Los propietarios de esta vivienda, una familia numerosa, se encontraron con un piso espacioso, de 180 m2, bien situado y con unas vistas envidiables… pero totalmente anclado en otra época. Aunque el potencial era evidente, la estética original –muy setentera– y la distribución compartimentada hacían que el espacio no se adaptara ni a sus necesidades ni a su forma de vivir. Querían una casa funcional, cómoda para el día a día, y al mismo tiempo cálida y con carácter.
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Ahí es donde entra el estudio de interiorismo Molins Design. El encargo no era sencillo: modernizar el piso por completo, integrar la madera como elemento protagonista sin que el resultado se viera recargado o anticuado y, sobre todo, crear un hogar con alma, donde cada rincón tuviera sentido.

Madera hasta en el techo
Tanto en el recibidor como en el pasillo, una sucesión de puertas de suelo a techo en madera de roble oscuro marcan el ritmo del espacio. Todas ellas están hechas a medida y pensadas no solo para conectar con las distintas estancias, sino también para esconder discretamente armarios roperos. La clave está en cómo se presentan: no como puertas al uso, sino como paneles lisos, totalmente integrados y enrasados, que se funden con un techo revestido con la misma madera del suelo y que contrasta con el blanco de la pared.
Un salón con mucha personalidad
El salón-comedor es, sin duda, el corazón de esta casa, el lugar al que todo conduce y donde apetece quedarse. No solo por su amplitud, realzada por unas vistas espectaculares a la ciudad, sino también por su cuidada estética.
Todo el mobiliario ha sido diseñado por el equipo de Molins Design, así como el minucioso proyecto de la iluminación y la selección de objetos decorativos. Este espacio respira una clara inspiración japonesa: líneas puras, sencillez elegante y una estética contenida, casi meditativa. Tiene un punto sobrio, con una personalidad que podríamos llamar masculina, y con toques contemporáneos en la paleta de colores y los materiales elegidos
"Balloon Frame", un diseño único
Entre todas las piezas de mobiliario diseñadas para este proyecto, hay dos que se llevan todas las miradas: las estanterías del salón.
Están inspiradas en el sistema estructural americano Balloon Frame, y se han construido con listones de roble macizo que crean una especie de esqueleto de madera, ligero pero con mucha presencia. Los estantes, colocados a distintas alturas, invitan a exponer objetos especiales. Y para rematar, las traseras y puertas en rojo, azul y verde –lacadas con un acabado impecable– aportan un toque artístico que conecta directamente con el espíritu de la Bauhaus y con las composiciones del pintor Piet Mondrian.
Una zona de estar con mucho color
La zona de estar se ha orientado hacia la terraza para aprovechar al máximo las increíbles vistas de la ciudad. El protagonista del espacio es un enorme sofá en forma de L, que combina una base de cuero sintético en color chocolate con una tapicería lisa en un potente tono azul. El resto del ambiente se completa con un conjunto de butacas y reposapiés de madera oscura con asientos de cuero negro, de la firma Ethnicraft, y en el centro, un juego de mesa y puf con el sello de Molins.
Comidas en familia
En la zona de día, y como no podía ser de otra manera tratándose de una familia numerosa, se ha ubicado un amplio comedor con espacio para ocho personas. Se compone de una imponente mesa hecha a medida en madera maciza, con la superficie de mármol en tono marfil, rodeada de seis sillas tapizadas en gris. Para rematar, dos lámparas colgantes de Artemide añaden ese punto de estilo que termina de redondear el espacio. Todo perfectamente enmarcado por una alfombra de grandes dimensiones de la misma tela y color que la del estar.
Una casa eficiente
La vivienda cuenta con un sistema domótico que lo controla prácticamente todo: desde la iluminación y las persianas hasta la climatización y la seguridad, todo gestionado cómodamente desde una app de la marca Gira.
En cuanto al confort térmico, la casa está equipada con el sistema Airzone, que permite ajustar la temperatura por zonas de forma totalmente independiente. Cada estancia tiene su propio termostato digital, así que cada miembro de la familia puede estar a gusto sin molestar al resto. Da igual si es verano o invierno: el sistema se adapta a cada estación para ofrecer siempre la temperatura ideal sin disparar el consumo energético.
