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Casa
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El encargo le llegó a Cristina Arnedo de una pareja con un niño que tenía un solar entre medianeras y quería una vivienda amplia, cómoda, actual pero con materiales nobles atemporales.
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Se construyó una vivienda con planta sótano, baja, primera y altillo, en la que cada rincón está aprovechado al máximo. LA planta baja tiene salida a una terraza de 25 metros cuadrados.
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Una de las decisiones que se tomaron relacionadas con el aprovechamiento de la luz tiene que ver con el suelo de pavimento porcelánico de gran formato en tonos claros en laz zonas públicas.
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La vivienda cuenta con cuatro plantas, incluyendo sótano y altillo unidos por una luminosa escalera. Todas menos el altillo disponen de 90 metros cuadrados cada una. El altillo es de 70 metros cuadrados.
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La falta de luz de la cocina se solucionó comunicando esa zona con el comedor a través de “un cerramiento de Rimadesio de cristal fumé que dejaba entrar la luz de la fachada contraria".
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La cocina cuenta con una zona de barra de Silestone que va apoyada sobre la encimera de trabajo de la cocina. En un área perfecta para desayunos y cenas informales, con los taburetes modelo Lottus, de Enera.
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En el dormitorio principal, de nuevo para potenciar la luz, se colocaron estores de screen “que ayudan a tamizar la luz solar y visillos de confección clásica pero con un tejido muy transparente".
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Para el mobiliario de la cocina se eligió en blanco y muebles de la firma Look Espais i Cuines: “la queríamos luminosa e integrada con el resto de la vivienda”.
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Para el dormitorio infantil se recurrió de nuevo a la firma Lema en los estantes y la cama. La mesa y el armario son de BM2000.
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La vivienda cuenta con tres cuartos de baño. Uno de cortesía en la planta de entrada y dos en la zona privada, uno para cada dormitorio. En este caso también se ha optado por colores claros como el del mármol de la encimera.
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La escalera se creó “como eje principal en el centro y con una claraboya en el ojo de la misma”. Se convirtió, de este modo, en una de las piezas más visuales del espacio.