Llenas de color, pero también de ideas sobre cómo colocar el menaje, la mantelería y los arreglos florales adecuados. No es una cuestión de protocol sino de sorprender a tus invitados.
Las flores son imprescindibles
En invierno también, pero una mesa de primavera tiene que tener el toque fresco de las flores recién cortadas. El arreglo floral no debe entorpecer la vista entre los comensales. Olvídate de los jarrones altos, es preferible que elijas composiciones de poca altura, bien tipo bouquet (más formales) o silvestres (informales). También triunfarás con flores cortadas y algo de arreglo verde en mini jarrones, tacitas de café, vasitos de cristal…
En esta mesa, la estilista Lindsey Brunk ha colocado un camino textil a lo largo del centro de la mesa. Tú puedes colocarlo en el centro de la mesa horizontalmente (posición en la que no hace falta que caiga por los laterales cortos de la mesa) o haciendo franjas para delimitar el espacio de los comensales (aquí sí debe colgar por los lados de la mesa al menos 20 cm).
Menaje muy floral
Las flores son tan primaverales que no pueden faltar en una mesa vestida de primavera no solo al natural. Las vajillas con motivos florales conseguirán el aspecto fresco y colorido que deseas. También las de estampado vegetal. Dales protagonismo sobre un mantel liso o refuerza el estilo del conjunto con una mantelería decorada con motivos de hojas y flores.
Con maxi flores y tan natural
Esta mesa es perfecta para un desayuno, comida o merienda en la terraza o en el porche. Es una propuesta por Nordicnest.es donde la naturalidad la ponen las maxi flores colocadas de manera informal en un jarrón y otros arreglos florales que se cuelan en la mesa. El color corre a cargo de la vajilla, sobre un mantel liso. ¿Sabías que poner un muletón debajo del mantel no solo protege la mesa sino que además da confort al apoyar los brazos en una mesa mullida? Tampoco hacen ruido los platos, vasos y cubiertos al dejarlos sobre la mesa.
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Cuando la vajilla es blanca
Quizá una vajilla blanca no te parezca muy primaveral pero lograrás que la mesa tenga el estilo que buscas si sabes combinarla con los elementos adecuados. Una vajilla blanca es un fondo de aparador perfecto. Siempre encaja. Puedes presentarla sobre un mantel blanco impoluto o sobre uno de color, incluso, estampado. Fíjate en esta composición total white de Vista Alegre. Aquí se ha recurrido a cristalería con color y, en la misma tonalidad, un arreglo floral y una cinta que recoge la servilleta a modo de servilletero.
Guiños al buen tiempo
Si tienes una vajilla con motivos inspirados en el buen tiempo (no solo flores, sino detalles naúticos o soles), ¡sácala a la mesa! Aquí, las expertas organizadoras de Presume de Boda han decorado con platos de Azarraluqui que lucen el dibujo de un coral. Si te fijas, también han dejado sobre la mesa estrellas de mar. En el centro, un colorido arreglo de Arbolande.
No siempre hay que poner una mesa con todos los platos del mismo color o modelo. Mezclar puede tener un efecto sorprendente. Un plato liso llano con un cuenco heredado encima. Juega con los colores y con vajillas lisas y estampadas. Lo más importante es que respetes el orden del tamaño de los platos: bajoplato, plato llano, de postre y cuenco o directamente sobre el llano el plato hondo, según el menú que vayas a preparar.
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Ideas originales y muy de primavera
Copia esta idea sencilla, original y vistosa. Seguro que con ella sorprendes a los comensales que se sienten a la mesa. Porque en la presentación de una mesa no solo juegan un papel importante el mantel, la vajilla, los cubiertos y la cristalería, sino que hay pequeños detalles que demuestran el mimo que le pones a la presentación. Aquí, bastan unas flores cortadas colocadas en el servilletero y pequeñas rodajas de fruta con unas ramas de menta dentro de cada vaso de cristal.
Lleva el frescor del campo al interior de tu comedor
Si no puedes celebrar la comida al aire libre… ¡llévate el campo a casa! Una alfombra verde hará que los comensales se sientan sobre una pradera. Luego solo tienes que crear una composición de flores alegre que mezcle color y hojas verdes. Y para jugar con los estilos y sorprender: decora los jarrones con un lazo de rafia o usa manteles individuales de fibra y una cubertería en dorado. Será una comida sofisticada pero con un punto campestre muy apetecible en primavera. Esta mesa que ha preparado Courtney Whitmore, la especialista en estilo de Pizzazzerie.com, tiene el punto justo entre elegancia, tradición y aire country.
El mantel adecuado
Blanco, liso, con color, estampado… Sea como sea el mantel lo más importante para decorar una mesa es que esté impoluto (libre de manchas) y bien planchado. También es importante que la medida sea la adecuada a la mesa. La opción de colocar un mantel que caiga hasta el suelo es apropiada para 'ocultar' la mesa cuando no es bonita (como las de tipo catering que se montan y desmontan). Y tiene mucha presencia. Quizá es más protocolario. Lo habitual es que el mantel 'cuelgue' 30 cm por cada lado de la mesa, lo suficiente para que tenga caída pero no moleste al sentarse.
Una mesa perfecta para un 'brunch' primaveral
Fresca, sencilla y elegante. Esta mesa decorada por la bloguera y estilista Jennifer Ashley, de Pretty Little Details, se mantiene fiel al color blanco en la vajilla pero la anima con detalles en color. Una servilleta rosa entre los platos da volumen y rompe con el blanco predominante. Los cubiertos en dorado añaden elegancia y en el sitio de cada comensal ha creado un arreglo con flores, hojas y frutas, muy fresco e informal. Si no quieres colocar un jarrón en la mesa, una original solución es crear una cama de hojas en el centro e intercalar sobre ella algunas flores vistosas y frutas. Resultará bonito y aromático.
Una mesa de contrastes
¿Quién dijo que el negro no fuera para la primavera? Es el color más elegante de la rueda cromática. Para una cena al aire libre, esta mesa rodeada de llamativas sillas en color negro son el marco perfecto para lucir una vajilla de estampado en color, cristalería transparente y un bonito arreglo floral de tonos vibrantes, que levanta todo el conjunto.