Las dimensiones del gran salón se amplían visualmente, gracias a las puertas con cuarterón de cristal, que comunican con la cocina y el recibidor y que, si se mantienen abiertas, aportan mayor profundidad al espacio. Los sofás y reposapiés de Portofino ocupan un lugar central en el ambiente, que la alfombra se encarga de delimitar.
En tonos neutros (gris y beige), las formas esbeltas y sinuosas de los asientos muestran un sofisticado minimalismo, junto a la mesa de centro con sobre de mármol (Poggio de Portofino). Y, por supuesto, no podemos dejar de mirar el techo (uno de los elementos de la casa que más protagonismo tendrá durante este 2019), que eleva su altura hasta los 3,8 metros, y el suelo de madera de roble, colocado en espiga.