La metáfora la estantería a la enésima potencia
Ni siquiera es necesario que dispongamos de una estantería real para hacer el juego de desaparecer y aparecer una puerta. Si aplicamos papel pintado a una pared, con la fotografía de una librería sobre una puerta oculta, estamos consiguiendo el mismo efecto pero ahorrando espacio y bastante obra. La filigrana de libros es perfecta para ocultar las líneas de corte de la puerta, por lo que sigue cumpliendo la misma función que la estantería real, confundir y crear la ilusión de que tras esa superficie no hay nada, cuando sí lo hay. La ventaja, además, es que el esfuerzo que hay que hacer para abrirla es muy inferior, ya que se trata simplemente de una puerta.
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