1/9 © Kaufmann Mercantile

Las sillas son un objeto que atrae todas las miradas, porque su finalidad no admite revisiones y sin embargo el diseño busca darle una vuelta de creatividad con nuevos materiales, utilidades y perspectivas. La vanguardia del diseño nos ha dejado modelos de silla míticos que siempre nos acompañarán y que ya son iconos, y con el paso del tiempo se reinventan y vuelven a la vida transformados en nuevas propuestas.

 

Flexibilidad y lujo

Flux (de Dowe Jabobs y Tom Schouten)

Esta silla no solo tiene un diseño original que recuerda a las figuras de papiroflexia, sino que es poliédrica en su apariencia y en su comportamiento. Está fabricada con un material especial que resulta impermeable y ligero, se adapta a exteriores e interiores, y puede plegarse de forma que ocupa muy poco espacio. Además, no pesa demasiado, y tanto es así que podría enviarse en un paquete postal como si fuera un libro. Aún así, la silla tiene un diseño inteligente que consigue soportar 160 kilos cuando está desplegada. Su nombre, además, hace un juego de palabras, ya que Flux trata de unir en una palabra la idea de flexibilidad y lujo.

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2/9 © Vitra

Utilidad, estabilidad y belleza

Wiggle (de Frank Ghery)

El diseño no siempre busca filigranas imposibles, también está al servicio de la utilidad. Esta silla de Frank Ghery se llama Wiggle, que en inglés significa “menear”, porque está construida a base de unas curvas perfectas que aseguran su estabilidad pese a estar fabricada en cartón. Lo más interesante es que la recta superior, que hace de respaldo, puede bajarse y se genera una cuarta curva, y la silla de esta manera se transforma en mesita.

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3/9 © Tom Vaughan

Movimiento estático

Ribbon (de Tom Vaughan)

El logro de este diseño es generar una forma tan orgánica y sinuosa en un bloque macizo de madera, un auténtico reto de la técnica que a la vez genera estabilidad y belleza. Su nombre es Ribbon que significa “cinta”, aludiendo a la sensación serpenteante y en movimiento que transmite el respaldo. Como ves, la silla es una sola pieza y las patas emergen del asiento de forma orgánica y precisa.

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4/9 © Architonic

Formas animales sobre la contundente madera

Mirah (Jader Almeida)

Este diseño brasileño de Jader Almeida es una silla estilizada que recuerda a un ciervo, con formas estilizadas, robustas pero a la vez delicadas, y en continua posición de movimiento orgánico. Este modelo pertenece a la colección Sollos y tiene diversas variaciones para ajustarse a distintas decoraciones: varía el respaldo que juega con tramas y tapizados y juega también con otras texturas al cojín del asiento.

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5/9 © Arper

Vanguardia, lujo y utilidad polivalente

Bardi’s Bowl Chair (de Lina Bo Bardi)

Este tipo de silla es uno de las contribuciones más famosas del diseño brasileño, pues se ha consagrado como una silla de lujo accesible y flexible, que es capaz de integrarse en diferentes ambientes aportando personalidad y no resultando un exceso. La butaca tiene diversas combinaciones y funciones. Funciona como un nido cuando quieres sumergirte en la lectura de un buen libro. También permite tumbarte como si se tratara de una cuna y ajustar el asiento para que funcione como una silla común. Como siempre, las creaciones de Lina Bo Bardi juegan a interactuar con el estado de ánimo de las personas que utilizan sus objetos y eso les hace cambiar.

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6/9 © Vitra

Puro pop art

Panton (de Verner Panton)

Esta silla entró en el 2006 en la lista de los objetos daneses que han establecido un canon, pues desde su diseño en 1960 no ha pasado de moda y ha permanecido como un standard de la decoración moderna y de la utilidad. Uno de los problemas de las sillas de diseño siempre ha sido la posibilidad de apilarlas, pero esta silla permite unirse a otras de forma sencilla y economizando espacio. Se trata, además, de la primera silla que utilizó plástico moldeado y pese a que su popularidad llegó en los 60, su autor, Verner Panton, comenzó a experimentar con el plástico en 1950.

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7/9 © Boho

Los años 50 del Hollywood glamouroso, que siempre regresan

Acapulco

El diseño atemporal de la famosa silla Acapulco no deja de renovarse e imprime sobre su estética un brío nuevo que se actualiza con el cambio de tendencias en colores y texturas. Toma su nombre del Hotel Acapulco, en México, que fue el lugar donde se se alojaban las estrellas de Hollywood de los años 50 que pasaban por la ciudad. Allí se encontraban estas sillas de las que no se conoce el diseñador y que se considera un bien cultural mexicano.

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8/9 © Betsy

Una solución de postguerra que sigue latente

Towers Patchwork (Charles y Ray Eames)

Este diseño de silla siempre parece moderna pese a que es un clásico, pues nació en el año 1948 de la mano de Charles y Ray Eames y fue presentada al certamen del Museo Nacional de Arte de Estados Unidos. Se pretendía buscar una solución de diseño a las carencias de la postguerra y esta silla tiene un coste reducido pese a resultar muy estable. Gracias a que ya han pasado 70 años de su creación, el diseño es de dominio público y por esta razón han aflorado muchas sillas similares que actualizan el concepto clásico y no elevan su precio.

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9/9 © Kartell

Un trocito de Ibiza en un diseño internacional

Masters (de Philippe Starck y Eugeni Quitllet)

El diseñador ibiceno Eugeni Quitllet se unió a Starcks en 2009 para crear esta silla que se inspira en modelos míticos de los años 50. El respaldo se caracteriza por sus huecos entrelazados y curvilíneos, que logran generar una confusión visual sobre el auténtico perímetro del asiento. En 2010 este modelo de silla fue galardonado con el prestigioso premio del Chicago Athenaeum “Good Design Award”.

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