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Salón con chimenea, sofá gris, estantería a medida, con baldas y puertas, salida al jardín, mesa de centro de madera, butaca de cuero, lámpara de pie© Belén Imaz

Orden en casa

Menos cosas, más calma: la magia del orden según Marie Kondo (y la ciencia)

Una vivienda organizada reduce el estrés, ahorra tiempo e influye positivamente en el estado ánimo, al mismo tiempo que ayuda a crear estancias más agradables. Conoce todo lo que orden puede hacer por ti y cómo lograrlo.


17 de abril de 2025 - 12:10 CEST

Marie Kondo habla en su libro de “la magia de la organización’. Un fenómeno capaz de cambiar tu vida para bien. También determina su importancia a la hora de adquirir confianza en una misma, debido, principalmente, a las numerosas veces que te enfrentas a la famosa pregunta del método KonMari: ¿me quedo con este objeto o me deshago de él? Sin olvidar que este pequeño gesto nos obliga, sin darnos cuenta, a enfrentarnos al pasado y a nuestras propias decisiones

Diferentes estudios de universidades americanas respaldan las palabras de la gurú del orden. Establecen que quienes ordenan y limpian su casa se sienten más felices y relajadas, debido a que un ambiente limpio, como este proyecto del estudio de arquitectura Ábaton, reduce la producción de cortisol, la hormona del estrés. 

Vestidor abierto de madera con ventanal, silla y alfombra © Kvik

Beneficios de una casa en orden

“Ordeno, luego vivo más feliz”, podríamos decir. En un momento en el que la casa es nuestro refugio, acabar con el desorden ya no es solo una rutina doméstica, sino una de las claves de nuestro bienestar

Incluso cuando no crees que exista una relación directa, no podemos negar que el ordenar implica ciertos beneficios. Así, está demostrado que reduce el estrés, ahorra tiempo (se acabó el buscar las llaves por toda la casa), produce cierta sensación de control, organiza la mente, mejora la concentración y, sin duda, crea un espacio más agradable

Comedor con mesa de madera, lámpara de techo XL con globos de cristal© Gallotti & Radice

Cuidado con la trampa de la perfección

Siempre, eso sí, que no caigamos en el exceso y busquemos tener una casa perfecta, algo que no es realista para la mayoría de nosotros. El ordenar no debería ser un fin en sí mismo, sino un medio para mejorar nuestra calidad de vida. El objetivo no es tener un interior de revista, sino sentirse bien en tu sofá de tu casa, aunque no tenga chaise longue. Además, sabemos que la perfección como tal no existe. Lo importante es encontrar el equilibrio, incluso si eso implica dejar algunas cosas sin recoger.

Vestidor abuhardillado con ventana de techo Velux, cajonera y estructura blancas© Velux

Las otras perspectivas de la organización

Más que el nivel de organización en sí, es la sensación de control sobre el propio entorno lo que parece fundamental para el bienestar. Sentirse abrumado por el desorden puede ser estresante, mientras que elegir conscientemente dejar cosas sin recoger o colocar, puede ser liberador

Una buena idea es ver el orden como una forma de cuidar tu entorno y de paso a ti. Se trata de una oportunidad para deshacerte de todo lo que te estorba, tomar conciencia de lo que realmente te importa, crear esa casa que refleje tu personalidad y sentir que, al cuidar tus cosas y hacer que duren más, eso se refleja en el planeta. 

Dormitorio pintado en azul, gris y amarillo, con baldas blancas, alfombra, cuna, plantas y adornos © Bruguer

'Desorden controlado'

Aunque somos firmes defensoras de la organización, tampoco podemos negar ciertas ventajas del llamado ‘desorden controlado’. Es decir, ese que aporta un poco de vida, hace que las estancias sean más cálidas y personales. En este grupo estarían las personas a las que no les importa un poco de desorden, que suelen organizar los fines de semana y, sobre todo, antes de recibir invitados. ¿Te suena? La clave, como casi siempre, está en el equilibrio. En encontrar ese punto en el que te sientes cómoda, que hace que tu vivienda sea un hogar y un lugar feliz.

Salón con armario que esconde un despacho en madera oscura con mesa y baldas © La Redoute Interieurs

Organización a medida

En esto del orden no existe una fórmula exacta, cada uno debe encontrar su propio nivel, ese que le permite ser creativo (una de las cosas que se echan en cara al orden pulcro) y vivir sin estrés y, por lo tanto, más feliz. 

