La víspera de Nochebuena se confirmaba una de las noticias más esperadas por los millones de fans de la cantante de Tennesse: Miley Cyrus y Liam Hemsworth se daban el sí quiero tras diez años de relación, una relación, todo hay que decirlo, que ha pasado por diversos altibajos. El feliz momento fue inmortalizado por Miley en su cuenta de Instagram.
Culminaba así un año que ha estado plagado de buenos momentos, como la presentación de su nuevo trabajo, Nothing breaks like a heart, después de más de un año de sequía creativa, pero también de momentos amargos, por ejemplo, cuando los terribles incendios que han asolado California recientemente destruyeron por completo su casa.
Pero, como dice el refrán, "no hay mal que por bien no venga" y la pareja celebró con sus familiares y amigos más cercanos su esperada boda en otra de las propiedades de Miley, concretamente en Franklin, una pequeña comunidad situada a pocos kilómetros de la ciudad de Nashville (en el estado de Tennesse). Se trata de una propiedad, que la cantante compró en 2017, de más de 13.500 metros cuadrados en la que se levantan dos construcciones: la casa principal y una segunda vivienda destinada a invitados.
La vivienda principal consta de unos 620 metros cuadrados de superficie y está distribuida en dos plantas más una buhardilla. Consta de cinco dormitorios, cuatro cuartos de baño completos y dos aseos.