La fuerza de los colores
Hay combinaciones de color que a poco que el diseño juegue a favor siempre nos evocan otras épocas, como esta mezcla de amarillo mostaza y azul que es un claro guiño a los años sesenta. La forma redondeada del sofá, el sillón y las mesitas de centro acaban de aportar ese viaje en el tiempo a una época marcada por el flower power.
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El clasicismo que no pasa de época
Uno de los elementos que nunca faltan en un concepto vintage es el arcón de piel, los muebles de madera maciza y envejecida, y las texturas austeras y rústicas. En esta decoración el sofá tiene una acabado de lana y su claridad combina muy bien creando un contraste con la butaca de madera oscura.
Busca los detalles y no inviertas demasiado
Un salón cualquiera es capaz de viajar en el tiempo si sabemos jugar bien con los detalles, añadir aquellos que marquen una diferencia y que, ya sea por su colores, diseños o texturas, sepan transportarnos. Un teléfono de disco en tonos mostaza o rojo burdeos, unos cojines con formas geométricas y una lámpara acampanada, integrados con una alfombra de un color uniforme pueden trasladarnos a otra época sin una gran inversión en muebles.
La pieza clave del estilo vintage es el sofá
En este mueble reside de un solo vistazo toda la evocación que podamos transmitir con la decoración de un salón. Como en la foto: el cuero envejecido con formas futuristas, las que se esperaban en los los años 60 y 70, con diseños rectos y acabados curvilíneos, y figuras geométricas. En cada década reinó un sofá, más clásico en los años 50 y más desenfadado en los 80, pero eso sí: siempre cómodo.
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Cojines que marcan estilo
Si queremos empezar a definir un estilo vintage en nuestra decoración de salón, basta con elegir bien los cojines, porque son una fuente inagotable de creatividad. No suponen una gran inversión y nos permiten ir jugando a encontrar con qué colores nos sentimos más en sintonía. Una manta decorativa para el sofá o una funda puede ser el siguiente paso de esta experimentación pre-vintage.
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Las texturas son importantes
El sofá es el centro de todo, en lo que a decoración de salones se refiere, y lo es también cuando se crea una atmósfera vintage. Aprecia cómo un sofá normal y atemporal, puede viajar en el tiempo cuando varían las texturas de su tapizado. El ante, el cuero, el plástico y el lino marcan épocas distintas, sensaciones y estados de ánimo con los que puedes jugar dándole una personalidad diferente a tu sofá.
La mesa de centro te delata
Dentro de una decoración sobria, una mesita de centro anclada en el pasado puede cambiarlo todo. La que te presentamos en esta foto tiene un modelo clásico de entre los años 50 y 60, con una placa de vidrio arriba, acabados de madera y metal, y formas rectas y muy finas.
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La escultura es la televisión
Las televisiones de la actualidad son finas y ya no requieren muebles que las sostegan, van directamente atornilladas en la pared. Imagina el impacto visual de encontrar en tu salón un televisor de tubo, con esa pantalla con los ángulos redondeados. No tiene porqué funcionar, de hecho es casi imposible que una televisión así que sea compatible con la señal TDT actual y los canales de HD pero, de la misma forma que una escultura es decorativa, y un teléfono fijo de disco no es la mejor forma para mantener una conversación hoy en día. ¿Y si la tele solo cumpliera un objetivo estético?
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Formas, formas, formas
Algunas épocas pasadas jugaron las formas de sus muebles de forma endiablada. Este diván tiene reminiscencias de los años 20, y su forma evoca la paleta de un pintor. Pero todo en esta decoración bebe de otras épocas gracias a cómo están modelados sus ángulos: lámparas con pantallas rectas, sofás de ángulos disparados y alfombras con formas geométricas. Un salón en el que hay representados casi cinco décadas y, sin embargo, forma un todo.