The Lexington Hotel ha entrado en nuestra lista de hoteles ‘alta costura’ por la puerta grande. No lo negamos, ser fan incondicional de la actriz ha tenido peso en la decisión, pero lo que realmente nos ha convencido ha sido su interiorismo, obra del estudio Fringe. Sofisticado y exclusivo, pero también picante y atrevido, los ambientes, como esta sala de estar, nos trasladan por el poder de la decoración a los años de esplendor de Hollywood, donde las estrellas no salían a la calle en chándal ni sin maquillar. Y esto, para una nostálgica de ese momento, es razón suficiente para volar a Nueva York y hacer noche en este hotel. Terciopelos, sedas, muebles exclusivos, como el sofá de Mitchell Gold + Bob Williams, una paleta de color que apuesta por el negro y el blanco, se mezclan con detalles y recuerdos, como el bate de béisbol o las bolsas de la tienda favorita de Marilyn.