Locales de ocio: De todo para todos los (buenos) gustos
Un restaurante de comida americana tradicional dedicado al deporte del polo y propiedad de Ralph Lauren; una pastelería histórica reconvertida en local de moda; o un restaurante japonés que recrea una ciudad nipona. Tres opciones bien distintas para tres gustos perfectamente compatibles
En la 'ciudad que nunca duerme' se ha abierto hace unas semanas El Polo Bar, un local de la marca Ralph Lauren en la Quinta Avenida (¿dónde si no?), junto a su tienda insignia.
El Polo Bar ofrece un ambiente informal pero refinado para comer (comida clásica americana) y beber delicioso cócteles en un entorno donde el deporte rey es el polo.
Un mural inspirado en un partido del legendario jugador de polo Henry Koehler recibe al visitante, que puede asombrarse de la belleza de magníficas sillas de montar de cuero y arte ecuestre.
Lo que era una pastelería histórica de la parte derecha del Eixample, se ha convertido en un restaurante que mantiene su esencia como icono modernista: René. Se comprueba desde la fachada, patrimonio histórico de la ciudad.
El local ha sido rehabilitado por el estudio Carlos Martínez Interiors manteniendo la decoración original de Enric Llardent, en el que destacan grandes vitrinas, ornamentos de yeso en los techos y madera de caoba procedente de Cuba.
En la decoración del René predominan los pavimentos de mármol blanco (propios de las antiguas pastelerías) junto con espejos despiezados manchados, molduras con detalles, iluminación en cada mesa...
Pasando al comedor del René, destacan los sofás corridos de estilo vintage hechos a medida con respaldos en capitoné y un tapizado floral, aportando así un toque retro al espacio.
Nozomi Sushi Bar es un local de 233 metros cuadrados cuyo proyecto de diseño de interiores ha corrido a cargo de Masquespacio, que ha querido centrarse en la dualidad ‘Contemporáneo racional’ y ‘Clásico emocional’.
Nada más atravesar la puerta del Nozomi Sushi Bar, un cubo central crea dos pasillos hacia la sala central creando un flujo continuo y abierto muy típico de la arquitectura del país oriental.
Al fondo del local se encuentra la zona privada, en la que se genera un espacio que permite separar ambientes para conseguir una mayor intimidad, sin aislar del todo al comensal.