En primer lugar, tienes que tener en cuenta tu personalidad. No es lo mismo tener una librería en la que encuentres todo sin problema a que tu estantería parezca una biblioteca con un sistema donde sepas el número de ejemplares que tienes y en qué balda están situados. ¿Con qué te sientes más cómoda? En segundo lugar, es importante que se adapte a tu estilo de vida. Desde si eres soltera y tienes hijos hasta si trabajas en casa o te gusta organizar comidas o fiestas en casa. Evidentemente, el espacio disponible también influye porque en un piso pequeño el orden ayudará a crear sensación de amplitud, por ejemplo. 

Salón con chimenea y paredes rosas, butaca rosa, cartel luminoso, estantería oscura, suelos de madera, alfombra© Homesense

Concéntrate en lo que conservas

No pienses en cómo aumenta tu montaña de dar, tirar o donar y céntrate en las cosas que te quedas. Objetos que te traen alegría y que hacen que ordenar sea por sí misma una experiencia positiva. Y, por supuesto, encuentra inspiración en el resultado. Piensa qué sensación tendrás en un espacio bien organizado. Mira la limpieza como un medio para una vida mejor, no como una tarea.

Salón con librería de pared a pared de madera con puertas y vitrina© Tegar

No corras, las prisas no son buenas compañeras

Otro consejo es no intentar hacerlo todo a la vez. Aborda el orden paso a paso, para evitar sentirte abrumada. Prioriza las tareas según su importancia y avanza gradualmente. Clasifica los artículos en sus diferentes categorías: conservar, donar, reciclar. Termina guardando cuidadosamente las prendas y objetos elegidos. Establece una rutina regular para mantener el orden, con horarios específicos, logrando que se convierta en un hábito y no en una tediosa tarea.

Despensa de madera abierta con baldas, cestas, repisas en la puerta© Mobalpa

Ten una mentalidad positiva

En lugar de sentirte agobiada por todo lo que tienes que hacer, concéntrate en los aspectos positivos y los beneficios a largo plazo. Introduce recompensas que te animen a seguir, bastará con un café después de darle la vuelta al armario o unos minutos de relax. No pasa nada, son formas de coger carrerilla.

Cocina IKEA con armario abierto con accesorios para copas, cestas y cajas© IKEA

Los comienzos importan

¡Y los finales, también! Como en los libros o en las series, un buen principio es clave. Puedes ponerte y abarcar toda la casa, siguiendo el método KonMari, o empezar por una zona pequeña, desde un cajón hasta la despensa. Como decimos en puntos anteriores, el sistema de organización ideal es el tuyo. Recuerda que los finales felices no solo pasan en las películas. 

Salón con entrada directa, sofá blanco, techo de madera, ventana en el techo, alfombra, aparador verde, lámparas de techo, cojines, mesa de centro de madera y butaca© Marks & Spencer

Tres reglas que te lo ponen fácil

1. La de los 10 minutos

Si te da pereza o piensas que necesitas mucho tiempo, la 'regla de los 10 minutos' es para ti, ya que al cabo del tiempo (y no hablamos de años) te ayudará a mantener una casa a punto. ¿En qué consiste? En dedicar 10 minutos a alguna tarea: desde recoger los platos de la cena hasta organizar un cajón de tu armario o doblar la ropa de la lavadora. Si una vez que te pones, coges ritmo, pon el cronómetro otra vez a cero. Lo ideal es ponerla en práctica a diario, pero puedes empezar por una vez a la semana. Eso sí, lo ideal, tal y como recomienda Marie Kondo, es que antes hayas ordenado de una sola vez tu casa, para evitar el efecto rebote. 

2. El método de la bolsa de basura

Estamos ante uno de los métodos más efectivos. Se trata de comenzar en un extremo de la casa con una bolsa de basura vacía y llenarla con todo lo que no usas, no necesitas o no te hace feliz. Al placer que se siente al ir cerrando bolsa tras bolsa, hay que sumar el de ver tus estanterías y cajones vacíos. Eso sí, no empieces la ‘limpieza’ por los objetos sentimentales (fotografías, cartas, cuadernos…) porque son los más difíciles. En su libro ‘La magia del orden’, Marie Kondo dice que, hasta ese momento, el número récord de bolsas está en 200. ¿Te atreves a superarlo?

3. ‘Uno entra, uno sale’

Se trata de deshacerse (tirar, donar o da) de un objeto cada vez que compras algo. Eso sí, no vale guardar una camisa nueva en tu armario y tirar un par de calcetines viejos, lo ideal es que sea una prenda o un accesorio similar. Así, por una parte, te lo pensarás antes de adquirir algo, reduciendo el consumo compulsivo, y por otrá harás limpieza sin darte cuenta. No decimos que sea fácil, pero funciona.  

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