¿Te has alojado alguna vez en un trullo? No, no nos estamos refiriendo a lo que coloquialmente se conoce como ‘cárcel o prisión’ en el idioma español, si no a unos curiosos alojamientos (trulli, en italiano), de origen muy antiguo, que constituyen una de las señas de identidad del Valle de Itria, en la región italiana de La Apulia (La Puglia, en italiano, justo en el tacón que marca el mapa de Italia).
En este valle, cuajado de olivos, viñedos y árboles frutales se distribuyen este tipo de construcciones, algunas de las cuales se han convertido en la actualidad en alojamientos rústicos llenos de encanto.
En colaboración con Holidu, el comparador de alquileres vacacionales, te desvelamos algunos de los secretos mejor guardados de estos curiosos alojamientos.
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Martina Franca, Locorotondo, Cisternino o Alberobello son algunas de las localidades donde pueden encontrarse este tipo de construcciones, algunas de las cuales, en concreto los trullos (trulli, en italiano) de Alberobello, han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Su principal característica son sus curiosos tejados cónicos y el hecho de estar construidos en piedra seca, es decir, sin mortero alguno.
Si antiguamente eran utilizados por los agricultores como refugio temporal o para almacenar los aperos del campo, en la actualidad se han convertido en originales alojamientos perfectamente acondicionados y dotados de todas las comodidades de la vida moderna. ¿Quieres entrar en alguno de ellos?
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Una imagen de los trullos de la localidad de Alberobello (en la provincia de Brindisi) que son Patrimonio de la Humanidad desde 1996.
En esta imagen se pueden ver perfectamente los característicos tejados cónicos de estas construcciones y una curiosidad muy particular: en sus tejados se pueden observar una serie de símbolos que los antiguos residentes asociaban al hecho de atraer la buena suerte para la familia o la cosecha. Posteriormente, estos extraños símbolos llegaron a utilizarse como el número de la casa.
Los expertos coinciden en afirmar que el origen de la forma cónica de sus tejados podría estar en la influencia oriental que llegó a esta parte de Italia a lo largo de los siglos. Sea como fuere, lo cierto es que se han convertido en un gran atractivo turístico porque se han restaurado y acondicionado para convertirlos en unos alojamientos muy especiales.
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En estas antiguas construcciones, convertidas hoy en alojamientos, se aúnan en perfecta armonía lo rústico con lo chic para dar lugar a espacios muy agradables y confortables.
Una de las pricipales características de algunos de estos trullos (independientemente de la forma cónica de sus tejados) es que pueden presentar plantas circulares, de manera que toda la decoración interior está pensada para adaptarse a estos espacios tan particulares.
En la imagen el interior de un salón con un llamativo techo circular del que cuelga la luminaria.
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Otra vista del mismo salón, donde se puede ver cómo la chimenea es el elemento a partir del cual se distribuye todo el espacio. El techo abovedado, los arcos de medio punto y la preponderancia de materiales como la piedra y la madera contribuyen a dar a estas estancias una atmósfera muy agradable.
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Una de las características más curiosas de estos trullos es que los espacios interiores son bastante irregulares, pero esto no es un problema porque en la actualidad se han adaptado para dotar de más encanto, si cabe, a estas construcciones.
Las habitaciones se organizan en torno a a la zona central (salón), y en ellas se aprovechan los propios espacios naturales para colocar la cama. La preponderancia de la piedra (con los tonos beige que caracterizan a la caliza), junto con la utilización de mobiliario auxiliar sencillo y con un toque rústico convierte estas estancia en el lugar ideal para descansar en paz.
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La decoración y distribución de los espacios varía de un trullo a otro. En la imagen podemos ver cómo en estas construcciones son típicas tambien las vigas vistas de madera. Sin embargo, lejos de lo que pudiera parecer, estas vigas nunca tuvieron una función estructural en estas edificaciones. La finalidad era meramente higiénica. Es decir, antiguamente se utilizaban para colgar los alimentos y el material de labranza para evitar apoyarlos en el suelo.
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En la imagen, un cuarto de baño, donde volvemos a ver el predominio de la piedra que caracteriza a todos los espacios. Su color claro, en combinación con detalles decorativos (muchos de aire vintage) en los que abunda la madera confieren a estos espacios un aire muy particular.
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Las cocinas han sido totalmente acondicionadas para dotarlas de todas las comodidades necesarias. Son espacios muy sencillos, en los que se pueden encontrar desde mobiliario tradicional hasta de diseño, eso sí, siempre guardando un sentido de la estética que no desentone con la estancia. En la imagen una cocina con muebles modernos en madera lacada, electrodiomésticos en tonos metalizados y suelo en gres a juego con el tono de las paredes..
En la imagen también se puede ver cómo la piedra original convive con paneles encalados, otra de las características de estas construcciones.
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En la actualidad, estos trullos, que tienen bellísimas y amplias terrazas para disfrutar al aire libre, disponen también de espléndidas piscinas donde disfrutar de una jornada de verano verdaderamente espectacular.
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Las terraza tienen rincones muy agradables donde disfrutar de una cena a la luz de las velas o de una reunión con amigos. Detalles decorativos muy simples (en algunas ocasiones protagonizados por plantas), pero muy acertados que evitan quitar protagonismo a la belleza del espacio.
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Hay trullos que se encuentran dentro de los pueblos, pero también podemos encontrar construcciones enteramente restauradas en lugares más apartados, rodeados de la típica vegetación mediteránea. Lugares perfectos para una vacaciones donde descansar y desconoectar del mundanal ruido.
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