2. No sin mi calabaza
Aunque en el siglo XVIII se usaban nabos (siguiendo fielmente la leyenda de Jack O’Lantern), en el XIX se decidieron cambiar por calabazas, debido a que eran más fáciles de tallar y había un excedente en el país. Y desde ese momento, esta hortaliza, con muchas posibilidades en la cocina, se ha convertido en todo un símbolo de Halloween. Puedes vaciarla y meter velas en su interior, dibujar caras terroríficas o dejarlas en su estado natural, combinando tamaños y formas. No lo vamos a negar, la puerta naranja de Gravina’s (gravinawindows.com) es el broche perfecto.