en entornos de aprendizaje porque promueve la calma y la concentración. Su efecto es sedante así que puedes probarlo si a tu hijo le cuesta relajarse y conciliar el sueño. ¿Rabietas y enfados en casa? Puede que sea el color para la habitación infantil.
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La energía del amarillo
Es un color cálido y aunque tiene diferentes versiones (mostaza o limón, por ejemplo) se asocia a la felicidad y a la energía. Precisamente los tonos vibrantes estimulan, de ahí que para la habitación de los bebés haya que usarlo con cuidado, al igual que en zonas de descanso ya que no favorece la relajación. Si los usas, hazlo en las versiones vainilla o en pequeños accesorios y complementos deco pero no en superficies amplias.
Sin embargo, en habitaciones infantiles y juveniles es un tono apropiado para el área de trabajo y estudio porque según demuestran estudios realizados favorece la inteligencia y promueve la concentración y los pensamientos positivos.
La fuerza del rojo
Es el color que se asocia con el amor y la pasión pero también con la fuerza del fuego. Es muy intenso para la habitación de un bebé aunque en pequeños accesorios y combinado con blanco -que equilibra su peso- se puede usar en habitaciones infantiles. Eso sí, ten en cuenta que es otro de esos colores estimulantes y atraen mucho la atención. También es al mismo tiempo energizante. Es un color que acelera la respiración por lo que es útil cuando quieres poner en marcha y activar a tu pequeño. A los niños más tímidos les puede ayudar a “lanzarse”.
El naranja y la sensación de confort
Es un color cálido como el rojo y el amarillo, muy cercanos en la rueda cromática, pero el naranja transmite confort y da como resultado habitaciones infantiles tranquilas. Es un color que favorece la conversación, la seguridad y la confianza. También estimula el movimiento.
El sorprendente violeta o púrpura
Es tranquilizante y mejora la memoria. Muchos expertos coinciden en que también favorece la creatividad así que es perfecto para zonas de trabajo de la habitación infantil o el rincón de lectura y juegos. Ayuda a mitigar fobias y miedos, también la angustia.
La cara de la felicidad: el color rosa
Lo de ver la vida de color rosa tiene mucho sentido porque este color transmite felicidad y sensibilidad en las tonalidades suaves porque los rosas más intensos son enérgicos. Se asocia a la fantasía.
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El gris, armonía y neutralidad
Es cierto que en la decoración de las habitaciones infantiles los grises que más se usan son suaves. Los más intensos están reservados generalmente para habitaciones juveniles. Su efecto es contemporáneo y muy neutro por lo que es bueno para usarse de base y combinarlo con pinceladas de otros colores. Para muchos promueve la introspección y la intuición. También es conveniente combinarlo con otros colores.
El color prohibido: el negro
El negro es quizá el color menos usado en habitaciones infantiles porque se asocia con el miedo y la oscuridad. Resulta tétrico si se abusa de él. En colorterapia o cromoterapia se dice que potencia la agresividad. Pero como todo, solo unas notas en una pared blanca o en detalles como tiradores, percheros o mini stickers está permitido.
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El poder de los colores (más allá de decorar)
Los colores decoran pero también pueden calmar, inspirar, excitar o alterar nuestras percepciones. Son terapéuticos y su uso implica mucho más de lo meramente estético (¡ya lo hemos visto!).
En general, a la hora de usarlos, ten en cuenta que los tonos fuertes sobreexcitan a los niños y los suaves relajan. Pero se pueden combinar y jugar con los efectos también según los uses en un ambiente u otro de la habitación.