Vincent Darré, el enfant terrible del diseño francés, nos revela su estilo extravagante, único, surrealista y lúdico en su nuevo hogar en París, capital de la moda, donde nació y comenzó su carrera trabajando para prestigiosas casas como Moschino, Yves Saint Laurent, Prada, Chloé y Ungaro. Sin embargo, su completa felicidad llegó el día que descubrió que su verdadera pasión era el diseño de muebles y objetos decorativos, lo que le llevó a cambiar de rumbo y dedicarse por completo a la creación de espacios singulares. Hoy nos recibe junto a su gran amiga, Vanessa Seward, en el epicentro de su palacio "inventado", su gran fantasía, un universo reflejo de su personalidad, en el Distrito 7 de París, el mismo que alberga la icónica Torre Eiffel. Su vida transcurre aquí, el lugar donde descansa, tiene un despacho en el que plasma las ideas para sus maravillosas creaciones y organiza sus famosas fiestas. Es, en este lugar, donde suele recibir a sus invitados, llegando a reunir hasta 100 personas, entre amigos, artistas, actores e intelectuales, su 'familia elegida', como él nos comenta. Conocido como 'el dandy Dad', Darré ha tejido un círculo social que incluye a personalidades como Karl Lagerfeld, Bernard-Henri Lévy y su mujer, Arielle Dombasle, Mick Jagger, Andy Warhol e Inés Sastre, a quien realizó el interiorismo de su casa.
Las vidas de Vincent y su querida Vanessa se cruzaron un día, dando inicio a una gran amistad. Nacida en Buenos Aires, Vanessa tiene una impresionante trayectoria en la alta costura. Durante nueve años, trabajó en Chanel, junto a Karl Lagerfeld, y colaboró con Tom Ford en Yves Saint Laurent. Actualmente, se desempeña como directora creativa en su colaboración con Begg x Co y, en 2015, decidió lanzar su propia marca, consolidándose como un referente de la elegancia contemporánea. Ha vestido a mujeres influyentes como Carlota Casiraghi, Angelina Jolie y Kate Middleton, apostando por la feminidad y el lujo accesible. Además, ha explorado la pintura al óleo, reinterpretando iconos femeninos de la década de 1970.
Conocido como el 'dandy Dadá', ha tejido un círculo social que incluye al escritor Bernard-Henri Lévy, Mick Jagger e Inés Sastre, a quien le realizó el interiorismo de su casa
Un rincón secreto
—¿Cómo encontraste tu casa?
—Creo que el azar se encarga de traerte las casas. Todo el mundo en el barrio sueña con vivir en esta pequeña calle privada, a la cual se accede por una contraseña, escondida detrás de una verja de hierro forjado a dos pasos de mi 'otra casa', mi estudio y lugar de mis reuniones más multitudinarias. No tuve que renovarla y lo que más me divirtió fue crear frescos para ocultar las imperfecciones, separando los espacios de otra manera. Fue en 2022, cuando todos teníamos ganas de tener una nueva vida.
—¿Es importante para ti, dentro de tu universo creativo?
—Es como un pequeño palacio de ensueño. Mi amiga, la actriz Isabelle Adjani, al venir aquí por primera vez, se quedó impresionada y me dijo que parecía que estaba entrando en uno de mis dibujos. Eso era exactamente lo que quería proyectar a los amigos que me visitan.
—Sabemos que tus fiestas son muy conocidas en París.
—Me han gustado las fiestas desde siempre y ya, en los años 80, cuando era joven, solía ir cada noche al Palace, un emblemático club nocturno de París. Desde entonces, organizar fiestas en casa se convirtió en una costumbre para mí. Es una oportunidad para reunir a amigos de distintos ámbitos: artistas, actores, escritores, fotógrafos, músicos, diseñadores y estilistas. Son una verdadera familia de amigos, imprescindibles en mi vida e inagotables fuentes de inspiración.
—¿Con qué figuras del mundo del arte, la moda y la cultura te has relacionado y quiénes te han impresionado más?
—No sabría decirte quién me ha impresionado más. Tuve la suerte de conocer, muy joven, a personajes como la extravagante Andrée Putman, que fue la primera en ayudarme, pero también a Jean-Baptiste Mondino, Philippe Starck, Pierre y Gilles, Garouste y Bonetti. Todos comenzaban sus carreras cuando yo aún era un estudiante en el estudio Berçot. Y mi encuentro con Karl Lagerfeld fue irresistible, excéntrico, culto y lleno de humor. Cambió mi vida. La lista es larga. Me considero un coleccionista de amigos extraordinarios.
—No todo el mundo sabe que eres un gran bailarín…
—¡Sí, me encanta! Me siento libre. Me subo a las mesas e incluso hago volteretas. En ese instante, estoy cerca de la locura. Cuando era muy joven, me apasioné por los musicales y aprendí claqué. Disfruto mucho.
—Eres conocido como 'el dandy Dadá'. ¿A qué se debe?
