¡Seguro que quieres un apartamento como este! En 65 metros cuadrados vive una mujer de 35 años que nos abre las puertas para que descubramos su estilo actual, con guiños nórdicos refinados. Predomina el blanco, el negro y el gris pero sorprende con pinceladas en rosa. ¿Preparado para descubrir grandes ideas?
El estudio de diseño de interiores Vered Bonfiglioli fue el encargado de transformar una casa muy compartimentada, ubicada en el corazón de Tel Aviv y originaria de los años 50, en un apartamento fresco, juvenil pero elegante y mucho más espacioso y abierto. Ese era el deseo de la propietaria, una productora vinculada al mundo de la música.
Su deseo era vivir en un apartamento tranquilo, de decoración sosegada pero elegante y urbana al mismo tiempo, que fuera cómodo de mantener.
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En 65 metros cuadrados esta casa cuenta con una zona de salón y comedor espaciosa que oculta en un rincón un espacio de trabajo. Unas librerías ligeras delimitan la zona de día a la que se accede directamente desde el recibidor. De esta manera se crea un espacio de paso hacia la habitación principal y el cuarto de baño (contiguos). El apartamento cuenta además con una cocina abierta y un segundo dormitorio dedicado a la pasión de la propietaria: la música, con un piano y que, además, es cuarto de invitados.
La importancia de que la zona de día resultara abierta y cómodo se basa en que la propietaria adora recibir a amigos y familiares en casa y quería poder acoger hasta a 10 personas y que todo resultada espacioso. De ahí la apertura que tiene la zona de estar y el comedor. El amplio ventanal, solo vestido con un ligero visillo en color blanco, permite que la luz sea protagonista absoluta en la zona de día. El comedor se resuelve con una mesa redonda y cuatro sillas y el estar con un sofá enfrentado al mueble de los audiovisuales, una bancada en metal negro, muy urbana.
Precisamente el juego de colores se repite en toda la casa, usando el blanco, el gris y el negro en mayor o medida según el ambiente. Solo destaca la puerta de entrada, pintada en un tono rosa chicle que llama la atención.
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Junto al ventanal del salón, un retranqueo de la pared dio la oportunidad de ubicar en él una zona de estudio y trabajo muy luminosa y práctica, resuelta en un espacio mínimo. Atravesada por una viga pintada en gris oscuro casi negro, el tablero de la mesa de escritorio se adapta a ella y sirve para delimitar la estantería abierta de baldas acabadas en madera y adaptadas al hueco que crea la pared. Sin duda, un espacio coqueto y funcional, que no resta espacio al comedor (ubicado justo a su lado) y que permite a la propietaria tener un rincón de trabajo en casa.
En primer plano en esta foto se ve la lámpara de techo sobre la zona de comedor, en color rosa, un guiño al tono de la puerta de entrada.
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La cocina queda ubicada en una zona de la planta que la delimita pero al mismo tiempo permanece abierta al salón para poder compartir momentos mientras se cocina y escucha música o se charla. Todas las paredes del apartamento están pintadas en liso en gris claro y los muebles de cocina mantienen la misma línea. Como se trata de un espacio no demasiado amplio, los diseñadores del estudio Vered Bonfiglioli decidieron instalar un frente de muebles en forma de L con un lado solo de módulos bajos (que concede amplitud al dejar despejada la pared) y otro con muebles en columna que acoge el frigorífico, el horno y la despensa.
Todo el esquema de color de este pequeño piso es gris, blanco y negro. En la cocina, para delimitarla, se ha recurrido a colocar una mesa alta de estructura metálica con ruedas a modo de barra de desayunos que además permite ampliar la superficie de trabajo. La ventaja al tratarse de una pieza móvil es que se puede desplazar cuando en la cocina se reúne mucha gente y así ganar algo de espacio.
Las obras de renovación de este pequeño apartamento duraron 4 meses y el trabajo consistió en demoler tabiques y renovar revestimientos. En esta imagen se ve una zona del pasillo que lleva a la habitación principal y al baño. No se trata de un lugar oscuro o angosto gracias a la solución ideada por el estudio de colocar un par de librerías abiertas para marcar la zona del salón y este acceso. Además, el motivo de colocar en este lado de la vivienda estas dos estancias era para que disfrutaran de luz natural y de una correcta ventilación al estar enfrentadas al ventanal principal. Al fondo se diseñó un armario de suelo a techo, perfecto para almacenar ropa de casa y otros enseres.
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Y de repente sorprende la habitación principal. Aquí la pared en la que se apoya la cama, que cuenta con dos pequeñas ventanas, se ha pintado de color negro, creando un potente contraste con el resto de las paredes pintadas en blanco y la estructura de la cama y las mesitas de noche. La ropa de cama usa los mismos tonos (blanco y negro).
Este es un detalle de la mesita de noche, de diseño actual y abierta. Por las dimensiones era necesario no recargar de muebles el dormitorio. La cama de forja en color blanco con estructura con cabecero y piecero ya tiene bastante peso, al tiempo que resulta liviana, por lo que las mesitas se combinan a cada lado con diseños asimétricos. Sobre cada una, un sencillo aplique de pared en color blanco.
A pesar de las reducidas dimensiones del dormitorio, este cuenta con un frente de armario, ubicado al pie de la cama. El diseño de las puertas está en consonancia con el estilo predominante y se han escogido puertas y frentes de cajón que combinan el color blanco y varias tonalidades de gris. ¡Todo muy práctico y conjuntado!
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El cuarto de baño se llena de luz. Es amplio y luminoso, gracias al predominio del color blanco que refleja precisamente esa luz natural que entra por la ventana. Todo el suelo se ha recubierto de azulejos pintados en tonos grises, blancos y negros. Junto al mueble del lavabo se ha colocado la lavadora en un coqueto diseño decorado con mini vinilos en forma de cruces negras. Dentro de la ducha se aprecia un banco creado junto a la entrada a la misma.