Entramos en la espectacular mansión donde la actriz Mary Tyler alcanzó su fama televisiva
the mary tyler moore show
La actriz televisiva Mary Tyler Moore, fallecida el pasado mes de enero, consiguió situarse en los años 70 como todo un icono de la pequeña pantalla y una fiel defensora de los derechos de las mujeres. Considerada como una leyenda de la televisión estadounidense, destacó, sobre todo, como actriz cómica y entre los méritos de su extensa carrera destaca la nominación al Óscar que obtuvo por su papel de actriz protagonista en la película ‘Gente corriente’, en el año 1980, así como la obtención de tres Globos de Oro, un Tony y siete premios Emmy.
Pero, sin duda, dos de sus trabajos más populares fueron ‘The Dick Van Dyke Show’ y ‘The Mary Tyler Moore Show’. Para la grabación de este último programa, que fue emitido en la cadena CBS entre los años 1970 y 1977, se utilizaron las diferentes estancias que integran esta casa, de estilo victoriano, que se encuentra actualmente en venta. En su interior, Mary Tyler dio vida a la joven Mary Richards, una mujer soltera de 30 años, cuya prioridad no era casarse y crear una familia, sino estudiar una carrera y aprovechar al máximo su estilo de vida único.
Como dato curioso, los espectadores recuerdan, sobre todo, esta vivienda victoriana de principios de 1900 por aparecer como centro de todas las miradas en una de las secuencias más famosas de la grabación, haciendo referencia a un momento en el que Mary se encontraba en el proceso de búsqueda de nuevos inquilinos para la parte superior de la casa.
© Landmark Photography
Aunque la vivienda figuraba en la serie con una dirección ficticia, los seguidores de esta emisión encontraron rápidamente la ubicación exacta en la realidad e hicieron de ella un destino turístico de referencia. Fue todo un boom, llegando a recibir la visita diaria de hasta 30 autobuses después de que el programa finalizase.
Con el paso del tiempo, la casa se ha mantenido impecable y en perfecto estado de conservación. Incluso, ha sido restaurada y algunas de sus estancias han contado con un reconocible lavado de cara. En total, cuenta con 9.500 metros cuadrados repartidos en siete dormitorios, nueve baños y múltiples terrazas. También dispone de diversas alturas en las que se sitúan dos habitaciones familiares, una oficina en una de las torretas superiores, gimnasio y sauna.
Inicialmente, el precio de salida al mercado fue de 2,8 millones de dólares (2.639.708.993 euros), aunque en las últimas semanas ha experimentado una importante rebaja, situándose ahora en los 1,6 millones de dólares (unos 1.508.311.839 euros).
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En la disposición actual de la vivienda se mantienen muchas de sus características victorianas, tales como travesaños de vidrio con plomo y decoración ornamental. Además, la vivienda cuenta con un amplio garaje con capacidad y suficiente amplitud para tres coches, una chimenea de gas y unas espectaculares vistas directas a una elegante calle arbolada.
Como curiosidad, el cuidado exterior de piedra de la mansión fue utilizado como escenario de muchas de las tomas al aire libre de ‘The Mary Tyler Moore Show’ que, en otras ocasiones, se combinaban con decorados artificiales creados en diferentes estudios de Hollywood.
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Los techos altos y grandes ventanales son las características principales de la inmensa mayoría de las estancias de esta mansión de Minneapolis. Por tanto, no podía ser menos este confortable saloncito, que en la serie ‘The Mary Tyler Moore Show’ hacía las veces de apartamento de la protagonista.
Al igual que en otras habitaciones de la vivienda, existe un fascinante contraste entre los elementos decorativos victorianos de la chimenea, en este caso, los rodapiés y las molduras del techo, que funcionan como marco del ventanal, y una decoración más cercana a nuestros tiempos que bebe de diferentes estilos.
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Como toda vivienda victoriana que se precie, esta mansión tiene forradas muchas de sus paredes de zócalo alto de madera en tonos caoba o, como se conocen en decoración, lienzos de madera. Sin duda, de todas ellas, algunas de las más espectaculares son las que conforman el comedor.
El principal motivo es que, además de los lienzos, la madera está presente en los marcos de las puertas y en los armarios coronados con las características vitrinas victorianas, que además, flanquean la reformada chimenea. Asimismo, son dignas de mención las galletas de cuadros (los cojines) de las sillas y la lámpara y apliques de hierro forjado.
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Flamante y espaciosa son los principales adjetivos que describen la cocina de la mansión. El aspecto que presenta en la actualidad no tiene nada que ver con el original, ya que, tras una serie de reformas, ahora cuenta con una superficie cuatro veces superior a la de 1900, cuando la vivienda fue construida.
Como en otras estancias, los actuales propietarios de la mansión decoraron la cocina de forma ecléctica. Por un lado, están los armarios blancos de estilo clásico y las lámparas. Por otro, la mesa y sillas de estética escandinava del office y las banquetas postmodernas pegadas a la isla.
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Esta mansión de Minneapolis, como seguramente cualquier otra en esta ubicación, dispone de un sótano adaptado para reuniones familiares o para disfrutar de un momento íntimo de descanso y reposo.
