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Digan lo que digan, el saber sí ocupa lugar y estas soluciones te ayudarán a hacerle hueco en tus estancias. Además, también te demuestran que el orden y el espacio no pertenecen en exclusiva a las librerías. Descubre cómo y dónde guardar tus libros, para tenerlos siempre a mano.

2/16 © Ligne Roset

1. Muebles con baldas

Un aparador abierto o una mesa de centro de dos pisos pueden ser dos buenos contenedores para tus libros. Ya que su capacidad no puede estirarse, coloca en ellos los ejemplares más bonitos o a los que más cariño tengas. Para no restarles poder decorativo, ponlos tumbados, en columnas, en montones por colores, mezcla tamaños... Ambiente de Ligne Roset (ligne-roset.com).

3/16 © Inés Benavides

2. Una solución a medida

Que se adapte a la cantidad de libros que posees y a tu estilo. Este dormitorio, diseñado por la interiorista Inés Benavides (inesbenavides.com), es un claro ejemplo de lo que los muebles a medida pueden hacer por ti y por tu casa. La estantería bajo la ventana y la estructura de la pared del cabecero ofrecen funcionalidad y belleza en el mismo pack.

4/16 © Coordonné

3. Montañas en el suelo

Los cuadros fueron los primeros en hacerse un hueco en el suelo de las estancias y ahora es el momento de los libros. Una solución atrevida, que no requiere desembolso, aunque sí algo de olfato para saber dónde ubicar la columna y cómo crear las diferentes 'capas'. El salón y el dormitorio son dos buenas ubicaciones y respecto al orden, puedes ir de más a menos; mezclar tamaños, aunque siempre poniendo el ejemplar más grande en la base; colocarlos perfectamente alineados o en una composición libre para romper la sobriedad del espacio... El papel pintado es de Coordonné (coordonne.es).

5/16 © Cinna

4. Una hornacina a modo de librería

Las soluciones a medida te permiten aprovechar al máximo los metros (y centímetros) de una estancia. Puedes, como aquí, hacer una hornacina en un hueco o diseñar una estantería bajo la ventana. Para darle un toque bohemio apuesta por no colocar baldas y ordenar los libros con cierta anarquía. El sofá es el Cityloft de Cinna (cinna.fr).

6/16 © Zara Home

5. Una estantería baja

Un clásico efectivo y lleno de posibilidades. Aquí, la balda superior se ha usado de manera decorativa con jarrones, cajas, un reloj y una lámpara, pero también puede llenarse de libros, aprovechando al máximo sus dimensiones y composición. La pared llena de cuadros, carteles y fotografías otorga al rincón un estiloso aire intelectual. Propuesta de Zara Home (zarahome.com).

7/16 © Balterio

6. A los pies de la cama

Bajo la descalzadora o la banqueta donde te desvistes. En lugar de dejar los zapatos, como sería lo habitual, coloca los libros que aún no te has leído o tus preferidos, que en cualquier momento puedes releer. Pavimento laminado de la colección Grande de Balterio (balterio.com).

8/16 © Bo Concept

7. Una minilibrería en el sofá

Ingeniosa y muy práctica, ideal para guardar tanto el ‘¡Hola!’ de la semana como para tener a mano (y colocados) los libros que te estás leyendo. Propuesta de Bo Concept (boconcept.com). Por cierto, la mesa Madrid de la misma marca, con el pie de hormigón, merece una mención aparte.

9/16 © Bemz

8. En una mesa auxiliar

Son el acompañamiento perfecto para la zona del sofá o en un rincón de lectura, como en la imagen. Lo ideal es que tenga una bandeja inferior, como ésta, y duplicar, así, su capacidad para guardar. Si te falta espacio, también puedes diseñar un ‘camino’ de ejemplares, haciendo que la mesita sirva de sujetalibros. La butaca es de Bemz (bemz.com).

10/16 © Meritxell Ribé The Room Studio

9. En un tabique

Este proyecto de Meritxell Ribé The Room Studio (meritxellribe.com) demuestra cómo los elementos arquitectónicos tienen mucho que decir en el interiorismo de una vivienda. Este tabique separador alberga en su interior una práctica estantería, con capacidad de suelo a techo. Perfecta para quienes presumen de haberse leído todo.

11/16 © Viccarbe

10. En una isla

Si tu cocina es abierta y tiene una isla, puedes emplear la parte de la estructura que da al salón para colocar tus libros. Eso sí, para evitar que se manchen, nunca dejes que sobresalgan del mueble. Por si te lo preguntabas (imaginamos que sí), la silla se llama Aleta y es un diseño de Jaime Hayon para Viccarbe (viccarbe.com).

12/16 © Bonaldo

11. Escondidos en un mueble

Una solución ideal para ediciones de bolsillo, libros de texto que te niegas a tirar o tu ‘top 10’, que prefieres que no estén expuestos al polvo y al sol. Además, si quieres lucirlos puedes dejar la puerta abierta. El mueble, modelo Summer de Bonaldo (bonaldo.it), es tan resultón abierto como cerrado, gracias a su amarillo chillón y a sus efectistas líneas geométricas.

13/16 © Scavolini

12. En un armario abierto

Esta cocina de Scavolini (scavolini.es) abierta al salón, logra integrarse en el ambiente, gracias al uso del azul como nexo de unión y al módulo abierto del gran mueble, que hace las veces de librería.

14/16 © Parachute

13. En la mesilla de noche

Ideal para aquellos que encuentran en la lectura el mejor somnífero. La mesilla de noche es el lugar idóneo para tus libros de cabecera o tus últimas adquisiciones. Además, es una solución tan cómoda, que te bastará con estirar el brazo para 'saborearlo' entre tus sábanas. Ropa de cama de Parachute (parachute.com).

 

15/16 © House Doctor

14. Bajo la ventana

Es un verdadero lujo, especialmente si has montado la oficina en casa o se trata del rincón de estudio. Este espacio no solo te brinda unos centímetros extra para los libros, sino que, además, hace las veces de superficie extra, para dejar los cuadernos o las carpetas cuando no las necesitas, despejando, así, la mesa. Propuesta de House Doctor (housedoctor.com).

16/16 © Cinna

15. En una balda que recorre la pared

Esta solución rentabiliza la pared y te permite sacar partido a los ángulos muertos, como las esquinas. Si tienes hueco, aprovecha para colocar una zona de escritorio o de lectura, así matarás dos pájaros de un tiro. La lámpara es de Cinna.

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