¡Bienvenido a la isla de Marlon Brando! Un rincón del paraíso en la Polinesia francesa
La isla de Marlon Brando en el Pacífico alberga un eco-resort de lujo, donde la paz se apodera de tu cuerpo y de tu espíritu. 100% verde, 100% ‘chic’, surcar los mares para llegar a él, merece la pena.
La isla de Marlon Brando en el Pacífico alberga un eco-resort de lujo, donde la paz se apodera de tu cuerpo y de tu espíritu. 100% verde, 100% ‘chic’, surcar los mares para llegar a él, merece la pena. Estos son argumentos más que suficientes para que Pippa Middleton y James Matthews, eligieran este destino de ensueño para pasar su luna de miel.
“Mi espíritu siempre se calma cuando me imagino por la noche en mi isla del Pacífico. Si tengo oportunidad voy a hacer de Tetiaroa un lugar que recuerde a los tahitianos lo que son y lo que fueron”, decía el propio Marlon Brandon. El actor descubrió esta isla durante el rodaje de la película ‘Rebelión a bordo’ (1962). Y la compró cuatro años después. Su pasión por esta isla duró toda su vida. Allí, encontró el amor –conoció a la que sería su tercera mujer–, la paz, la vida auténtica (podía ser él mismo) y un refugio, al que se escapaba con familiares y amigos. Algo que el huésped también encontrará en hotel The Brandon, una experiencia auténtica y enriquecedora, capaz de permanecer para siempre en la memoria.
Tetiaroa está situada a 60 kilómetros de Tahití, una impresionante isla de la Polinesia Francesa, formado por una docena de pequeños islotes, que rodean una laguna. A través de un aeropuerto privado se llega a The Brandon. Arena blanca, aguas cálidas de la laguna, seductoras fragancias tropicales, distintos tonos de azul del mar y el cielo… Fue una de las residencias de la realeza de Tahití y todavía hay templos construidos en el atolón por los primeros polinesios. Un pasado real, que aún se mantiene vivo.
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Lujo responsable. Este respeto por la naturaleza no significa renunciar al confort ni a las comodidades. Así, el aire acondicionado se obtiene con agua de mar obtenida a una profundidad de 900 metros; la iluminación con los más de 200 paneles solares y el suministro de agua proviene de la desalinización y de la recuperación del agua de lluvia. Por su parte, el generador de reserva funciona con aceite de coco. El sistema también incluye tratamiento de residuos, un huerto orgánico y una estación de investigación, donde científicos de todo el mundo trabajan para proteger la biodiversidad en tierra y bajo el mar.
Cada detalle está cuidado al máximo y supone una verdadera experiencia para el huésped. En el bar de la playa o en la terraza con vistas a la piscina, los huéspedes pueden disfrutar de una gran variedad de cócteles inspirados en la isla. El menú del restaurante principal, elaborado por el chef Guy Martin del Gran Véfour de París –con dos Estrellas Michelin–, es una verdadera oda a la naturaleza. Y, por supuesto, también es posible disfrutar de un picnic en la playa o una comida íntima en la villa.
El spa es una verdadera experiencia para el visitante, ya que los árboles son el techo. Con tratamientos inspirados en las antiguas tradiciones polinesias y con vistas al pacífico, 2.000 metros cuadrados de plantas exóticas albergan el ‘hammam’, la cascada, la barra de té y el pabellón de yoga. Bien ventilado y acogedor, es una mezcla de naturaleza, sofisticación e ingenio arquitectónico. Además, está enclavado en el lugar donde la familia real de Tahití solía disfrutar de sus propios rituales de belleza. Una forma de revivir esa sensación y sentirse rey y reina por unos días.
La armonía con el entorno define todo, incluso las actividades de los huéspedes. Así, se puede recorrer la laguna con canoa o kayak, practicar buceo o snorkel, dar largos paseos en bicicleta, visitas guiadas… Mientras disfrutas de la cultura, la artesanía y el placer de las historias y las leyendas de esta isla del Pacífico.
Lo que en principio parecía una utopía se ha hecho realidad, resultando un lugar exclusivo y privilegiado. Realmente parece como si Brandon hubiera robado un pedazo de paraíso y hubiera mantenido su esencia intacta. El complejo de The Brandon no ha perdido el espíritu que quería mantener el actor y su compromiso de preservar su entorno, con el menor impacto medioambiental, sigue adelante. Como un edén, atemporal y un antídoto contra el estrés del mundo moderno.
The Brando alberga 35 villas, con piscina privada, que dan a la playa de las Tortugas o a la bahía de las Sirenas. En cada habitación las vistas miran a una vegetación tropical, exuberante y preciosa. La inmensa belleza de Tetiaroa no se puede capturar o describir con palabras, decía Marlon Brando. Y años después esta frase resulta cierta porque ¿cómo de bella es la libertad, los cantos de los pájaros, el verde de las plantas…?
El interior de cada villa ofrece un confort acogedor, con un ambiente natural y elegante. Construido con materiales tradicionales, estos refugios reflejan la cultura y la esencia de Polinesia. Los suelos de parqué encerados, las paredes de madera y los techos recubiertos de hojas de pandano (un árbol con aspecto de palmera), se inspiran en el ‘baile’ del bambú. Además, grandes ventanales en todas las habitaciones ofrecen una vista espectacular con el azul del lago, como telón de fondo.
La naturaleza se mete en los interiores sobrios y serenos. Los materiales son la base de la decoración y de la construcción. Un estudiado confort, tonalidades naturales y la pureza de líneas reflejan el exquisito y refinado espíritu del hotel. La sensación de estar en plena naturaleza, pero sin perder de vista las comodidades modernas, ya que ni siquiera es necesario renunciar a las últimas tecnologías: The Brandon cuenta con Wifi y BlueTooth.
El complejo está formado por una villa de 1 habitación, tres dúplex y 30 de un dormitorio. Cada una de ellas cuenta con una amplia habitación con un espacio adyacente, sala de estar, comedor y un gran baño. En el exterior, se ubican espectaculares terrazas de madera, una piscina, un comedor con barbacoa, un baño exterior, que parece suspendido en medio de la vegetación, y una playa privada de arena blanca. Un verdadero refugio en plena naturaleza.