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Situada en Prati, un barrio cercano al Vaticano, el interiorismo de este espectacular piso se articula alrededor de la convivencia, pacífica y armoniosa, entre lo moderno y lo antiguo. Sin sobresaltos estéticos, los espacios se van configurando como una obra de arte. Un arte que ‘toma’ las paredes, el pavimento y el mobiliario, no como si se tratase de una exposición en un museo sino formando parte del alma de la vivienda.

En el salón, una caja blanca que incluye también las cortinas, destaca la disposición de la zona de estar con los sofás de terciopelo burdeos y las cuatro butacas enfrentadas. En el centro, una gran mesa de centro de madera y cristal.

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La Roma de ‘los romanos’ es culta y atrevida, al mismo tiempo, como demuestra este detalle del salón, que puede actuar como parte de la zona de estar o como rincón de lectura. Solo nos falta la ‘mamma’ y una deliciosa comida en los fogones.

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Las puertas con vidrieras de colores, que separan la zona social de la privada, sorprenden y encandilan con sus destellos. Además de una función puramente decorativa, cumplen una de tipo práctico, ya que permiten el paso de la luz, otorgando, al mismo tiempo, cierta intimidad a las estancias. En la entrada, la consola de estilo barroco ayuda a diseñar una puesta en escena perfecta.

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En este proyecto de la arquitecta Annabella Capasso, el ‘made in Italy’ se respira en cada rincón. Su decoración resulta opulenta pero, al mismo tiempo, cálida y hogareña, gracias a los detalles, como el bello pavimento de madera de Listone Giordano, las molduras del techo o los cuadros y esculturas que visten sus paredes. La luz natural es otro elemento clave de este piso romano, ya que permite ambientes ligeros y desahogados, a pesar del potente peso visual del mobiliario, las obras de arte y los adornos.

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En este ambiente de lujo, con pinceladas ‘vintage, destaca especialmente el parquet. Diseñado por Patricia Urquiola para Listone Giordano, Biscuit de la colección Natural Genius, reinterpreta el clásico suelo de madera en clave contemporánea, estableciendo un vínculo entre el legado antiguo y el moderno, similar al que se establece en la decoración de la vivienda.

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Arte, historia y, quizás, un punto excéntrico que ayuda a unir de manera coherente todo el conjunto, se dan cita en esta vivienda del barrio de Prati. Las antigüedades y las pinturas conviven, demostrando el poder decorativo de lo artístico y su capacidad para otorgar sensación de hogar a los espacios. Para delimitar la zona de comedor, el parquet se ha sustituido por una gran ‘alfombra’ de mármol blanco.

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Como centro de reunión familiar, el comedor es una de las estancias clave en las casas italianas, con permiso de la cocina. Por eso, este es amplio, con capacidad para ocho comensales, y se ajusta a la planta del espacio, con una gran mesa rectangular con el sobre de cristal. Llama la atención la lámpara de araña de Flos, una reinterpretación de la clásica luminaria, materializando la dualidad decorativa de la vivienda, entre lo clásico y lo moderno.

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La cocina se muestra como una isla independiente, donde prima la funcionalidad al lujo recargado. Totalmente blanca, potenciando la sensación de espacio y multiplicando los metros cuadrados, el diseño del siglo XX se cuela con la mesa y las sillas Tulip. Mientras que las fotografías y los imanes de la nevera se utilizan como pinceladas 'deco' para imprimir un toque de calidez a este universo 'white'. 

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En el estilo italiano la mezcla está en su ADN. La combinación de antigüedades, piezas ‘vintage’ y objetos modernos configuran estancias con carácter, exclusivas y llenas de personalidad, como el dormitorio principal. El ambiente opulento de los elementos de la habitación contrasta con la sencillez y austeridad de las telas y la ropa de cama. Un ‘choque’ que la hace más cercana y hogareña, eliminando cualquier sensación de sala de exposiciones.

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En esta casa, obra de la arquitecta Annabella Capasso, los objetos y obras de arte están presentes en todas las estancias, incluido el cuarto de baño, como si siempre hubiesen estado ahí. Se muestran sin complejos, pero también sin pretensiones, creando un ambiente exclusivo y bello. El mosaico hidráulico pone el toque ‘chic’ al ambiente.

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