Cuando dotamos de historia a la habitación de nuestros hijos les estamos educando en apreciar que hubo tiempos pasados a los que podemos remontarnos, como si de un viaje en el tiempo se tratara, y valorar muebles con historia, colores con otros estilos y objetos significativos que pueden volver a brillar.
Cuestión de colores
Cuando decoramos una habitación en tonos blancos, aquel color que incluímos con más presencia es el que se hace con la sensación anímica del espacio. En este caso vemos cómo el cambiador y los posters dan esa pincelada de azul. La decoración de este dormitorio se basa en formas curvas, desde el triciclo hasta la papelera, pasando por la cuna: todo evoca la forma de una ballena, como las del poster. Los colores marinos están presentes, azul oscuro en la alfombra, el mueble y en los peluches. Vintage marino, con muy poco.
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