Un jardín regenerativo es aquel que, en lugar de solo mantenerse, mejora el ecosistema en el que está. Se trata de crear un espacio autosuficiente, biodiverso y que devuelva a la naturaleza más de lo que toma. Víctor Mesa, paisajista y fundador de Paisaje Positivo (paisajepositivo.com) nos va a detallar cómo diseñar unos exteriores que ayudan al medio ambiente en estos tiempos de emergencia climática. Para comenzar ya apunta que son clave “suelos más vivos, más insectos beneficiosos y menos dependencia de productos químicos”.

Principios fundamentales del paisajismo regenerativo
Hacer jardinería con conciencia ecológica y con visión de futuro es posible y es lo que reclama el paisajismo regenerativo. En sus diseños con Paisaje Positivo, “tratamos de imitar a la naturaleza en sus procesos, creando comunidades que sean autosuficientes y que cumplirán con los ciclos naturales que les son propios (como el de la materia orgánica)”. Víctor destaca que otros principios fundamentales son:
- El cuidado del suelo.
- La conservación y el almacenamiento eficiente del agua.
- El fomento de la biodiversidad a través de la creación de hábitats para múltiples especies. En la imagen, un hotel de insectos.
- El diseño con propósito, es decir, que cada rincón de nuestro jardín tenga una función ecológica muy clara.
Así, básicamente, los jardines regenerativos mejoran el medio ambiente a través de la provisión de servicios ecosistémicos tan importantes como el secuestro de carbono, la creación de hábitats especializados para polinizadores (muchos de los cuales están en peligro de extinción), la reducción del efecto isla de calor, la aportación de humedad ambiental o la contribución a la mejora de la fertilidad del suelo devolviendo la vida a zonas degradadas.

¿Tantas diferencias existen con un jardín tradicional?
El paisajista hace esta analogía: “un jardín tradicional es como un museo, en él durante años encontrarás en las mismas condiciones los elementos que lo componen. Su belleza será inmutable, sí, pero a costa de un mantenimiento muy intensivo y controlado”.
Mientras que el jardín regenerativo, si tiene una buena base técnica de inicio, el cambio y la evolución serán aliados en el desarrollo de nuestro espacio. En términos de mantenimiento conseguiremos un manejo mucho más relajado, pero más interesante en el que, además, podremos ir aprendiendo y sorprendiéndonos con el paso de las temporadas. La belleza será más salvaje pero también más conmovedora.
El experto firma el diseño de jardín regenerativo de la propuesta, de estilo naturalizado.

El alma del jardín regenerativo
Si hay unas absolutas protagonistas de los jardines regenerativos son las plantas autóctonas. Víctor nos da estos argumentos acerca de apostar por ellas: están adaptadas al clima local, requieren menos agua y cuidados que las que no son nativas y, lo mejor de todo, son las favoritas de la fauna local.
“Como nuestro objetivo es atraer vida en todas sus formas, con las plantas autóctonas tenemos la ventaja de estar ofreciendo el menú perfecto para nuestros nuevos huéspedes, además de proporcionar refugio para estos”, detalla el experto.
Hay que añadir que la biodiversidad, además, contribuye a tener un jardín libre de plagas sin necesidad de pesticidas. En la imagen vemos en detalle la milenrama (Achillea millefolium), una flor tolerante a la sequía que atrae a mariposas, abejas y depredadores naturales, como las mariquitas.

Agua es vida
El fundador de Paisaje Positivo recalca que el agua es el elemento esencial para la vida de nuestro jardín, pero no solamente en términos de conservación de las plantas, sino también para fortalecer el equilibrio de todos los organismos que participan en un jardín de estas características.
Para tener el mayor éxito en la gestión del agua en nuestro espacio podemos utilizar técnicas muy efectivas como el acolchado (mulch), para evitar la evapotranspiración en épocas de altas temperaturas, las zanjas de infiltración o swales, que contribuyen a recargar el subsuelo y mantener el agua disponible para nuestras plantas, el riego automatizado por goteo, para evitar desperdiciar el agua que aportemos o el diseño del terreno con criterios de ingeniería hidrológica (para espacios más grandes) en los que se diseñan pendientes y zonas de absorción natural.

El papel del suelo en la jardinería regenerativa
El suelo es literalmente la base de todo. En los jardines regenerativos, el suelo no se ve como ‘tierra’ sino como un organismo vivo. Contiene bacterias, hongos, insectos… todos trabajando en equipo.
¿Y cómo se mejora la salud de ese suelo? “Añadiendo compost natural, no removiéndolo demasiado (labranza mínima), plantando cubiertas vegetales para protegerlo o evitando el uso de fitosanitarios que pudieran alterar su frágil equilibrio”, responde Víctor.

