Stgilat Aiguablava es un proyecto smart de tecnología avanzada y fabricación digital, sostenible e integrado en la naturaleza, obra del estudio Cloud 9. Una mezcla entre modernidad y tradición que merece la pena conocer.
Stgilat Aiguablava está ubicado en la Costa Brava y se diseña con la idea de que el paisaje es un valor añadido a la arquitectura. El cliente de este proyecto es una familia centroeuropea, apasionada de la cultura y el estilo de vida mediterráneo que quería una casa de calidad en la que primase el bienestar a todos los niveles antes que el lujo. El estudio de arquitectura, además, quería que se fusionara con el entorno.
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Bajo esta premisa, el arquitecto Enric Ruiz-Geli del estudio Cloud 9 propuso una arquitectura original: una casa de líneas curvas que se integra en el entorno y que se siente como un reugio. Además, en toda la concepción del proyecto existía la premisa de que la construcción facilitara la vida, sencilla y cómoda. Precisamente, en este trabajo se han usado materiales que permiten crear estructuras ligeras y sostenibles.
En una finca mediterránea, el estudio de arquitectura no quería hacer una vivienda concebida como tal sino más bien una casa bajo el concepto case study, que se trata de un tipo de viviendas experimentales ideadas para que se puedan reproducir fácil y económicamente. La idea se hereda de Richard Neutra que estableció en los años 50 en Los Ángeles una nueva forma de construcción de casas prefabricadas que reducían costes y tiempos.
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La vivienda principal está concebida como un gran espacio diáfano, a semejanza de las masías tradicionales de la zona del Empordà. Aquí es donde se articula la vida principal bajo una gran bóveda catalana. El arquitecto artífice de esta casa sostenible nació en la zona por lo que conoce perfectamente la cultura mediterránea y la arquitectura local. Esto le permitió reinventar la bóveda catalana, utilizando tecnología de vanguardia para adaptarlo a las condiciones actuales de aislamiento y confort.
Todas las viviendas en las que se incorpora una bóveda como la que presenta este proyecto, tienen un rendimiento energético muy satisfactorio: la casa resulta fresca cuando hace calor en el exterior y mantiene el calor en invierno. Al estar realizada con un material poroso, se genera una buena ventilación natural. En Stgilat Aiguablava se han diseñado arcos con el mínimo material posible, así todo la estructura de la casa es más ligera.
La reinvención de ese concepto de bóveda catalana, tan típico de la arquitectura local, se ha desarrollado en este caso con ingeniería avanzada de estructura de fibra de vidrio. Para revestirla, el artesano ceramista, Toni Cumella, ha creado una cerámica específica que crease un vínculo con el entorno es de la naturaleza del lugar. Esa cerámica además, en el interior, consigue una acústica de gran calidad.
El proyecto cuenta con un pabellón efímero y experimental, dedicado a la innovación, diseñado en colaboración con el prestigioso Art Center College of Design Pasadena, de Estados Unidos, uno de los mejores centros artísticos. Ese pabellón se encuentra junto a la casa principal, como un anexo, pero independiente de la misma. Todo dentro de una única finca. Las vistas desde cualquiera de las construcciones alcanza las montañas y el mar.
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La estructura de pabellón está diseñada a base de prototipos. Se trata de un sistema de encofrado hinchable en el que se inyecta hormigón inteligente, de muy poco peso y ecológico, que aporta esa forma orgánica, inspirada en los pinos de la zona.
Las ventanas del pabellón incorporan un filtro de resina natural de pino, un detalle más de esta casa de arquitectura sostenible e inteligente que fusiona en todo su diseño y uso de materiales la tecnología más novedosa con lo tradicional. El resultado es una vivienda que se integra en la naturaleza y la respeta.
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El perfil exterior de la volta se integra en el paisaje como una montaña más. Los tonos verdosos de la cerámica exterior también están en consonancia con los colores naturales del paisaje. La cerámica, los materiales del Mediterráneo, el frescor, el sol y la sombra, los colores y las curvas de la costa son elementos muy presentes en el diseño de Stgilat Aiguablava.
En el exterior, un jardín salvaje ha acogido árboles ya existentes y una piscina que recoge el agua de la lluvia, la filtra con procesos naturales y la reutiliza.