Salón-comedor con acceso a terraza© Photography Anna Batchelor

Decoración de interiores

Ni blancos ni neutros: en este apartamento de 68 m² en Londres manda el negro… ¡Y el resultado es fantástico! 

La interiorista Sara Leonor ha conseguido una vivienda que no solo responde a las necesidades de sus propietarios, sino que también reivindica el poder del negro como sinónimo de elegancia, confort y modernidad


28 de abril de 2025 - 12:00 CEST

La pareja propietaria, que aunque reside en Australia, visita con frecuencia Londres, buscaba algo más que una simple reforma: querían convertir su ático en la City en una vivienda funcional y con carácterNo se trataba solo de actualizar acabados, sino de darle una nueva vida, adaptar los apenas 68 m2 de superficie a sus necesidades y también al ritmo dinámico de la ciudad. 

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La encargada de conseguirlo fue Sara Leonor, interiorista española afincada en la capital británica, que planteó una nueva distribución y apostó por el negro como hilo conductor de todo el proyecto. Una decisión valiente que, lejos de hacer que los espacios parezcan más pequeños o sombríos, ha dado lugar a ambientes sofisticados, luminosos y llenos de vida. Y todo, gracias el uso de materiales oscuros, espejos estratégicos y una cuidada planificación del mobiliario.

Pero, sin duda, uno de los grandes atractivos del apartamento es su espectacular terraza en forma de L, de 34 m2, que inunda el interior de luz natural y refuerza la sensación de amplitud, un verdadero lujo en pleno centro de Londres.

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Salón decorado en negro y toques de amarillo© Photography Anna Batchelor

Negro, madera oscura, piedra, toques verdes y una pizca de amarillo

Nada más entrar al salón nos encontramos un mueble completamente negrode líneas rectas y sobrias, que ocupa el frente principal. Este color dominante se repite en paredes, suelos y mobiliario, pero lejos de resultar monótono o agobiante, la variedad de texturas —entre mates, satinados y algún leve brillo puntual— crea un juego de contrastes que enriquece visualmente el conjunto.

Para equilibrar su contundencia, la diseñadora introdujo elementos estratégicos, como una butaca en un vibrante tono amarillo que rompe la monocromía y se convierte en un inesperado punto focal. Pequeños toques de verde a través de plantas, aportan frescura y vida, completando una paleta cromática pensada al milímetro.

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© Photography Anna Batchelor

El arte también es protagonista

Una obra contemporánea de gran formato decora la pared de la zona de estar y, además de aportar dinamismo visual al conjunto, demuestra que una pieza de arte bien elegida puede ser tan potente como cualquier mueble. Los colores elegidos —grises, negros, blancos y algún sutil toque metálico— encajan perfectamente con la estética general del salón.

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© Photography Anna Batchelor

Una cocina abierta al salón

Uno de los cambios estructurales más relevantes fue la apertura de la cocina hacia el salón. Antes compartimentada y oscura, ahora se integra en la gran zona social del apartamento, con una península que delimita los ambientes sin romper la continuidad visual y que sirve de superficie de trabajo. En cuanto al diseño, la madera oscura de muebles y electrodomésticos se ha combinado con una encimera de piedra blanca que crea un bonito contraste.

Una prioridad para los propietarios era la incorporación de espacios de almacenaje ocultos, esenciales tanto para su uso personal como para proteger sus pertenencias durante los periodos en los que el apartamento se alquila. Así, la península alberga armarios discretos que resuelven de forma práctica una necesidad clave.

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© Photography Anna Batchelor

El comedor

A pesar de la apuesta por los tonos oscuros, el comedor se ha situado estratégicamente en el rincón más luminoso del salón. Con una mesa redonda de madera negra, acompañada de cuatro sillas, y una lámpara de pie Arco, la interiorista ha logrado crear un ambiente íntimo y acogedor. Durante el día, el espacio, rodeado por puertas acristaladas que conectan con la terraza, se llena de luz natural que equilibra perfectamente la intensidad cromática del interior.

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© Photography Anna Batchelor

¡Dejen paso!

La disposición del mobiliario no solo responde a criterios estéticos, sino también funcionales. Sara Leonor cuidó especialmente los recorridos y la organización de los ambientes para que la circulación fuera fluida y natural. Las grandes puertas correderas de cristal que conectan el interior con la terraza refuerzan la continuidad espacial y logran que el apartamento, aunque compacto en metros, se perciba amplio y aireado.

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© Photography Anna Batchelor

El mural del que partió la decoración

Curiosamente, el punto de partida de toda la propuesta decorativa fue el dormitorio. El gran mural de tonos oscuros que, antes de la reforma decoraba la pared del cabecero, inspiró la apuesta decidida por el negro en todo el proyecto. Se conservó y se convirtió en un telón de fondo perfecto para un dormitorio sereno y elegante, donde priman las líneas depuradas y los textiles confortables en tonos neutros.

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© Photography Anna Batchelor

Espejos estratégicos

En espacios de dimensiones reducidas y con paletas oscuras, los espejos son aliados imprescindibles. En el dormitorio, las puertas del armario se han revestido con espejos de suelo a techo que, además de ampliar visualmente el espacio, reflejan la luz natural y duplican la sensación de profundidad. Un truco infalible que Sara Leonor ha sabido utilizar con maestría.

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© Photography Anna Batchelor

¡Espectacular!

El cuarto de baño es otra de las sorpresas del proyecto. Durante las obras de reforma, se eliminó cualquier compartimentación innecesaria para dar paso a un espacio diáfano, con una ducha a ras de suelo, un amplio mueble de lavabo de dos metros de largo con almacenamiento oculto y un espejo retroiluminado hecho a medida que se convierte en el gran protagonista. Los materiales siguen la misma línea estética: revestimiento de piedra; lavamanos, grifería y accesorios en negro, y una fotografía artística en la pared.

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© Photography Anna Batchelor

Una terraza que es puro oasis

La terraza, en forma de L, rodea buena parte de la vivienda y se ha organizado en varios ambientes. Sobre estas líneas vemos el salón de verano que invita a relajarse al aire libre, con un sofá con chaise longue y una mesa de centro, además de grandes macetas con vegetación para aportar privacidad y esa sensación de estar en un refugio verde en pleno centro de Londres. Un lujo que, bien aprovechado, multiplica el valor de toda la propiedad.

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© Photography Anna Batchelor

Cuando vivir en un ático es un privilegio

Y como broche final, una pequeña zona de barbacoa completa el espacio exterior. Pensada tanto para los propietarios como para los posibles inquilinos que alquilen el apartamento durante su ausencia, esta área permite disfrutar de veladas al aire libre sin renunciar al confort. Porque si tener una terraza en Londres ya es una suerte, poder tener también tu propio rincón de cocina exterior es, sencillamente, un sueño hecho realidad.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.