En 65 metros cuadrados esta casa cuenta con una zona de salón y comedor espaciosa que oculta en un rincón un espacio de trabajo. Unas librerías ligeras delimitan la zona de día a la que se accede directamente desde el recibidor. De esta manera se crea un espacio de paso hacia la habitación principal y el cuarto de baño (contiguos). El apartamento cuenta además con una cocina abierta y un segundo dormitorio dedicado a la pasión de la propietaria: la música, con un piano y que, además, es cuarto de invitados.
La importancia de que la zona de día resultara abierta y cómodo se basa en que la propietaria adora recibir a amigos y familiares en casa y quería poder acoger hasta a 10 personas y que todo resultada espacioso. De ahí la apertura que tiene la zona de estar y el comedor. El amplio ventanal, solo vestido con un ligero visillo en color blanco, permite que la luz sea protagonista absoluta en la zona de día. El comedor se resuelve con una mesa redonda y cuatro sillas y el estar con un sofá enfrentado al mueble de los audiovisuales, una bancada en metal negro, muy urbana.
Precisamente el juego de colores se repite en toda la casa, usando el blanco, el gris y el negro en mayor o medida según el ambiente. Solo destaca la puerta de entrada, pintada en un tono rosa chicle que llama la atención.
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