—Yo diría que quizá por la manera en que me interpreto. Me visto de una manera pensada y me fascina el cine hollywoodiense y el dadaísmo. Además, mi nombre comienza por Darré y me gusta jugar con la elegancia y el humor, entrar en una cena como en una obra de teatro e interpretar a mi personaje.
—¿Qué papel juegan tus vivencias y recuerdos en tu proceso creativo?
—Creo que mi trabajo está guiado por mi memoria, tengo referencias de lo más diversas y juego con ellas con la directriz de realizar los sueños de mi infancia.
—¿Qué proyectos emblemáticos has realizado en el diseño de interiores?
—Pienso en el Montana, al lado del emblemático café de Flore de París, donde detrás de la fachada negra se esconde un universo colorido y fantasioso. Fue un choque estético que lanzó mi carrera.
—¿Cuál de tus obras ha sido la más exitosa?
—Realizar la escenografía de la exposición ¡El Chic! Artes decorativas de 1930 a 1960, en el Mobilier National. Pude poner en escena el mobiliario de las colecciones y rendir homenaje a los decoradores que marcaron mi adolescencia.
—Has hecho importantes colaboraciones a lo largo de tu carrera. ¿Cuál recuerdas con más cariño?
—Los salones de alta costura de Schiaparelli en la place Vendôme, hechos con mi amiga Inès de la Fressange, en homenaje a la gran modista que hizo trabajar a todos los artistas surrealistas. Conocí bien a su hija y el apartamento donde aún permanecía la decoración de la icónica y extravagante figura de la moda. Para este proyecto, siguiendo la historia de la casa, recurrí a amigos artistas como Pierre Le-Tan y Pierre Passebon. De esta alegre banda me queda un recuerdo maravilloso.
—¿En qué estás centrado ahora y qué próximos proyectos tienes?
—Estoy creando un hotel excepcional en París, donde plasmo muchas de mis fantasías. Con mi estudio, desarrollamos las playas de Vilebrequin y el universo colorido y lúdico en todo el mundo, incluyendo la azotea del hotel Thompson en Miami, que abrirá pronto. También estamos trabajando en la dirección artística de un hotel con los Costes. Además, preparamos una nueva colección de objetos y muebles, así como un libro, los álbumes de recortes de Marie-Laure de Noailles. Me encanta mi trabajo por su variedad.
Entrevista a Vanessa Seward
—Vanessa, ¿cómo conociste a Vincent y por qué crees que conectasteis tan bien?
—Conocí a Vincent en los años 90, ambos trabajábamos para Karl Lagerfeld. Me atrajo de inmediato. Era muy divertido, además de encantador y amable. Siempre he admirado su gran sentido del estilo. Tenemos muchas amistades en común, pero, por encima de todo, Vincent es un amigo muy querido, solidario y leal.
—¿Cómo definirías la esencia de tu marca homónima, en comparación con las casas de moda en las que trabajaste?
—Quise crear una especie de marca de lujo utilitario, un guardarropa de prendas bien cortadas y con telas maravillosas que pudieran realzar la personalidad de las mujeres.
—Te gusta el concepto de 'gentlewoman', ¿qué significa para ti?
—Es una mujer con una dosis extra de empatía, que no está obsesionada consigo misma ni con su imagen.
—¿Cuál es tu estilo personal y qué crees que hace elegante a una mujer?
—Mi estilo es bastante minimalista. Me gustan las prendas simples, bien cortadas y favorecedoras, que me den confianza, pero que no me eclipsen. Siempre intento mantener un toque femenino, usando tacones y destacando mi cintura con un cinturón.
—Tu marido, Bertrand Burgalat, es músico, compositor, productor discográfico y director. ¿Encuentras apoyo en él y en tu hija?
—Mi esposo es una inspiración constante, tanto en estilo como en su manera de recordarme la importancia de seguir mi instinto. Y mi hija pronto cumplirá 15 años y también tiene un gran estilo personal. Gracias a ella, tengo el ojo puesto en una nueva generación muy inspiradora.
"Mi encuentro con Karl Lagerfeld fue irresistible, excéntrico, culto y lleno de humor. Cambió mi vida"
—Tu padre era diplomático y tu madre, una 'socialité' argentina. ¿Cómo crees que te influyeron a lo largo de tu vida?
—Mi padre siempre ha sido un esteta muy aficionado a la artesanía, algo que ha sido una fuente constante de inspiración en todos mis diseños, y el amor de mi madre por la moda y el glamour de la época dorada de Hollywood también me ha inspirado siempre.
—¿Cuáles son tus próximos proyectos en moda o arte?
—He comenzado una colaboración con una hermosa marca escocesa de herencia, especializada en tejidos y prendas de cachemir, llamada Begg x Co, diseñando una colección cápsula con ellos para el invierno 2025, y continuaré como su directora creativa a partir del verano 2026. Y, además, estoy preparando una exposición en solitario con mis retratos en mi galería, Mouvements Modernes, para este próximo junio en París.