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La arquitectura sostenible no solo supone un beneficio para el medio ambiente, sino que además es un paso, y un paso de gigante, hacia un futuro mejor. La llamada ‘construcción pasiva’ o ‘Passivhaus’ (muy de moda) tiene muy en cuenta las condiciones climáticas y geográficas del lugar, mediante una buena orientación, captación y protección de la radiación solar, un alto grado de aislamiento y una buena estanqueidad, que garantice la mínima demanda energética.

Cada vez son más las viviendas que se apuntan a esta tendencia constructiva, tanto por su componente ‘eco’ como por su estética y sus beneficios para la vida (y el bolsillo). Esta casa, construida por Arquima y diseñada por el arquitecto Ferran Badia y por el estudio Arquitectura Ambiental, se ha proyectado bajo esta tendencia, demostrando que la ecología puede ser también ‘ très chic’. 

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Ubicada en un tranquilo paraje de la comarca del Gironès (Girona), esta vivienda ecológica y de arquitectura singular, apuesta por la sencillez de su silueta y la combinación de materiales, todos naturales, lo que le confiere sensación de armonía y un espíritu conciliador con su entorno natural.

El edificio de alta eficiencia energética, que cuenta con jardín y piscina, posee una estructura de entramado ligero de madera y forjados del mismo material, procedente de bosques gestionados de manera sostenible y con diferentes certificados ambientales. Mientras que para la composición de sus fachadas se han elegido plafones Euronit de tonalidad gris y madera natural sin tratar, un material natural presente en el ambiente boscoso de la zona

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En esta casa, diseñada para atraer la luz solar, las aberturas están protegidas por persianas y la parte sur goza de una zona de sombra, mecanismos que ayudan a obtener unas altas prestaciones térmicas. Con una calificación energética 'A', los artífices del proyecto calculan que el coste aproximado de la factura será de unos 725 euros/ año frente a los 3.500 euros/ año de una convencional, lo que supondría un ahorro de un 80%. 

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La principal característica del diseño interior de esta casa de Girona son los espacios abiertos, ya que las únicas estancias con puertas son los baños y los dormitorios. El centro neurálgico es un amplio ambiente ambivalente, que aglutina salón, comedor y cocina con una gran isla central, en la que además de cocinar, transcurre la vida familiar, ya que es el punto de encuentro tanto en el día a día (para hacer deberes, trabajar...) como en las reuniones con amigos. 

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En esta casa los tonos naturales se apoderan de los diferentes espacios, creando una atmósfera tranquila, donde nada desentona. Además, sus grandes ventanales, orientados al sur, otorgan una gran luminosidad y permiten, cuando llega el buen tiempo, conectar el interior con el exterior, ampliando tanto los metros como la sensación de formar parte del entorno. 

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La cocina, corazón y alma de la casa, se articula alrededor de una gran isla, que ejerce tanto de barra de desayunos como superficie de trabajo o mesa extra. Otra particularidad de la cocina es un original sistema de armarios, que permite cerrarla, ocultándola totalmente y logrando una mayor sintonía estética con el salón y el comedor. 

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Con 325 metros cuadrados, la distribución se establece en dos plantas. En la baja encontramos un porche, un garaje, un recibidor, un cuarto de lavado y un almacén. Mientras que en la superior hay un pasillo-puente, un salón-comedor, un distribuidor, cuatro dormitorios, tres baños y un espacio exterior cubierto.

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Los diferentes ambientes se han decorado en tonos claros, buscando la conexión con la naturaleza y multiplicando, al mismo tiempo, la luz, y con un mobiliario sencillo, la mayor parte en madera. Para reforzar la sensación de continuidad entre las distintas estancias y ambientes se ha usado un suelo continuo.

 

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La vivienda, ubicada en una parcela con una fuerte pendiente a norte y una zona plana en la cota superior, se implanta buscando el menor impacto posible sobre la topografía del terreno. De este modo, el edificio se sitúa paralelo a las curvas de nivel, dedicando la zona orientada a sur, para las estancias de día, mientras que los dormitorios están orientados al norte y gozan de vistas lejanas

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A la hora de diseñar esta casa, tanto los constructores como los arquitectos buscaban no solo el ahorro energético sino también el confort de los habitantes que la moran. Por eso, cuenta con un sistema de ventilación mecánica, con recuperador de calor de alta eficiencia (98%), con generación de frío y calor a través de un sistema de aire y agua Aerotermia y con calefacción de suelo radiante. Soluciones que hacen la vida más fácil, sin gastar de más. 

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