Cuenta con tres grandes butacas individuales reclinables de cuero negro que se completan con un gran puff redondo del mismo material, todos ellos situados sobre una moqueta trenzada en dos tonos arena. Sin duda, es el lugar idóneo para ver la televisión o para entretenerse con diferentes juegos infantiles, como los que se observan en la fotografía.
La mansión de la prestigiosa actriz y humorista estadounidense también cuenta con un pequeño, pero completo, gimnasio en el que se integra una gran máquina de musculación, otra de running, diferentes tipos de pesas de diversos tamaños y dos pelotas para fitness (o pilates).
Como se puede comprobar, se trata de un espacio acogedor con una moqueta de tonos tierra a juego con la tonalidad beige de la pared, un color que otorga gran luminosidad a esta estancia para que practicar deporte sea una rutina diaria mucho más llevadera.
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El salón de la planta baja desprende personalidad por todos sus costados. Lo primero que llama la atención son los dos ventanales de los laterales y, acto seguido, la chimenea, una de las pocas de toda la mansión que deja entrever el origen victoriano de la misma. Además, los elementos mencionados sirven para organizar los tres ambientes con los que cuenta el salón.
El primero de ellos, el que mira a la chimenea, está compuesto por un sofá, cuatro butacones y cinco mesitas, que fusionan magistralmente la estética clásica con la escandinava y postmoderna. El segundo, el que corresponde al ventanal de la izquierda, es el clásico rincón para la lectura y el tercero, dotado de un estiloso diván, para la relajación más absoluta.
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Si el comedor de la mansión era una de las habitaciones más espectaculares por la presencia de lienzos de madera, la joya de la corona es, sin ningún tipo de dudas, la escalera principal. Los artesonados de madera, mucho más elaborados que en el resto de estancias, son una auténtica obra de arte.
Mención especial merecen la elegante pilastra de arranque de la barandilla, que muestra lo mejor de los trabajos de carpintería victorianos, y la singular celosía que cubre un hueco lateral de la escalera. Asimismo, todo el conjunto queda perfectamente rematado con la tarima y una soberbia lámpara de tonos níveos y dorados.
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Además de todo lo anterior, esta majestuosa mansión victoriana también dispone de una estancia donde el piano de cola, de la prestigiosa compañía Hailun, aglutina prácticamente todo el protagonismo.
Este instrumento era para la actriz una pieza fundamental en su televisivo hogar, ya que amenizaba sus tareas diarias y se evadía junto a él entre guion y guion. Asimismo, este espacio cuenta con dos sillones de tonalidades azuladas y una pequeña mesita que hace de este lugar una zona muy agradable, donde el relax y la tranquilidad alcanzan su máxima expresión.
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Como puede apreciarse en la fotografía, el dormitorio principal de la mansión donde se rodaba 'The Mary Tyler Moore Show' está totalmente reformado. Además de disponer de la superficie ideal para un aposento, todavía muestra las principales señas de identidad de toda vivienda victoriana: los soberbios marcos de caoba de los dos ventanales y la estructura de la chimenea.
Respecto a los detalles y accesorios más contemporáneos, destacan la lámpara-ventilador y los flexos de pared situados a ambos lados de la cama de matrimonio.
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Con el baño principal cambiamos totalmente de tesitura, puesto que los únicos vestigios victorianos del mismo son el ideal ventanuco y la grifería. A excepción de los citados detalles, la decoración del baño se mueve entre el estilo clásico del armario de los dos lavabos y el espejo y el zen de las repisas de madera.
Asimismo, destacan la bañera de hidromasaje, los focos del techo y el alicatado de mármol del suelo, bañera y zócalos.
La vivienda del show de la mítica actriz hollywoodiense también cuenta con una habitación infantil decorada con tonos tierra, a juego con los ositos de peluche que se sitúan en la cama (el de mayor tamaño) y en el sillón (el más pequeño).
Dos cuadros destacan en las paredes principales, uno del abecedario y otro de un mapa mundi con un marco de madera, acorde con el resto de decoración de la casa. Diversos muñecos colgando sobre el techo y diferentes dibujos infantiles en las paredes completan esta acogedora y agradable habitación, ideal para los más pequeños.
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Los exteriores de la mansión también adquieren un protagonismo decisivo en la mítica serie ‘The Mary Tyler Moore Show’. La casa cuenta con un porche en el que se sitúa una hamaca de grandes dimensiones, donde la actriz y sus compañeros de rodaje conseguían un momento de armonía y quietud.
La tranquilidad que proporciona este rincón, unida al paisaje repleto de frondosos árboles de un verde intenso, logran que sea una de las zonas preferidas por sus seguidores y por los propios creadores de la serie estadounidense.
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Finalizamos el recorrido por la vivienda del show televisivo en un sublime porche acristalado de unas considerables dimensiones. Los amplios ventanales con los que cuenta este espacio tan mágico dotan de una increíble luz a esta zona, donde la actriz disfrutaba de unos momentos inolvidables junto a sus compañeros.
Con paredes de piedra y azulejos de cerámica en el piso, se trata de una galería ideal para tomar un tentempié, un aperitivo con familiares y amigos o, simplemente, para descansar y contemplar la autenticidad de los exteriores de la mansión.
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