Dibujos a mano alzada
Rellenar una pared blanca con una serie de ilustraciones de negro sobre blanco, a mano alzada, es una de las soluciones más estéticas y personales con las que podemos decorar una pared de nuestra casa. El salón se transforma cuando, como en este caso, se plasman unos corsés de antaño, evocadores del Moulin Rouge, y además ponemos una serie de cuadros encima, de viajes, personales y con distintos marcos. La mezcla podría ser arriesgada, y sin duda es ecléctica, pero consigue cierta armonía gracias a que el vinilo en sí es monocolor.
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