En los meses de calor, dos máquinas de aire acondicionado con rejillas motorizadas se encargan de mantener el ambiente fresco y combatir la humedad típica de la ciudad. Y cuando llega el frío, entra en juego el suelo radiante, que calienta toda la casa de forma uniforme usando agua caliente a baja temperatura, lo que lo hace no solo muy cómodo, sino también eficiente energéticamente.
Un cerramiento acristalado para el despacho
La separación entre el salón y el despacho se ha resuelto con un panel de cristal ahumado reflectante que crea un curioso efecto visual. Desde ciertos ángulos, parece que el espacio continúa, como si no hubiera división, lo que le da un aire muy moderno y sofisticado. Este cerramiento permite mantener la privacidad del despacho, pero sin aislarlo del todo: se puede seguir disfrutando de las vistas y del ambiente de la zona de día. Además, se ha cuidado especialmente el aislamiento acústico, para asegurar un entorno tranquilo y silencioso, ideal para concentrarse y trabajar desde casa.
Con puertas de cristal
Mediante una gran puerta corredera en cristal ahumado de Lualdi, se accede a la cocina de estilo minimalista y donde predominan los tonos marrones y beige.
Muy moderna
La cocina se organiza en torno a una isla central que acoge la zona de cocción, con placa de inducción y un horno de grandes dimensiones, y se prolonga en una práctica zona de comedor, perfecta para el día a día. A ambos lados, se distribuyen los módulos de almacenaje y encimeras, donde se alternan muebles de madera de roble con armarios y electrodomésticos panelados en fénix lacado en un suave tono beige.
Un detalle que no pasa desapercibido es la campana extractora, que queda suspendida sobre la isla en una estructura metálica a medida, como una pieza escultórica que, además, ofrece una zona extra de almacenaje con estantes en los que colocar libros de recetas y objetos decorativos.
Una terraza urbana con vistas al mar
La terraza, con un suelo de tarima tecnológica, se abre a unas vistas espectaculares de la ciudad, demostrando que incluso un espacio exterior pequeño puede tener muchísimo encanto y funcionalidad.
Un rincón muy acogedor, ideal para ver salir el sol sobre el mar, tomarse un respiro, leer o simplemente disfrutar del momento sentado en una de las butacas. También es perfecto para un aperitivo al aire libre, gracias a la mesita hecha a medida en acero y porcelánico. El ambiente se completa con jardineras a ambos lados, de las cuales brotan plantas de bambú.
¡Qué carácter!
En el dormitorio principal, llama la atención el imponente cabecero tapizado con una tela estampada de Dedar. Un diseño que rompe con la neutralidad del blanco de las paredes, convirtiéndose en el gran protagonista de la estancia.
A los lados de la cama, se han colocado las mesitas de noche Defense, una de las piezas más representativas del estudio, aquí realizadas en madera de roble, y sobre ellas, las lámparas colgantes Oyster de Forestier. Por último, una banqueta fabricada con listones de roble y un confortable asiento, también diseño de Molins, completa la decoración.
Pensado para ser compartido
En el baño de la suite principal, la zona de lavabo se ha resuelto con un mueble de pino macizo de líneas rectas sobre el que se han instalado dos lavamanos en tono chocolate, a juego con el inodoro. La ducha, bastante amplia, destaca por el revestimiento en porcelánico tipo Zellige de Marazzi en tonos azules, que rompe visualmente con el resto del baño y define este espacio con personalidad propia. Para el pavimento y las demás paredes, se ha optado por un porcelánico en tonos tierra que imita la textura granulada del barro. Un acabado natural que envuelve todo el espacio.
Para que no haya peleas
Los tres dormitorios infantiles son iguales. Cada uno cuenta con una amplia mesa de escritorio, armarios espaciosos, estanterías modulares y camas nido que aprovechan al máximo el espacio disponible.
Todo el mobiliario ha sido diseñado a medida, siguiendo la misma línea minimalista y serena que define el resto de la vivienda. El resultado son habitaciones pensadas para crecer, jugar y concentrarse, cómodas y acogedores, adaptadas a las necesidades de los más pequeños.
Y los baños, también iguales
Los baños de los dormitorios infantiles siguen el mismo criterio funcional y estético. En cada uno se ha optado por un mueble de baño de líneas rectas realizado en madera de roble, lavamanos rectangulares, inodoros suspendidos y duchas con mamparas. En cuanto a los revestimientos, se ha elegido una cerámica con estética rústica tipo Zellige, con sutiles toques de color que refrescan el ambiente y aportan un aire desenfadado.