A medio camino entre el columpio y la hamaca, las sillas colgantes dotan de personalidad a tu casa, porque se hacen las protagonistas del espacio, no solo a nivel estético, sino que también son una declaración de intenciones en toda regla que avisa a las visitas: aquí se juega y se busca la relajación a partes iguales.
Escucha los sonidos de la naturaleza mientras te meces
Ni siquiera hay que esperar a la llegada del verano para fundirnos con el manto de los sonidos de la naturaleza. Mecidos por una silla colgantes, acurrucados bajo su techo de fibras laminadas que permiten entrar la suficiente luz para considerarnos al aire libre, pero ayudando a que nuestro cuerpo repose y podamos entornar los ojos, arroparnos y dejar pasar el tiempo con su vaivén.
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