Así es la espectacular casa donde vivió Mick Jagger en Londres y que ahora se vende por casi 6,5 millones de euros
Ubicada en un edificio de estilo georgiano del barrio de Marylebone, uno de los barrios más exclusivos de Londres, el cantante de los Rolling Stones vivió en ella en los años 60.
Marylbone es uno de los barrios más sofisticados de Londres. Sus calles están vinculadas a Sherlock Holmes, incluso hay un museo dedicado al personaje de Arthur Conan Doyle, y a sus casas georgianas, en las que actualmente tienen apartamento Madonna o Paul McCartney. En uno de esos imponentes edificios, vivió Mick Jagger en la década de los sesenta. Concretamente, el cantante de los Rolling Stones residió aquí entre 1966 y 1968. Una curiosidad, el vocalista se mudó a ese piso tres años después de que la canción '(I can't get no') Satisfaction' superase a los Beatles.
Ahora la vivienda ha salido al mercado por cerca de 6,5 millones de euros y, aunque Jagger lleva más de 50 años sin vivir ahí, el apartamento despierta el mismo interés. Quizás porque en sus estancias tuvieron lugar muchas de las famosas fiestas de esa época, una de las más salvajes del grupo, a las que también acudía su novia en ese momento, Marianne Faithfull. Si quieres conocer lo que tiene de especial y cómo es por dentro, sigue leyendo.
La vivienda donde residió Jagger, que reformó por completo, esta ubicada en la cuarta planta de Harley House, un edificio de arquitectura georgiana, un estilo muy presente en las ediciones de este barrio londinense. Construido en 1903 por los arquitectos Edward Boehmer y Percey Christian, el piso, de techos infinitos (de 300 cm de altura), tiene 230 metros cuadrados, repartidos en cuatro habitaciones y dos salones, además de un comedor, una amplia cocina, un despacho, tres baños y una sala de estar.
Sin problemas de metros, el recibidor es casi un salón. Por ello, el típico banco se ha sustituido por un cómodo sofá de color morado, con cojines rosas que, además, da una pincelada de color. Una alfombra proporciona el toque de calidez que hace que el visitante se sienta como en casa, mientras que la consola es perfecta para dejar las llaves.
Hay que destacar la iluminación, donde los focos empotrados se complementan con apliques de pared y lámparas de sobremesa, y el espejo, un básico de cualquier entrada. Al abrir las puertas de las estancias con las que comunica, la luz natural se cuela en este espacio interior.
La chimenea es un elemento (casi) imprescindible en este tipo de construcciones y aquí vuelve a ser protagonista. Directamente conectado con el comedor, el conocido como 'salón hippie' de Jagger, apuesta por una decoración clásica, donde vuelven a destacar las alfombras y las lámparas, como la de araña situada en el centro del espacio. En tonos grises y con textiles sofisticados y con textura, son las obras de arte de aportar color y el toque más moderno.
Amplio y luminoso, la mesa de comedor, grande y rectangular, se sitúa en el centro de la estancia. Con capacidad para 10 comensales, estamos seguros que Jagger en su momento y los siguientes propietarios, después, estaban acostumbrados a recibir muchas visitas. Por eso, sus dimensiones.
Nuevamente, la alfombra vuelve a ser clave en la decoración y distribución de espacio. Por un lado, protege el suelo de madera e imprime calidez, mientras que por otro, actúa como eje vertebrador, creando la sensación de isla dentro de la estancia. Las sillas tapizadas y las cortinas aportan un plus de sofisticación, que eleva el look.
Una gran isla es el epicentro del espacio. Dadas sus grandes dimensiones, uno de sus lados ejerce como barra de desayunos o comidas rápidas, con varios taburetes altos, y por el otro alberga tanto la placa de cocción como el fregadero. La proximidad de ambas zonas, junto con la superficie de encimera, facilita el trabajo del día a día en esta estancia.
Un gran frente de armarios, entre los que se integranelectrodomésticos de alta gama,, viste la pared más larga de la estancia, ofreciendo, al mismo tiempo, espacio de almacenaje. El toque de color de este ambiente blanco y topo lo pone el cuadro en tonos rojos. Nuevamente, el arte viene al rescate.
Versátil y polivalente, la configuración del espacio permite utilizarse para diferentes usos. Así, puede ser un estudio para trabajar en casa, con una gran zona de escritorio bajo la ventana, o un rincón de lectura con una cómoda chaise longue y la librería al lado.
Hay que destacar la gran estantería a medida de suelo a techo con cajones en la parte central, muy prácticos para guardar papeles, cuadernos o todo lo que no quieres que se vea. Su color blanco hace que resulte más ligera y que no pese visualmente, a pesar de sus dimensiones y de estar llena.
El dormitorio principal incorpora baño y una gran zona de vestidor. Si en el resto de la casa el color blanco vestía las paredes, en esta estancia el azul más claro y relajante se apodera de la pared de la cama, los armarios empotrados, que se camuflan junto a la cama, el cabecero tapizado y las sábanas.
El gran frente de armarios frente a la cama es blanco. Un truco visual que hace que resulten más ligeros y que no destaquen del resto de elementos. Llama la atención (otra vez) la mullida alfombra XL, perfecta en el momento de levantarse y tocar el suelo.
Nuevamente, el color se apodera de las habitaciones. En esta es el morado sutil y romántico el elegido. La cama es la protagonista del espacio y, más concretamente, el cabecero tapizado. Un diseño alto (una de las tendencias del momento), con motivos florales en tonos lilas, a juego con el resto del ambiente. Para crear la atmósfera perfecta para el sueño, la ventana se viste con estores y cortinas.
Al igual que pasaba con el recibidor, ocurre con el baño del dormitorio principal. Amplio y luminoso, los distintos elementos son también de tamaño XL, lo que favorece un ambiente desahogado y cómodo, perfecto para usarse por dos personas. Su bañera exenta,situada junto a la ventana y colocada más alta que la zona de los lavabos, a modo de pedestal, destaca sobre el resto del ambiente.
El revestimiento de las paredes y el suelo aportan un toque de glamour, que ve multiplicado su efecto por el gran espejo, que amplía los metros y la luminosidad.
En una casa donde los metros no son un problema, se reciben visitas y los salones cuentan con una decoración más formal, la sala de estar o de televisión, según se quiera ver, cobra especial protagonismo. En este piso londinense, se ha creado un espacio cómodo y confortable para el día a día.
Así, la televisión se ha colgado de la pared, para no restar espacio en el suelo, y se ha colocado un gran sofá rinconera, perfecto para muchas personas o para sentarse (o tumbarse) cómodamente los miembros de la familia. La pared tapizada en color rojo es un acierto, tanto a nivel estético como práctico, ya que aísla la estancia acústicamente, para no molestar.