Esta vivienda es un lujo por doble motivo: su ubicación, en el corazón del barrio de Salamanca, una de las zonas más exclusivas de la capital; y, por supuesto, por su interiorismo, obra de Jose Arroyo, capaz de crear sinergias con el espacio, mostrando la belleza en estado puro.
Decorada con diferentes acentos estéticos, materiales de distintos acabados y piezas de época, reina en ella un eclecticismo contemporáneo, atractivo y sin fecha de caducidad.