Así se fomenta la biodiversidad en un jardín regenerativo
El paisajista recomienda a sus clientes pensar en su jardín como en un parque nacional en miniatura. Si favoreces hábitats diversos atraerás a toda la fauna que, en realidad, ya debía de estar allí antes de que construyeras la vivienda. Con buenas decisiones, es posible que consigas generar más biodiversidad animal que la que podrías encontrar originalmente.
El experto especifica que “es esencial incorporar muchos recursos florales para polinizadores (el uso de vivaces y anuales es muy útil), setos libres como refugio para las aves, zonas de agua para anfibios e insectos, pequeños roquedales donde puedan solearse los reptiles…La vida tiene que ser bienvenida, promocionada y protegida siempre que aparezca en nuestro espacio”.

Un menor uso de productos químicos
Lo hemos mencionado por encima, veamos a fondo en qué consiste el control biológico: se trata de utilizar organismos vivos —como insectos beneficiosos, aves o microorganismos— para mantener a raya las poblaciones de plagas de forma natural, sin recurrir a productos químicos. La lógica es sencilla, si tu jardín está equilibrado no necesitarás el uso de fitosanitarios porque los problemas, generalmente, se solucionarán solos. Victor afirma que “lo principal es asesorarse con un profesional para seleccionar correctamente especies de plantas que sean resistentes y estén adaptadas. Por otro lado, recomendamos favorecer la aparición de todo tipo de depredadores beneficiosos que formen parte del control integral de las plagas que puedan aparecer puntualmente en nuestro jardín. Los mejores aliados están disponibles en el propio espacio verde: sírfidos, mariquitas, avispas parasitoides…”. Este enfoque prioriza la prevención y el equilibrio ecológico frente al uso de productos químicos, fomentando así un ecosistema saludable y autosuficiente.

Indicadores del impacto positivo de un jardín regenerativo en su entorno
El éxito de un jardín regenerativo no se mide únicamente por su estética, sino por una serie de indicadores ecológicos y sociales que reflejan su impacto positivo en el entorno. Entre los principales se encuentran la mejora en la calidad del suelo, el incremento en la biodiversidad, la reducción en el consumo de agua y la capacidad del jardín para captar carbono y contribuir así a la mitigación del cambio climático.
Además, el componente humano también es un termómetro clave: “cuando el modelo de jardinería despierta el interés de la comunidad, genera diálogo y recibe reconocimiento por parte de los vecinos, es señal de que el enfoque regenerativo está cumpliendo su objetivo no solo ecológico, sino también social”, cuenta Víctor.

Paisajismo regenerativo para contribuir a la salud del planeta
Víctor es tajante: ¡el futuro es verde y regenerativo! Y es que cada vez más ciudades utilizan e instalan techos verdes y jardines verticales, los huertos urbanos están en auge, y la jardinería de bajo mantenimiento está ganando seguidores. En la propuesta el proyecto ‘True Digital Park West’, firmado por A49 y finalista en los premios MIPIM 2025 que muestra la tendencia de que la vegetación se integre en los edificios.
“En unos años, lo raro será ver un jardín que no sea regenerativo por los múltiples beneficios que conlleva: favorecen la salud ambiental, ahorran muchos costes y, además, son mucho más divertidos”, relata el paisajista. Es crucial porque estamos en un momento crítico para el planeta. La crisis climática no espera, y cada acción cuenta. Un jardín regenerativo es una forma sencilla y efectiva de aportar nuestro granito de arena.

Pequeños ecosistemas, grandes soluciones
¿De veras los jardines regenerativos contribuyen a mitigar los efectos del cambio climático? Sí, y la respuesta está en su funcionamiento. Son grandes aliados del medio ambiente al capturar dióxido de carbono, ayudando así a reducir la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Además, favorecen la retención del agua de lluvia, lo que ayuda a prevenir la desertificación, mejoran la calidad del aire y fomentan la aparición de ecosistemas resilientes, capaces de adaptarse a condiciones climáticas cada vez más extremas.
“Lejos de ser una moda pasajera, los jardines regenerativos representan una respuesta concreta y accesible frente a desafíos ambientales de escala global. Su implementación transforma el entorno inmediato y al mismo tiempo suma a una red de soluciones sostenibles que pueden marcar la diferencia. Así lo creemos desde su inicio en Paisaje Positivo”, remata el experto.